CAPITULO XXIX. Recordado amistades

1107 Words
LUNA Estoy rezando para que mi familia acepte a Fernando, mis nervios están de punta y me preocupa que puedan maltratarlo. — Joaquín, Samuel, tengo que pedirles algo — Espero no sea de dinero — menciona Samuel bromista — Tú dirás, hermanita — respondió Joaquín — Por favor, por favor, quédense con nosotros cuando lleguemos a casa — ¿Hay algo que te preocupe? — pregunta Joaquín — Sí, la verdad no sé qué esperar de mis padres ahora que nos acompaña Fernando — respondo y Fernando me mira con expresión de sorpresa — No quiero causarte problemas en casa, Luna, es lo que menos deseo, así que puedo quedarme en un hotel — ¡De ninguna manera! Tú eres el padre de Camila y por tanto, mereces un lugar en mi casa, si a ellos no les gusta pues, que se regresen a su casa — comento — Pensé que vivías con tus padres — menciona Fernando — ¿Estás loco? — pregunto — ¿Y porqué no? Es normal entre las jóvenes de tu edad — Eso responde mi pregunta. Hace mucho que dejé la casa de mis padres, nunca me gustó vivir presa de sus atenciones — ¡Es cierto! Solían discutir cada vez que Luna salía y como mi hermana siempre le pedía permiso a sus pies, solamente, ¡ya te imaginarás! — continuó Joaquín — Ellos dijeron "mientras vivas en mi casa, respetarás las reglas", así que me mudé de inmediato — ¡Y yo junto con ella! — comenta Samuel FERNANDO La plática continuó hasta que llegamos a casa de Luna, mis pensamientos se perdieron en el comentario de Samuel, ¿o sea, que viven juntos o cómo? No entendí, ¡me perdí por completo! Eso y la preocupación por la familia de Luna me tiene muy mortificado, de verdad, no quiero causarle problemas a nadie y entiendo por completo su posición, a mi tampoco me gustaría que mi hija se relacionara con un posible asesino. DON JOAQUÍN VILLANUEVA Al fin ha llegado mi Lunita con mi nueva nieta, ¡soy el abuelo más feliz del mundo! Aunque no sé porqué mis hijos se empeñaron tanto en salir de viaje justo antes del parto, la vida de mi hija pudo haber estado expuesta al peligro y la de mi nieta aún más, ¡son unos inconscientes! Samuelito viene cargando las cosas de mi hija, siempre tan buen muchacho, y Joaquín ayuda a cargar la pañalera para que se baje Lunita, ¡espera! ¿Dónde está mi nieta? Alguien más se baja del auto y Luna lo toma del brazo ¿Quién es ese hombre que viene con mi hija? — Papá, hay dos personas que debo presentarte — dice Luna dirigiéndose hacia mí — Ya veo, hija — respondo — Este hombre que ves aquí es el padre de mi hija y este hermosa bebé que trae en brazos es tu nieta, Camila — ¡Camila! Conocí a una Camila hace muchos años. Es la niña más bella del universo, se parece a ti cuando naciste — comento — Mamá — dice Luna — ¡Esta criatura es preciosa! ¡Mira Carmelita! ¡Nuestra nietecita! — expresa mi esposa — Y él es el padre — le informo señalando al hombre que está junto a Luna — y la niña se llama Camila — Me recuerda a alguien — Claro que sí, a Camila de Rivera, esposa de mi amigo Francisco Rivera — ¡Ay, es cierto! Tan buenos amigos DOÑA MARGARITA VILLANUEVA Ese hombre se parece a alguien, pero no sé a quién. Bueno, pasemos al comedor, deben estan hambrientos estos muchachos. — ¡Carmelita! ¡Vamos a ofrecerles algo de comer a estos muchachos! De seguro están hambrientos y cansados — Sí, Margarita, ya tengo todo listo desde que mi hijo me avisó que ya venían — ¡Mamá, yo les ayudó! — exclama Samy — No, hijo, siéntate, déjame consentirte — responde Carmelita — Hazle caso a tu madre, déjanos consentirlos a todos — insisto LUNA Creo que es una buena estrategia dejar que mis padres recuerden primero a los Rivera, así cuando les diga el nombre de mi acompañante ya estarán más conscientes... espero. FERNANDO Creo que Luna está haciendo tiempo para presentarme ante sus padres, la dejaré hacer lo que crea correcto, así no hablaré al menos que sea muy necesario para lograr pasar desapercibido. JOAQUÍN A a ver si estoy entendiendo, mi hermana está haciendo que mis padres recuerden con cariño a la familia Rivera para que eso les obligue a no rechazar a Fernando, ¡astuta! Cuando sea grande quiero ser como ella. CARMELITA Es tan linda mi niña Camila, tan linda como mi niña Luna, me da mucha pena por mi hijo, Samuel, aunque él lo niegue, sé que está perdidamente enamorado de Luna, pero bueno, uno nunca decide de quién enamorarse ¿verdad? MARGARITA —Ahora que hemos estado hablando de mi amiga Camila y su esposo Francisco, me vienen a la mente tantos recuerdos. ¿Recuerdas Joaquín cuando jugabas con Fernando a los piratas? Pasaban corriendo por toda la casa y el jardín, ¡y por todas partes! No había ningún lugar que pudiera salvarse de ustedes, por donde quiera que pasaban dejaban un tremendo desastre — recuerda Margarita — Desde luego, mamá — responde Joaquín — fueron mis mejores años — Fernandito era un niño tan bueno, muy aplicado en la escuela y jamás peleaba con nadie, nunca le dio conflictos a sus padres. Lástima que dió un mal paso, un terrible mal paso y pensar que ahora está en la cárcel — Uno nunca sabe cómo reaccionará ante determinadas circunstancias — responde Don Joaquín — Tan buenos valores que le inculcaron sus padres y terminó siendo un asesino, deben estar muy decepcionados de él — comenta doña Margarita — Me gustaría tanto volver a ver a mis amigos, buscaré su nombre en el directorio — menciona Don Joaquín — deben estar pasándola muy mal con toda esta situación — No los encontrarás, papá — comenta Luna — Claro que sí, allí deben estar y si no, me enseñas a usar la internet para buscarlos —insiste Don Joaquín entusiasmado — De verdad, papá, yo sé lo que te digo — comenta Luna — ¡Qué maravilloso gesto de su parte, Don Joaquín! Pero en verdad no los encontrará — menciona Fernando — Si insisten tanto es porque algo saben — dice doña Margarita — Desafortunadamente, mis padres murieron hace años — responde Fernando — ¡¿Tus padres?! — preguntan dona Margarita y don Joaquín al unísono con asombro
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