Nos levantamos temprano, fue una noche horrible para mí. Axel no dejaba de llamarme, por más que le bloqueara, me llamaba desde otro teléfono.
Me sentía agobiada y tenía miedo de que me encontrara. Me encargué de atender a Enzo e intentar olvidarme de eso. Ni me atreví a encender el teléfono. Lo había apagado durante la noche. Debía cambiar de número.
Llevé a Enzo a sus clases, hoy no coincidí con Suk. Mi día no estaba empezando bien y mi cuerpo lo notaba. Llegué al trabajo sin ganas, ni siquiera me tomé un café antes de entrar.
Jihan - ¿por qué tan triste?
Irina - un mal día… una mala noche.
Jihan - comprendo, no te preocupes mañana será otro día. Ya lo verás.
El trabajo comenzó, apenas hay gente por la mañana ya que la mayoría están en la cafetería para desayunar. No estaba concentrada y ya me había equivocado en dos pedidos y eso que aun no empezaba la hora de más ajetreo.
Seo - ¿podrías concentrarte un poco? No quiero que jodas las comandas de hoy.
Yun - no seas tan borde como ella, entiende que es nueva.
Seo - pero si es una enchufada del jefe, seguro se lo tira para estar aquí.
Todos lo miraban en silencio. Yo no comprendía sus palabras.
Seo - No pongáis esas caras, todos pensáis lo mismo. Tardamos más de un año en llegar aquí arriba ¿y ella en dos días está aquí? Es más que obvio que se acuesta con el jefe.
Somi - te estás pasando. Yun no tardó un año en llegar aquí.
Yun - lo hice en tres meses. El único que tardó un año, fuiste tú.
Seo - ¿¡pero no me digáis que no es raro que de un día para otro ella esté aquí!?
Volvió el silencio. No me sentí bien, no me gustaba la idea de que pensarán que eran una enchufada y que llegue ahí arriba sin esfuerzo. Me sentí mal conmigo misma y me sentí avergonzada.
Sentía unas enormes ganas de llorar, me estaban juzgando con sus miradas. Al punto de tener que irme de ahí. No lo soportaba más, me alejé por el pasillo, donde se me escaparon algunas lágrimas por tal presión de todo el día de mierda.
Choque con alguien, concretamente con el pecho de alguien. Levanté mi vista encontrando al chico de tez morena y hoyuelos adorables.
Nam - ¿está bien, señorita Martín?
Irina - S-si…
El chico suspiró, me agarró la muñeca y tiró de mí brazo con delicadeza hasta llegar al que deduzco que es su despacho.
Nam - ¿Quieres beber algo? ¿Un poco de agua?
Negué con la cabeza, no me atreví a mirarlo. Sentía su atenta mirada puesta en mí, empezó a acercarse a mí, pero todo se vio interrumpido por el sonido de la puerta de su despacho abrirse.
Ambos miramos a esta, encontrándonos a Axel. Quien miraba la escena, desconcertado. Miraba a Nam y después volvía a mí y así, hasta tres veces.
Axel - ¿Qué está pasando? ¿Por qué la señorita Martín está llorando, Nam?
Nam - realmente no lo sé, jefe.
Axel - largo.
Nam - pero es mi despacho…
Axel - dije que largo, Nam.
El más alto asintió, para después salir del despacho. Todo se volvió más incómodo. El chico fue acercándose poco a poco, sin llegar a invadir mi espacio personal.
Axel - ¿pasó algo malo? ¿Fue en el trabajo?
Irina - no, claro que no. Sólo no me siento del todo bien. Lo siento, volveré al trabajo.
Tenía pensado irme, pero me lo impidió agarrándome el brazo.
Axel - no se te da bien mentir. Eres muy obvia. Vamos, sígueme.
Tiro de mi brazo, era mucho más brusco que Nam. A él no parecía importarle hacerme daño en el brazo. Salimos del despacho de Nam, quien esperaba fuera a que saliéramos para poder entrar de nuevo.
Siguió el pasillo hasta llegar al comedor, me obligó a tomar asiento en una de las pocas mesas que había libres y se sentó justo enfrente.
Irina - debería estar trabajando… no puedo estar sentada.
Y menos contigo. Si ya de por si piensan que solo estoy aquí por acostarme con el jefe, ahora les estoy dando más motivos.
Axel - siéntate, señorita Martín. Es una orden.
Su tono de voz me asusta. Es tan serio, seco y tosco que consigue erizar me la piel. Obedecí sin rechistar. Me asustaba perder el trabajo por una tontería.
Axel - ayer te dije que hoy comería con la niñera de tu hijo, para conocerla.
Asentí, mientras mi mirada se posaba detrás de él, donde Seo me miraba con arrogancia. Me recordaba a Axel.
Axel - pues la tienes delante de ti.
Salí de mis pensamientos, centrándome de lleno en el.
Irina - ¿Qué?
Axel - soy yo… bueno no del todo. Suk me comentó lo de las clases de piano y…
Irina - tú eres el hyung de Suk, el que toca el piano…
Axel - el mismo. Lo que quiero decir es que puedo quedarme con él algunas tardes, el resto de días Yuna, la niñera de Nae y una buena amiga puede quedarse con ellos dos.
Irina - no quiero ser una carga… de verdad no hace falta, buscaré a alguien.
Axel - insisto.
Irina - no nos conocemos, no se porque quieres hacer esto. Todos ven raro que te acerques a mi y yo también…
El chico sonrió de lado, se recostó en el respaldo de la silla y me miraba atentamente.
Axel - huyes de algo, yo también. Estás sola, no he visto al padre de Enzo y él no habla de él, así que, deduzco que algo no va bien. Yo también estoy solo. Quise ser amable con alguien que lo está pasando similar a mi.
Agaché mi cabeza avergonzada por mis palabras.
Axel - y a Nae le agradas, estúpido, pero le agradas. Y para que negarlo, me alegras la vista depues de pasarme el día viendo al idiota de Nam o a Tae
Irina - lo siento, fui grosera contigo… pero eso último me sonó fuera de tono.
Axel - iba fuera de tono. Ignora lo que dije. A veces soy un poco impulsivo y hablo sin pensar o sin filtro. No es adrede.
Irina - creo que debería volver a trabajar.
Axel - no, come conmigo.
Irina - pero…
Con él mirándome fijamente a los ojos, me era imposible negarme, más cuando hinchada sus mejillas esperando respuesta. Dios como alguien tan seco y tosco puede ser tan adorable.
Comí con él. Fue algo incómodo, apenas hablamos, se limitó a preguntarme cosas del trabajo. Si lo llevaba bien o si había tenido algún problema.
Le dije que todo iba bien, que no había ningún problema. No se si realmente me creyó o prefirió dejarlo ahí.
Después de comer ambos nos levantamos, iba a recoger la mesa y a empezar a trabajar.
Axel - déjalo, vete a casa. Descansa y mañana vuelves.
Irina - pero…
Axel - luego acerco a tu hijo a casa. Vete y tomate la tarde libre. Ambos sabemos que no estás bien, se te nota. No quiero a trabajadores sin descansar correctamente. Como en un rato baje y te vea, te despido… o mejor te hago limpiar los baños masculinos.
Dicho eso se fue hacia la barra. Para hablar con HanSoo y Jintao. Tuve que irme a casa y sinceramente lo necesitaba. Mi día fue horrible desde que inició.