CAPITULO LXV. La diosa interesada

1046 Words
Andrés paga la cuenta con su dinero y el dinero que le dí a escondidas cuando ellas no estaban, soy un mentiroso, pero también un caballero, como puedes darte cuenta. Luego nos subimos a su auto y comienza a conducir por un rumbo que no conozco, confirmando que, obviamente, no iremos a su casa. — ¿Y tu casa es muy grande, Andrés? — pregunta Rocío — Claro, preciosa, me gusta lo bueno — se nota que son unas interesadas — No pensé que tu casa estuviera por esta zona residencial — puedo notar cómo sus ojos se hacen grandes al mirar a su alrededor — ¿Y porqué no? — replica Andrés — Yo soy un hombre exitoso, ¿o lo dudan? — Bueno, tú y tu amigo no parecen ser de los que trabajan mucho — replica Rocío — Pues yo no — respondo — pero él sí, es muy trabajador, un excelente partido y el sueño de cualquier mujer — Hasta parece que le estás buscando pareja — comenta Rocío — Todo sea por su felicidad — Maricarmen me mira detenidamente por unos segundos — Dijiste que eres chofer, ¿no deberías estar trabajando en estos momentos? — me cuestiona Maricarmen mientras me acerco a ella — No, mis patrones están de viaje, así que tengo mucho tiempo libre — ¿Y tu mamá está enferma o algo así? — le respondo entre beso y beso — No, vivo con ella por gusto, ella cocina, lava, plancha, etc., ya sabes, cosas de mujeres — dije en tono machista, pero obviamente es mentira, mi madre me golpearía si me escuchara hablar de ese modo — ¿Entonces, eres de los que creen que una mujer sólo sirve para eso? — pregunta Maricarmen mientras le beso el cuello — Claro que no, chiquita, — respondo sin dejar de besarla y comienzo a tocar sus piernas suavemente — hay muchas otras cosas para las que sirven las bellezas como tú — intento ofenderla y hacerla perder el control a ver si me grita diciendo alguna verdad, al fin — ¡Para, por favor, Samuel! La verdad es que ya me cansé de ti, quiero bajarme del auto — Pero si ya estamos llegando — expresa Andrés — Es que tu amigo es un tarado y no quiero volver a verlo jamás — me río — Perdona, Mayté, no sabía que ser un pobre diablo me quitaba el atractivo — ¿Mayté? — pregunta Andrés — Perdón, ¿dije Mayté? Quise decir "Maricarmen" — ellas se miran y se hacen muecas Pronto llegamos a una lujosa casa, él abre la puerta y desactiva la alarma de inmediato, luego nos invita a pasar, Maricarmen permanece junto a Rocío, pues no puede resistirse a entrar para conocer cada detalle de la residencia. Andrés se adelanta por la casa y me pide ayuda para comenzar a servir las bebidas, mientras le ayudo, a escondidas susurramos... — ¿De dónde sacaste este lugar? — pregunto de inmediato — Es la casa de Fernando. — responde y quedo perplejo, pues allí murió una persona — ¡Ya sé que es una locura! Pero no se me ocurrió otra cosa, ayúdame a tirar los retratos que veas — Siempre supe que Fernando tenía un excelente gusto y no me equivoqué, aunque la casa de Luna es mucho mejor — Shhhhh, te van a escuchar — Ya tengo las bebidas — Y yo las botanas, vamos Regresamos a la sala con las chicas y les ofrecemos lo que preparamos para ellas, luego Andrés comienza a besar a Rocío intensamente y yo me quedo viendo, tenía tantas ganas de coger hoy, pero la presencia de Mayté me hizo perder el interés y sé que, debido a mis ofensas, ella no querrá nada conmigo tampoco. — Bien, Mayté, ¿o prefieres que te llame Maricarmen? — pregunto — Como quieras — responde molesta — Perfecto, Ana Paula, te quedas en tu casa — ¿Ana Paula? ¿No tienes imaginación o qué? — Perdón, es que como no acostumbro a salir con chicas que se cambian de nombre pues, no supe cómo llamarte, pero no creo que tengas problema con eso, total, ayer fuiste Mayté, hoy eres Maricarmen, mañana serás Ana Paula, otro día Perla, no lo sé, no importa mucho, supongo — Eres un odioso — Y supongo también, que mañana ella será tu mamá y después tu sobrina o algo así, al cabo hoy es tu hermana y ayer fue tu prima, así que, ¿qué más da? — Pareces mujer ofendida cuando te comportas de esa manera — ¿En serio? No me había dado cuenta. — respondo mientras camino alejándome de ella — Estaré por aquí por si deseas algo y sí, puedes conocer la casa Entro a una de las habitaciones a explorar, es una casa hermosa, lujosa y cada detalle es verdaderamente costoso, por lo que veo, estoy realmente impresionado, pero supongo que el buen Fernando no debe saber que estuvimos allí, de seguro ni se lo imagina. Luego de unos minutos, escucho los pasos de alguien aproximándose y finjo que no estoy conociendo la casa también, debe ser Maricarmen así que, me coloco en una posición cómoda en la cama que tengo frente a mí. Es una cama grande con una colcha dorada súper elegante, se siente suave al tacto, cierro los ojos y espero pacientemente. — Sabía que estabas por aquí — abro los ojos y la veo acercarse aún más hasta quedar sobre mí — sólo quería decirte que para tí, soy quien tú quieras, sólo nunca me olvides — ella me besa sin darme oportunidad de negarme — Eso nunca — vuelvo a besarla y comienza a desbrochar mi camisa con desespero — No he podido olvidarte, Samuel — Ni yo a tí, extraña — ¿Extraña? — pregunta mientras se desviste — Sí, ya que no tengo un nombre para tí — respondo sin dejar de besarla Nos besamos nuevamente y me ayuda a desabrochar el pantalón y pronto, me da placer con su boca, su lengua toca suavemente la cabeza de mi pene y yo siento enloquecer de placer, ¡esta mujer es una diosa! Una diosa interesada, claro, aunque conmigo tendrá que conformarse.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD