06

1277 Words
Recogí la mesa mientras que ellos hacían los deberes de clase. Nae vivía en el mismo edificio ¿por qué? Osea el hotel Origin Of Min tiene habitaciones enormes y suites presidenciales. ¿Por qué no vivir en su propio hotel? Me parecía raro. Conforme fue pasando la tarde, Nae insistía en que supiéramos a su casa. Ella quería ver a su padre y no sabía cómo decirle que me daba vergüenza. Ese diablillo terminó por convencerme con esos pequeños ojitos y esa sonrisa adorable. Arreglé todo, me cambié de ropa de nuevo, ya que me había puesto el pijama porque no iba a salir de casa. Literalmente me puse una sudadera ancha que me llegaba a las rodillas y un pantalón corto vaquero. Salimos de casa los tres. Para llegar a los áticos tuvimos que salir del edificio y entrar por la entrada privada de atrás. Sólo puedes acceder desde ahí o desde el parking privado de los áticos. Todo está bastante preparado para que tengan privacidad. El portero nos tuvo que dar permiso para poder subir a casa de Nae. Necesitábamos una llave que solo tiene obviamente las personas que Axel quiere. Pero el portero nos hizo el favor al ver que iba con Nae. El ascensor nos dejó literalmente dentro del ático. Concretamente en la sala principal. Era enorme, un pequeño perro nos saludó en la entrada. Según Nae se llama Holly. Me tomé el tiempo de observar minuciosamente la enorme sala. Todo eran tonos oscuros, algo que me imaginaba viendo su forma de vestir. Había un enorme piano n***o a un lado de las escaleras. Tenía una alfombra negra en medio de las escaleras, que llevaba hasta la planta de arriba. Un gran sofá de cuero blanco frente a una gran televisión plasma con todo tipo de lujos y videojuegos. La casa era bastante elegante. Me asuste cuando vi al chico bajar las escaleras, con su pijama n***o de seda. Axel - ¿Nae? ¿Qué hace la señorita Martín en casa? Irina - lo siento muchísimo, nosotros ya nos íbamos… ¿Enzo? El niño estaba frente al piano, suplicar internamente por qué no se atreviera a tocarlo. Sin duda parecía la cosa más preciada del señor Min. Y tocó el piano. Se atrevió a tocar una de las teclas, consiguiendo que sonara. El niño me miró sonriente, como si hubiera hecho la travesura más grande de su vida, que la hizo. Lo maté con la mirada. Cuando se dio cuenta de mi enfado, el niño se atrevió a esconderse detrás del chico. Como si este fuera a protegerlo. Irina - lo siento mucho. Nosotros nos vamos ya. Intenté agarrar a Enzo, pero fue el chico quien paró mi brazo antes de llegar al niño. Nae - fui yo quien los trajo a jugar, papá. También voy a darle unos cuadernos a Enzo, para la escuela. Axel - no importa Nae, pero la próxima avisa primero para no estar en pijama con las visitas. ¿Ahora se preocupa por su atuendo? A la empresa va literalmente en ropa deportiva, cuando todos van con trajes, americanas o incluso esmoquin. Pero bueno, es su empresa y puede ir como le de la real gana. Nae agarró el brazo de Enzo y lo subió escaleras arriba. Mierda, me dejó sola con su padre. Se dio cuenta de que aún tenía mi brazo agarrado, lo soltó suavemente y tomó distancias conmigo avergonzado por tal acto suyo. Axel - gracias por recoger a Nae. Me dijo Suk que Nae quiso que la recogiera tu, gracias. Irina - no es nada, tenía que ir igualmente. Axel - amh… ¿Quieres algo de beber? Irina - Agua estaría bien. Axel - ¿agua? Mejor ven. Arrugó su nariz y me hizo seguirle hasta la cocina. Quedé fascinada con ese sitio. Era enorme, suelo de madera gris. Todo seguía con los tonos blancos, negros y grises. Lo que más me sorprendió fue el enorme frigorífico, con pantalla y asistente. Eso era magia, el frigorífico le hablaba, como si fuera Alexa o Siri. El chico empezó a preparar algo, aún no me dijo que era, pero estaba concentrado en ello. Axel - ¿te gusta el café? ¿Lo prefieres solo, con leche, descafeinado o capuchino? Irina - amh… me conformo con cualquiera Terminó de preparar dos cafés, me hizo acompañarlo de nuevo a la sala y tomamos asiento en el sofá. Era un poco incómodo la situación, pero él parecía estar de lo más tranquilo. Irina - Nae dijo que no tenías un buen día… no quiero ser metiche, pero ¿Está bien, señor Min? Axel - estoy bien, no se preocupe señorita Martín. Simplemente un mal día. Dio un gran sorbo a su café, imite su acción. Irina - siento de nuevo haberme presentado así en su casa. Axel - no te preocupes, es mejor, así Suk puede ir tranquilo a su casa. Ya le envié un mensaje de que Nae estaba en casa. Los dos quedamos en silencio, esto era de verdad incómodo. Tenía una gran duda en la cabeza y debía preguntarle. Irina - Señor Axel quería preguntarle algo… ¿puedo? Axel - adelante, soy todo oídos señorita Martín. Irina - ¿por qué no dejan de cambiarme el turno de trabajo? Axel - es porque no llegó a un acuerdo con HanSoo. Él quiere que estés en la cafetería junto a él, pero yo quiero que estés en el comedor. Irina - pero usted es el jefe… Axel - lo se. Pero también pienso que necesitarás días para estar y poder recoger a tu hijo. Irina - pero es confuso para mi estar de un lado para el otro. Axel - me gustaría realmente que estuvieras en el comedor, creo que tienes más salida y el salario es más alto. Si necesitas que alguien se quede con Enzo, tengo a alguien que puede hacerlo. Nae suele quedarse con ella, cuando yo estoy reunido o trabajando. Irina - ¿oh en serio? Axel - claro, si necesitas conocerla para fiarte, puedo concretar una reunión con ella. Irina - sería perfecto. Axel - bien, mañana en la comida. Tienes trabajo en el comedor, así que, será fácil. Le pediré a Taeyang que recoja a Enzo mañana, tiene que ir igualmente a por Nae. Volvió el silencio, pero fue interrumpido por los dos niños que bajaban las escaleras. Los dos venían sonriendo de forma traviesa. Algo habían hecho o alguna travesura estaban por hacer. Nae - papá deberías haberte arreglado un poco. Irina no tiene por qué ver tu feo pijama. Axel - tú la invitaste, sin avisar. Mi pijama no es feo. Enzo - a mi me gusta. Nae - pero podrías haberte cambiado de ropa, no le des la razón Enzo. Irina - no pasa nada… Axel - me estás distrayendo de algo, ¿cierto? ¿Qué has hecho? La niña tenía sus brazos a la espalda mientras sonreía, si, si había hecho algo. Nae - No hice nada… no nos metimos en tu habitación, ni tampoco saltamos en tu cama, ni pintamos en el cuaderno de tu escritorio. El chico cerró los ojos, intentando mantener la calma. Creo que ya era momento de irnos. Irina - nosotros deberíamos irnos ya… gracias por todo. El se levantó junto a nosotros. Nos acompañó hasta el ascensor. Axel - nos vemos mañana, señorita Martín. Asentí, nos quedamos mirando hasta que el ascensor se cerró. Siempre que estoy cerca de él, me siento nerviosa e inquieta. Volvimos a casa y me dejé caer en el sofá. Enzo se cambió y se puso su pijama, para después tirarse en el sofá conmigo.
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