CAPITULO LI. La hija perfecta

1040 Words
DON JOAQUÍN ¡Qué es todo ese alboroto! ¿Acaso es Samuelito el causante de todo ese revuelto? ¡No lo puedo creer! Nunca me imaginé presenciar algo así. — ¿Qué significa todo ésto, Samuel? — interrumpo — ¡Don Joaquín!... Yo... — Deberíamos brindar por los novios — interrumpe mi querida Liz — ¿De qué estás hablando? ¿Estás tratando de decir que Samuel y este sujeto — refiriéndome al tal Andrés — son pareja? — Sí, don Joaquín, — responde la tal Mariana — ¿verdad que son una pareja muy bonita? — Ésto me parece una estupidez, ¡Samuel! ¡Te exijo una explicación inmediata Samuel agacha la cabeza, no doy crédito a nada de ésto. — ¡Nunca lo pensé de tí, Samuel! Desde que te conocimos, te hemos tratado como a un hijo y tú me sales con ésto! ¡Eres un malagradecido! SAMUEL ¡No puede ser! Ahora entiendo a qué vino Mariana, ella no descansará hasta hacerme decir la verdad o hacerme tragar el teatrito con el que pensaba ahuyentala, con razón la bruja de Lizanya ha estado tan tranquila, de seguro ellas lo planearon y yo como bruto caí redondito, todo se me ha salido de control, ¿ahora qué hago? Andrés me está dando pequeños golpes con el codo, creo que intenta decirme algo. — ¡Papá! — exclama Luna — Permíteme presentarte a Andrés — ¡No necesito conocer a nadie! — responde él despreciándolo con la mirada — ¡Queremos una explicación, Samuelito! — exige Doña Margarita — Yo... — intento decir algo, pero no me salen las palabras, si digo la verdad, Mariana seguirá molestándome, pero si continuo con este juego, ésto terminará muy mal — Papá, — interviene Luna — ¿porqué no hablamos de ésto en privado? — sugiere Luna de manera sigilosa — ¡No! ¡Tiene que ser ya! — ellos son muy tercos y de mente cerrada — y de los labios de Samuel — Por favor, papá, no arruinemos la fiesta de los niños — insiste Luna, pero don Joaquín está muy molesto y por poco pensé que la golpearía — ¡De seguro tú has fungido como su tapadera todo este tiempo! — reclama doña Margarita — siempre oponiéndote a nuestras creencias y a nuestros deseos — Bueno, yo... — Luna intenta responder — ¡Cada vez me decepcionas más, Luna! — creo que eso le cayó como valde de agua helada a Luna, ya que se ha quedado muda — ¡No tienes una idea cuan decepcionados estamos de tí! — expresa don Joaquín — Siempre supe que me causarías muchos dolores de cabeza, hija — continúa doña Margarita — pero creo que ya has rebasado muchos límites — Deberías aprender a comportarte — sugiere don Joaquín. Luna sigue escuchando sin hablar, ésto se pondrá muy feo y lo peor es que yo tengo la culpa. — Papá... — interviene Joaquín — ¡Y tú ya deja de encubrir a la descarada de tu hermana! — replica don Joaquín — Ya es tiempo que ella escuche sus verdades — añade doña Margarita LUNA Mis padres están tan molestos conmigo que están diciendo muchas cosas que desconocía, siempre supe que me consideraban la oveja negra de la familia, pero aun así, no puedo creer todo lo que estoy escuchando, ni siquiera sé qué decir o qué hacer, ésto es muy humillante, sus palabras me hieren demasiado y no, ésto no se puede quedar así... — ...Deberías ser más inteligente, más tranquila, más respetuosa de nuestras creencias, pensar en los demás y no solamente en tí, el mundo no gira a tu alrededor como tú piensas — continúa mi padre — no siempre se trata de tí ni de lo que tú quieres, siempre tan egocéntrica, tan impulsiva y tan cabeza hueca que no puedes ver lo que hay más allá de tu nariz — Desde niña siempre has sido así tan impetuosa y testaruda, siempre haciendo lo que tú quieres, rebelándote ante nosotros y causando múltiples problemas, — añade mi madre — el accidente ese en el que destrozaste el auto nuevo de tu padre, ese que costó una fortuna el reparar todos los daños causados y por el que pagamos mucho dinero para que no saliera en los medios, ¿y de qué sirvió? De nada porque has seguido de fiesta, siempre sin importarte nada, ebria pisoteando el honor de la familia, ¿sabes todo lo que dicen de ti? — ella me mira y yo sólo muevo la cabeza diciendo que no — todas nuestras amistades dicen que eres una mujerzuela, que ya borracha se te olvida hasta la dignidad y te metes con cualquiera y en donde sea. Deberías ser más como tu cuñada, ella siempre se comporta con rectitud, nos considera para todo y nunca nos causa disgusto — ah, no, ¡eso nunca! Eso ya no lo puedo tolerar — ¡Ay, claro! Santa Lizanya, ella es la nujer perfecta, y bien, cabe mencionar que ella tampoco encubrió a la pareja de homosexuales ni se embarazó sin estar casada ni mucho menos se relacionó con un hombre casado que asesinó a su esposa embarazada, ¿verdad? — ¡Liz es muy distinta a tí, y tú deberías aprender de ella — sugiere mi padre — ¡Pues si tanta felicidad les causa la mustia de Lizanya, pues adóptenla, quédense con esa hija perfecta y olvídense de que existo, porque a partir de ahora yo ya no tengo padres! ¡Ya no existo para ustedes y ya no quiero volver a saber nada de de ustedes! Salgo furiosa hacia la calle, todo lo que quiero es apartarme de ellos, me han lastimado profundamente, nunca imaginé lo mucho que se avergonzaban de mí, esa horrible comparación me ha dolido en el alma. FERNANDO Luna está desecha y puedo entender el porqué... pero ¿a dónde va? — ¡Andrés, cuida a la niña! — rápidamente el toma a la niña entre sus brazos y yo salgo corriendo tras ella — ¡Luna! — no me escucha — ¡Luna! — insisto Luna está consternada, camina directo hacia la calle, ¡Un vehículo va directo hacia ella!
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD