LUNA — ¿Sí, Joaquín? — respondo el teléfono — Buenas noches, estoy llamando porque, encontramos este teléfono cerca de un auto accidentado en la carretera — una voz masculina me responde — ¡Un auto accidentado! — Sí, y como le digo, a un lado estaba tirado este teléfono y decidimos llamarle porque ví que tiene muchas llamadas perdidas — ¡Sí, sí! El dueño es mi hermano, ¿puede decirme cómo está, si está herido? — No, el auto está sólo — ¿Pero qué fue lo que pasó? — Volcó y se estrelló contra un árbol — ¡¿Qué?! ¡¿Pero Joaquín está por allí?! — No, señorita, su hermano no está aquí, debió caminar para pedir ayuda — Por favor, señor, deme la ubicación para ir a buscar a mi hermano, puede quedarse con el teléfono, con lo que quiera, pero dígame a dónde me dirijo, ¡se lo suplico! —