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1213 Words
La mandé para casa porque no estaba bien, no quiero que mis trabajadores estén mal. Bueno y puede que ella me diera cierta lástima. No se exactamente que le pasó, pero verla llorar me pudo y me molesto el hecho de que Nam la intentara consolar. Estúpido puesto que no la conozco. Tampoco se porque mierda accedí a quedarme con su hijo, si no me gustan los niños. Solo soporto a mi hija y en ocasiones ni eso. Pero tuve que insistir en quedarme con él, fue un impulso. Salí de la empresa después de haber hablado con HanSoo, sobre Irina. Le comenté que estaría definitivamente en el comedor, pero que tendría dos días libres. Sábado y domingo. Realmente me pongo en su lugar, como padre soltero. Yo tengo la suerte de tener a mis amigos o en su defecto a mis padres. Pero ella ni eso, según su currículum es extranjera y no lleva ni un mes en corea. Busqué en Internet el apellido de los Martín, y me salió un empresario Español, dueño de varios viñedos. Lo que me lleva a pensar ¿que la trajo aquí? su familia parece tener una buena economía ¿porque venir aquí con las manos vacías y empezar de cero? ¿Por qué la subí al comedor? tiene estudios, ha trabajado antes en un restaurante, sabe de vinos obviamente ya que se crió rodeada de ellos. Muchos famosos, empresarios o simplemente personas de alto estándar vienen a cenar a este restaurante, disfrutan de un buen vino, de una cena elegante y de las vistas a la ciudad… Me venía bien alguien que supiera de vinos y pudiera ayudar a los clientes a elegir el mejor. Probé el otro día, el sábado. Y todos los clientes que fueron atendidos por ella me dieron su visto bueno. Así que, no veo motivo por el que no pueda estar en el comedor. El problema es que la siento un poco incómoda con algo de aquí. Pero no descubro con que. Subí en mi coche, después de haber pedido a Tae que me trajera una de las sillas de coche antiguas de Nae. Axel - Gracias Tae, voy solo. Quédate con NamSeuk seguro él necesita chófer si o si. Asintió, después de hacerme una reverencia. Arranqué y me dirige a la escuela. Apenas tarde ya que está prácticamente al lado. Deje el coche cerca de la entrada y caminé hasta esta. Tuve que preguntar porque nunca me acuerdo de donde está la clase de Nae y mucho menos se donde está la del hijo de la señorita Martín. No me sé ni el nombre ¿cómo se pronuncia eso? Ni siquiera se pronunciar el suyo, por eso la hablo por su apellido. Primero fui por el niño, era más pequeño así que, debía ir antes. Me quedé en la puerta de su clase mirándolo como idiota. El niño pintaba entretenido mientras esperaba a que lo recogieran. Lo vi tan vulnerable, tan poca cosa. Era bastante pequeño para su edad, diría yo. Eso lo hacía ver más adorable, y si sumamos verle con el uniforme y con su pequeña corbata, se volvía aún más adorable. Axel - ¡niño! Amh… Martín. Hablé sin saber exactamente que decir, no recordaba su nombre. Conseguí llamar su atención, giró la cabeza hacia mi. Su vista se cruzó con la mía, me inspeccionó de arriba a abajo. Seguramente preguntándose qué mierda hacía yo aquí, en vez de su madre. Le hice un gesto con la mano, para que se acercara a mi. Se encogió de hombros, guardó sus cosas en su pequeña mochila y vino hasta mí. Debía agachar la cabeza para poder verle bien. Me agaché a su altura, porque ese hacía daño en la espalda. Enzo - ¿Papá de Nae? Asentí, mientras le agarraba la mochila, para llevarla yo. El no parecía entender mi presencia, es bastante desconfiado. Axel - vendrás conmigo, después te llevaré a casa. Se cruzó de brazos, negándose. Enzo - mamá dice que no debo ir con desconocidos. Axel - eso es muy cierto. Pero yo soy el jefe de tu madre, no soy un desconocido. El parecía estar en un debate mental, en sí aceptar venir conmigo o seguir los consejos de su madre de no hablar e ir con extraños. Axel - tengo helado y un piano. Enzo - Vámonos. Me pilló por sorpresa que me abrazara el cuello, esperando que lo llevara en brazos. Lo levanté aún confuso por su repentino movimiento. Iba a seguir mi camino hasta la clase de Nae, pero dos señoras me cortaron el paso. — ¿Quién es usted? Suelte a ese niño. Me puse nervioso con la atenta mirada de esas dos señoras. Axel - Soy Axel , soy el padre de Min NaeYoon … tengo permiso para llevarmelo. — ¿Qué permiso? Las dos se cruzaron de brazos. Me tocó mostrar mi DNI, y mostrar un papel con el permiso. Menos mal que le hice a la señorita mártir firmarlo. Por fin me dejaron ir a recoger a mi hija, por estas cosas no vengo yo. Odio estos sitios. Recogí a Nae y salí de ahí rápidamente, no la deje ni hablar. Ya en el coche ella entró por su cuenta, pero a "Enzo" como me dijo ya más de tres veces que era su nombre, me tocó acomodarlo a mi. Me recordó a cuando Nae era más pequeña, nunca se me dio bien eso. Más bien nada. Tengo claro que fui y soy un padre nefasto. No sé me da bien y es bastante obvio. No sé cómo es que Nae salió adelante. Media hora estuve para conseguir atar su cinturón, al final lo consiguió Nae y el mismo niño. Yo no pude. Entre por fin en el asiento del conductor y arranque, detonante las preguntas de Nae. Lo de ser cotilla si que lo saco a mi. Nae - ¿por qué está Enzo con nosotros, papá? ¿lo has secuestrado? Enzo - ¿¡Qué!? Quiero ir con mi mamá. Dijo espantado. Genial, ya que me costó sacarlo de su clase y convencerlo. Ahora llega y lo asusta así. Axel - no no, sólo pasará un rato con nosotros y después lo llevaremos a su casa. Nae - ¿y si nos lo quedamos? me aburro en casa Axel - es una persona, Nae. El debe estar con su madre. Nae - pues nos quedamos a los dos. Cómo hizo jinie. Empecé a toser descontroladamente, al punto de tener que parar el coche a un lado. Me giré para mirarla. Axel - Jintao se casó con una chica que ya tenía una hija, Nae. No los llevó simplemente a su casa. Nae - pero es que me aburro en casa y tu nunca estás. Suspiré profundamente, volví a centrarme en la carretera. Axel - sabes que tengo mucho trabajo, Nae. Nae - lo se… Su tono fue más frustrado, no me habló más. Se concentró en Enzo y habló con él durante todo el trayecto a casa. Al llegar ayudé al niño a bajar, había aparcado en el parking subterráneo, subimos directamente en el ascensor que nos llevaba a nuestro ático. Nae llevaba de la mano al niño, si hacía la interesante y madura.
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