FERNANDO Corro más veloz para evitar que Luna sea alcanzada por el vehículo, por suerte, alcanzó a jalarla del brazo hacia mí salvándola de ser arrollada, aunque ambos caemos en la banqueta. — ¡Auch! — Se queja Luna — ¿Te lastimaste? — pregunto preocupado — Sólo la caída — responde con ojos llorosos — ¿Pero porqué hiciste eso? — ¡Es obvio que para salvarte! — ¡Pudiste haberte lastimado! — ¡No me importa morir si con ello te salvo la vida! — ¡No digas eso! Luego de esa pequeña discusión sin sentido, ambos nos abrazamos y Luna se queda entre mis brazos llorando por un momento. JOAQUÍN ¡Todos vimos lo que estuvo a punto de suceder! Si mis padres no reaccionan con ésto, será cosa perdida. — Mi hermana pudo haber muerto — ¡Ésta loca! — replica mi madre — ¿Cómo se le ocurre exponer