La mujer recordó el triste momento cuando apenas tenía diez semanas de embarazo y él la golpeó sin piedad provocándole un aborto. Le practicaron un legrado, en esa época en los hospitales públicos no tenían ninguna consideración. Sin nada de anestesia introdujeron dentro de la cavidad uterina una varilla con mango y una pequeña asa para ir raspando el endometrio. El dolor que sentía en ese instante sumado a las costillas rotas y a la angustia emocional de haber perdido a su bebé, aniquilaron por completo la salud física y mental de Lourdes. Cuando le pidió ayuda a su madre para separarse de Guido, la señora se la negó diciendo que no podía dejar a Paloma, sin su padre. El médico le recomendó reposo absoluto durante quince días, nada de relaciones sexuales para evitar infecciones, a más que