CAPITULO LXXIV. Demorado

1023 Words
ANDRÉS Nunca me imaginé atravesar por una situación así, la nostalgia y la melancolía me invaden cada segundo más, desde que supe de la enfermedad no he podido dejar de pensar en lo caótica que ha sido mi vida desde joven, los problemas con mis padres, el desentendimiento de Dulce, mis vicios y mi manera de vivir la vida hasta hoy, quizá sea por todo eso que ahora estoy en esta situación, he estado desafiando al destino y ni siquiera me había dado cuenta. Nunca tuve hijos, que yo sepa, aunque no me extrañaría que algún día viniera alguna mujer a decirme que mis actos tuvieron consecuencias y me exija una cuantiosa pensión remuneradora por el tiempo que fui un irresponsable, suena mal, pero en estos momentos sería lo mejor que me pudiera ocurrir, un hijo, ¡eso sería algo maravilloso!, se me viene a la mente la imagen de Fernando con Camilita y me entra esa basurita en el ojo que me hace querer vivir algo así también algún día. ¡Vaya! ¡Jamás imaginé que sentiría todo esto! Tengo tantos sentimientos encontrados que ni siquiera puedo reconocer cuál es cada uno, no sé si es un castigo divino o una manera de exigirme que cambie definitivamente, sea como sea, lo tengo que afrontar y por mucho miedo que tenga, mi familia nueva no debe verme mal ni triste ni débil, no quiero ser causante de su desdicha. LUNA Ya es muy tarde y de Joaquín ni sus luces, espero que se haya refugiado en un motel de paso, ¡le dije que se esperara hasta mañana para conducir! ¡Pero es tan terco! ¡Nunca me escucha! Piensa que por ser el hermano mayor puede hacer lo que se le antoje... ¡Ja! Y luego dicen que la impetuosa soy yo. — Mi amor, yo sé que estás preocupada por tu hermano, pero deberías dormir un poco — indica Fernando — Lo sé, pero es que estoy muy nerviosa — Yo me quedo a esperarlo, tú ve a descansar — No puedo, mejor duerme tú y yo me quedo a esperar — ¿Cómo crees? Mejor nos quedamos los dos — Fernando, no sé qué haría sin ti — Probablemente, embriagarte en un momento como este — Lo más seguro — Por suerte ahora estoy yo a tu lado para impedir que provoques disturbios — No necesito estar ebria para provocarlos, ¿sabías? — Sí, lo sé y me fascina — ¿De verdad te gusta como soy? — ¿Te refieres a impetuosa, caprichosa, desinhibida, mandona, inteligente, sensual, provocativa, hermosa, preciosa...? — No sabía que me veías de esa manera tan linda — Y tengo una lista muy larga, pero no quiero hacer mucho ruido — Para serte sincera, pensé que los hombres como tú nunca me tendrían paciencia ni mucho menos amor verdadero — ¿Los hombres como yo? ¿Viejos y aburridos? Si eres la chispa que me mantiene con vida — ¿Viejo? ¿De dónde sacas que estás viejo? — Pues no precisamente, pero cuando tú naciste, Joaquín y yo ya casi empezábamos la adolescencia — ¿Te imaginas que nuestros padres hubieran continuado con sus reuniones de fin de semana? — A veces creo que jamás me hubiera casado con Giselle por haberte conocido a ti primero, mi madre hubiera sido la más feliz — O, con toda mi mala fama, me hubiera odiado y tú también — No lo creo, pero sea como sea, yo hubiera salido ganando también — ¿También? — Claro, te tengo a ti y a Camila, a Andrés, a Joaquín, a Carmelita y a Samuel, y no trabajo, soy un mantenido exitoso — Eres mío, que es lo importante — ¿Lo ves? Cualquiera que sea la situación, yo salgo ganando Después de esta conversación, me siento más tranquila, aunque sigo angustiada, Joaquín no llama y no contesta mis llamadas. La niña está dormida y nos dirigimos a la cocina por un té relajante, quizá esté por llegar y yo con mis dramas. Al llegar a la cocina, Samuel está allí bebiendo café. — Pensé que ya estaban dormidos — menciona — Estamos esperando a Joaquín — aclaro — Yo también, pero ya se tardó, ¿no? — Recuerden que es un largo camino, está oscuro y no conoce, de seguro viene a vuelta de rueda y por eso tarda tanto — Fernando intenta hacernos pensar desde otra perspectiva — Es probable — afirma Samuel — ¿Y Andrés? — pregunta Fernando — Debe estar muy dormido, hace rato se tomó sus medicamentos y se fue a su habitación — Hace bien, ¿te dio las indicaciones para mañana? — pregunta Fernando — No, está aferrado a presentarse mañana a trabajar, no pude hacerlo cambiar de opinión — Tendrás que ir con él — De hecho se lo advertí, pero no le importó, dijo que debe hacer unos pendientes — Mañana que lo veas le dices que yo me encargaré de esos pendientes — ¿Tú sabes a que se refiere? — pregunto — Sí, está decidido a reencontrarse con Dulce, el amor de su vida, y me pidió que contratara a un detective — Tenemos que hacerlo — Lo sé, pero hoy todo fue tan rápido que ni siquiera me dio tiempo y él es tan desesperado, que de seguro mañana quiere buscarlo él mismo — Sería algo maravilloso que pudieran retomar su relación después de tantos años — Yo también lo creo, aunque creo que escarbar en el pasado no le traerá nada bueno — ¿Por qué lo dices? — pregunta Samuel — Como saben, no quedó en buenos términos con sus padres y eso sería revivir muchas heridas — Pero en caso de que necesite un trasplante, deberá buscarlos — replica Samuel — Dudo mucho que lo haga, todo fue tan difícil para él — ¿Entonces, tú puedes contarnos todo lo que le pasó? — pregunto — Sé que tienen muchas preguntas y me encantaría responderlas, pero no me corresponde Luego de esta conversación, recibo una llama a mi celular, ¡debe ser Joaquín!
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD