Bienvenidas a esta nueva historia!! Espero la disfruten.
Cap 5
Divorcio 2da parte
Margaret enloquece, se levanta de su asiento de un salto y como hace tres años, vuelve a abofetearme, solo que esta vez su hijo no dice nada, hasta creo que ni se percata de lo que está pasando.
—¡Cómo te atreves a romper los documentos! ¿Es que acaso quieres más dinero? —Me froto la mejilla mirando a los ojos verdes de Derek, que han sido mi luz desde que los vi por primera vez. — Volveremos a hacer la demanda porque en la vida de mi hijo no eres nada más que una cualquiera que va detrás de la fortuna de mi familia.
Fortuna dice la señora con olor a vacas.
Derek toma el brazo de su madre y la obliga a sentarse cuando ve que está a punto de volver a golpearme y sacudo mi cabeza pidiéndole a mi abogado con ojos suplicantes que intervenga.
—Si ya termino con el drama — Mi abogado se pone de pie, estupefacto aun por el comportamiento de mi suegra. — Mi cliente esperaba esto desde hace meses y previendo la maniobra de usted, me convocó para que la represente este día, acertando afortunadamente con sus sospechas. Ya que usted llegó con su abogada, sin avisarle y con documentos que a mi cliente no le interesan. La pregunta es, señor Johnson —Esta vez mira a Derek. — ¿Quién está casado con mi cliente, usted o su madre?
No dice nada y sus mejillas se tiñen de rojo carmesí.
—No te molestes, lee los documentos y que los firme de una vez para que pueda largarme de aquí y no volver nunca más.
Asiente y comienza con la lectura de los documentos.
—Nos encontramos aquí para formalizar el divorcio entre la señora Samantha Moore Williams y el señor Derek Johnson Price, quienes han decidido poner fin a su matrimonio de tres años. En los términos acordados, mi cliente, la señora Moore Williams ha renunciado voluntariamente a cualquier compensación económica y a la división de las propiedades.
Mi abogado hace una pausa dejando que sus palabras calaran en el silencio del comedor, helando a la mujer que me ha despreciado desde hace años y sorprendiendo a mi esposo.
Mi abogado continúa con la lectura.
— El acuerdo que les presenta mi cliente, establece que la señora Moore Williams, no recibirá la suma de dinero pactada originalmente, ni reclamará derechos sobre las propiedades compartidas durante el matrimonio, ni está interesada en las ganancias de su esposo, ya que no ha usado de la fortuna Johnson desde que contrajeron nupcias ni un solo dólar del patrimonio de su esposo, manteniéndose a si misma con los ingresos de las sucursales a nombre de mi cliente aquí, en New York, Dallas, Austin, Nueva Orleans y Chicago. Las cuales cede voluntariamente a su ex esposo para que su fortuna se expanda aún más.
Sonrió tristemente, si Margaret supiera cuánto dinero tengo, me rogaría de rodillas que no abandone a su hijo. Ese es uno de los motivos por los cuales no dije la verdad sobre mi identidad y no les hable sobre mi familia.
—Si ambas partes están de acuerdo con lo aquí expresado pueden proceder a las firmas pertinentes y dar como concluida la demanda de divorcio por la señora Moore al señor Johnson. ¿Lo están?
Asiento y el niega.
—Firma los documentos, es su problema si quiere quedar en la miseria por orgullosa. —Exige Margaret a su hijo. — ¡Que firmes los malditos documentos!
Grita como una primitiva, quitándose el último trozo de etiqueta que tanto aparentaba tener. Suelto una sonrisita desganada y plasmo mi firma en cada línea punteada con mi nombre y se los extiendo a Derek para que los firme.
—No entiendo por qué lo haces, no voy a dejarte sin nada Samantha, si no tomaste dinero de nuestra cuenta en común no es justo que no te lleves nada.
Sacudo mi cabeza.
—Firma los documentos, a no ser que quieras que sea tu esposa por más tiempo. — Le digo esperanzada una vez más.
Duda y la cara de odio de su madre en mí y en él, lo obliga a firmar. Me quito los anillos de compromiso y boda que lleve con amor en mi dedo por tres años y envió el mensaje que estaba escribiendo a mi nuevo personal.
Salgo de la propiedad echando el último vistazo a mi ex casa sintiendo la punzada de dolor en mi pecho. Mi abogado me ayuda con mi equipaje y segundos después Derek sale de la casa con un cheque en la mano.
—No puedes quedarte sin nada, trabajaste duro para conseguir tus pastelerías y no me corresponde…
—¡Déjala sin nada! Se lo merece por Interesada y trepadora al engatusarte para quitarte lo que es nuestro. — Se vuelve a entrometer en nuestra conversación la mujer que detesto y le quita el cheque a su hijo de la mano. — Que se largue de una vez.
El sol abrazador del medio día, daña mi piel y cuando estoy por darme vuelta para esperar en la calle mi transporte, Derek me toma de la mano y saca de su bolsillo otro cheque.
— Acéptalo, por favor.
Deja en mis manos el papel con la suma escrita en veinte millones de dólares e ignora los insultos que su madre me lanza.
Rompo el cheque y le tiro los pedazos de papel en la cara a Margaret Johnson.
—Nunca me case contigo por dinero, Derek. ¿Acaso no lo entiendes? —Suelto lagrimas que no quería y en eso llegan tres camionetas negras blindadas a la propiedad y diez hombres se bajan de los vehículos, dos de ellos se acercan y hacen un asentimiento respetuoso para mí. Toman mi equipaje y los meten a la camioneta de atrás. Madre e hijo no entienden lo que está pasando. — Hace tres años, le decía a Emilie que tenía una fortuna y lo único que quería era casarme contigo, pero yo me refería a mi fortuna, no a la tuya ni la de tu familia, pero jamás me dejaste explicarte.
Mi abogado se ríe a carcajadas sin poderlo evitar disfrutando por mí, la cucharada de acido que les doy de tomar a Margaret y a mi ex esposo.
—Nunca me diste la oportunidad de explicarte nada y por tres años me abandonaste en esta mansión de lujo demostrándome que en realidad nunca me amaste y que la palabra de tu madre siempre tuvo más peso que la mía. Ahora eres libre de mí y espero que mis pastelerías sirvan para incrementar la fortuna de los Johnson que tanto protege tu madre.
Le doy la espalda para encaminarme a la camioneta del medio, donde ya espera mi abogado y uno de mis hombres, me da la mano para ayudarme a subir. Derek Corre en mi dirección y antes de cerrar la puerta la abre.
—¿Quién eres Samantha?
Sonrió intentando no demostrarle el dolor que siente mi corazón en estos momentos.
—Solo soy una chica rica que llego desde New York hace seis años a este pueblo con la ilusión de ser feliz, y lo fui hasta que nos casamos, pero los últimos tres fueron desdichas y humillaciones.
—No estas respondiendo. — Increíble, ahora quiere respuestas.
—Me sorprende que siendo el hombre de negocios que eres, no relaciones mis apellidos con las multinacionales Moore y Williams. Por parte de mi padre, y las empresas Williams por parte de mi madre en todo el mundo. Adiós, Derek. Que tú y tu madre sean muy felices. Veinte millones de gracias, ex esposo.
Lo último lo digo por ardida, ya que la suma que quería darme Derek, no son más que migajas, unas muy pequeñas comparadas con la enorme fortuna que yo poseo y ellos ni en diez vidas podrán adquirir vendiendo ganado. Cierro la puerta en su cara después de convencerme de que es lo mejor para ambos, aunque me duela y salimos de esta ciudad para no volver nunca más.
Dos meses después.
Soy ingresada a urgencias acompañada por mi asistente debido al desmayo en plena junta. Se me hace un chequeo general y espero los resultados ya sintiéndome mucho mejor.
Me culpo a mí misma por no alimentarme como es debido y al exceso de trabajo, los viajes y todas las responsabilidades que asumí cuando puse un pie en Londres. Me instale en la vieja mansión de mi madre, la que heredé de ella junto con las veintidós empresas de la extinguida familia Williams y sus miles de millones y eso sin contar las de mi padre.
—Señora Moore. —Ingresa la doctora con un sobre en la mano y una sonrisa en los labios. — tengo sus resultados.
—¿Puede decirme ya lo que tengo así puedo volver a mis labores? — Pido con molestia por mantenerme por tanto tiempo atascada aquí.
—Está usted embarazada de ocho semanas aproximadamente, señora Moore. Felicidades.
Voy a tener un bebe del hombre que amo y rompió mi corazón.