CAPITULO LIII. Hebria

1112 Words
FERNANDO Ya vamos llegando a casa y la bebé se ha dormido en el camino, es un angelito. — Vamos a recostarla — sugiero a Luna — ¡Yo quisiera acompañarte! — interviene Carmelita — si no tienen inconveniente — Adelante, Carmelita, sirve que como algo — responde Luna — Puedo ayudarte a preparar algo — menciona Andrés — Con un sándwich bastará — Bien, vamos Carmelita Carmelita y yo vamos a hacia la habitación, Luna se ve mucho más tranquila y eso me agrada. LUNA Andrés y Samuel son los mejores amigos que podríamos tener, me siento tan afortunada de contar con ellos, me tienen como niña mimada, todo el tiempo me consienten y son muy considerados, mi hija será la niña más consentida del mundo con este par. — Muchas gracias, chicos, no se hubieran molestado — No es molestia, comadre, además, todos nos vinimos sin comer y ya hace hambre — responde Andrés mientras prepara una delicia de sandwich — Lo siento mucho, muchachos — No, ¡yo lo siento mucho! La verdad la situación se me salió de control y de no haber sido por eso, nada de ésto hubiera pasado — responde Samuel mientras sirve las bebidas — Yo creo que tarde o temprano mis padres iban a terminar reaccionando de esa manera gracias a todas mis tonterías — Lo lamento mucho, de verdad — Samuel me toma de la mano para darme fortaleza — ¡A comer! — indica Andrés — Ustedes sí que son la pareja perfecta — me burlo — ¿y entonces para cuándo dijimos que sería la boda? — Olvídalo, no es mi tipo — responde Samuel — ¡Claro que sí! Además cocina riquísimo — No insistas, a mí me gustan con más cadera y pechuga — responde Andrés — Ni modo, Samuel, tendrás que hacer algo al respecto — Sí, salir a buscar mujeres lindas esta noche, ¿qué te parece, Andrés? — Intentas compensarme por las vergüenzas que me has hecho pasar — Tú tienes la culpa — ¿Yo? — replica Andrés — Pues no te negaste en absoluto — La verdad quería ver hasta dónde llegabas con la mentira — Pues ya viste — Y Joaquín se pasó, ¿eh? — menciona Andrés — Se las cobraremos, te lo prometo — comenta Samuel — ¡Yo quiero estar presente! ¡Por favor! — suplico — además les puedo ayudar a planear algo — No, tus planes siempre nos meten en problemas — comenta Samuel — Tienes razón — respondo — Pero siempre son muy divertidos, mejor sí ayúdanos — Samuel cambia de opinión, pero supongo que es para no hacerme sentir más mal Luego de comer, los muchachos se van a su habitación a cambiar, se nota que usar traje no es lo suyo así que fueron a ponerse algo más cómodo, les dije que subiría a la habitación, pero la verdad es que estoy muy triste y no quiero que Fernando me vea así. Me dirijo al mini bar y tomo la primer botella que tuve a la mano, tomo una copa e intento servirme, pero creo que estoy tan distraída que se me ha caído accidentalmente, debo limpiar esto antes de que venga alguien. Mis pies están sufriendo con estos zapatos, me los quito y los dejo por allí, en algún lugar del mini bar, comienzo a beber directo de la botella, hace mucho calor aquí, así que iré hacia la piscina. — ¡Luna! — grita Samuel — Escuché que algo se quebró, ¿estás bien? — Sí, no me quebré yo, no pasa nada — respondo — Espera, ¿a dónde vas? — A la piscina, hace mucho calor — Pero deberías dejar aquí esa botella — Obvio no — Escuché un ruido, ¿están bien? — pregunta Andrés — Sí, cómo son chismosos en esta casa — respondo mientras pongo música — ¡Uy! — puedo escuchar a Andrés haciendo ese sonido mientras me doy la media vuelta y camino hacia la puerta de vidrio que tengo justo frente a mí que me lleva directo a la piscina — De verdad, deberías dejar esa botella aquí — insiste Samuel pero lo ignoro Andrés y Samuel caminan detrás de mí — ¿Ahora ya tengo guardaespaldas o qué? — pregunto molesta — Sí, siempre he sido algo así — responde Samuel — ¡Y ya veo que al 2x1! Hace mucho calor aquí, necesito quitarme este vestido que me está sofocando. — ¡Espera! ¿Qué haces? — expresa Samuel — Tengo mucho calor — Sí, pero no puedes hacer eso aquí — ¿Porqué no? ¡Estoy en mi casa! — Pero estamos nosotros aquí — ¿En serio se van a calentar sólo porque me vean desnuda? — Es por respeto, — expresa Andrés — Fernando, ya sabes, ¿Tú entiendes, no? — Tienen razón, chicos, lo siento, creo que el alcohol ya me hizo efecto — Por eso deberías dejarlo — Cierto — respondo eso, pero sigo bebiendo — De verdad, Luna, dame eso — insiste Samuel — Si tanto la quieres, ven por ella — camino alrededor de la piscina — Andrés, ayúdame — le habla mientras le hace señas para que me alcance por el otro lado — ¡Qué lindos chicos! — digo burlona mientras ellos se van acercando — Ya dame eso, es peligroso — dice Samuel — No, porque este es un día muy importante y merece ser celebrado, ¡salud! — Dame, pues, yo también quiero — indica Andrés, pero no le permito agarrar mi botella — Andresito, ya sé lo que tramas, no soy tonta — Ándale, ya vamos para adentro — insiste Andrés mientras Samuel me mira sospechoso — ¡Yo creo que no quieren atraparme de verdad! De seguro me tienen miedo, pero lo entiendo, soy muy peligrosa — Sólo nos preocupamos por ti — ¿Eso que suena es el teléfono? — pregunto — No intentes distraernos — menciona Samuel — Ya casi llegan muchachos, están muy cerca — Te estamos dando tiempo para recapacitar — Y si eso no sucede, ¿qué me harás? — Te acusaré con mi mamá — responde Samuel — ¡Ya no somos niños, Samuel! — exclamo Ya casi me atrapan, debo distraerlos, ¡ya sé! Comienzo a quitarme el vestido frente a ellos, siento la libertad en mi piel... — ¡No! ¿Luna, qué haces? — cuestiona Samuel — Póntelo de nuevo — me exige Andrés Sigo bebiendo de la botella e intento caminar hacia atrás, pero mi pie se atora con el vestido que yace en el suelo. —¿Lunaaaaaa!
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD