Lunes, nueve de la mañana. Me estoy debatiendo mentalmente entrar o no en el edificio Origin Of Min. Cientos de miedos e inseguridades me recorren la mente a sus anchas.
No es nada Irina, tú puedes hacerlo. Viniste aquí en busca de una nueva vida, en busca de un futuro. Seo sólo es una piedra más en el camino, patea la piedra y sigue.
Mierda, la piedra es demasiado grande. No puedo patearla. Debo rodear la o pasar por encima.
Me adentré en el edificio, subí al ascensor hecha un manojo de nervios. Baje en la planta del comedor y me dirige directamente a los vestuarios. Ya venía con el uniforme puesto, pero iba a dejar mis cosas en la taquilla.
Somi estaba también guardando sus cosas, me saludó nada más verme.
- ¿Quieres ir a desayunar algo?
Yun estaba con ella y Jihan acababa de llegar.
- oh no gracias… me quedaré recogiendo un poco de mientras.
No tenía ganas de estar con nadie, solo quería terminar rápido, para ir a esconderme en mi cama. Pero no fue así, los demás se fueron a desayunar a la cafetería. Me quede limpiar las mesas y preparando todo para la hora de la comida, que siempre hay más ajetreo.
Limpiaba una de las mesas con un trapo, estaba concentrada de lleno en una mancha que no conseguía quitar. Algún gracioso había pintado un… pues eso, un pene. No se que edad tendría, pero ya mayorcita la persona que lo pinto.
Me asuste cuando me abrazaron por la espalda fuertemente. Mi pánico aumentó al ver la pulsera en la muñeca, reconocería esa pulsera tan llamativa. Era Seo.
Intenté con todas mis fuerzas apartar sus manos de mi, pero él es más alto, más fuerte y más astuto que yo.
- déjame por favor…
Dije al borde del llanto, de lo asustada que estaba. Se rió de mí, me empujó la espalda hasta quedar mi pecho contra la mesa. Cientos de lágrimas recorren mis ojos, los cerraba fuertemente deseando que esto terminará. Sólo estábamos él y yo. A esta hora ni un alma cruza el comedor, porque todos deben estar trabajando.
Me maldije a mi misma por ser estúpida y no haberme ido con el resto. Pero también tenía miedo de ellos, de ser juzgada por sus miradas. A saber que habrán escuchado de mí, por boca de Seo.
Deje de sentir presión sobre mí, escuché un gran estruendo a mi espalda. Me incorporé con cierto miedo. Seo estaba en el suelo. No me lo pensé dos veces, me escondí detrás de la persona que me lo quitó de encima. Sinceramente me sorprendió que me ayudará, puesto que me odia. Tae me ayudó.
Justo Axel entró por la puerta del comedor al escuchar el escándalo, venía junto a Nam y un par de trabajadores más, que de igual modo se sorprendieron.
Me escondí todo lo posible detrás de Tae, intentando ser lo menos posible vista. Dios qué vergüenza.
- vuelvan al trabajo ahora mismo.
Ordenó. Seo se levantó del suelo mirando fijamente a Tae. Los dos tenían un duelo de miradas asesinas.
Axel y Nam se acercaron hasta nosotros, no me atrevía a soltar a Tae. Me aferraba a su espalda más que asustada.
- ¿¡qué está pasando!? – preguntó Nam con un tono molesto.
- estos dos se estaban liando en mitad del comedor, ninguno merece estar aquí. Ella por puta y él por putero arrogante. No sé qué mierdad pintan aquí.
Axel empezó a reírse de forma estruendosa y sarcástica.
- wah ¿en serio?
Seo iba a responderle sonriente, pero Axel le cortó levantando un dedo.
Axel - me estás diciendo que Tae, mi mano derecha y amigo de la infancia en Daegu, prácticamente familia. Estaba tirándose a Irina Martín, persona a la que confío mi hija… wah es increíble, no me lo puedo creer.
- Yo tampoco, primo.
- ¡No me puedo creer lo estúpido que eres! ¡Ni para mentir vales, pedazo de mierda con patas! ¿¡Tú te estás oyendo!? Él es el padrino de mi hija, literalmente si algún día me pasará algo, él se quedaría con mi hija, ¿¡y crees voy a creerme que se estaba tirándose a alguien aquí!? Seo, querido primo, Tae es Sapiosexual.
- no me atrae para nada Irina, su inteligencia emocional es una mierda.
Me sentí ofendida. Sé que no soy tan inteligente, pero me dolió.
- si me sintiera atraído por alguien de aquí, sería por Nam. Pero es mi hermano y eso sería raro. Asco tío.
- pero ellos…
- por favor, para de hablar. Solo dices estupideces, no te soporto de verdad. Te lo dije bien claro, aléjate de ella. Ni siquiera deberías estar aquí. Ya no trabajas en el comedor, te puse en mantenimiento por mi tía. Por mi ya estarías de patitas en la calle.
Tae levantó su mano para interrumpir a Axel, sin llevarse un reclamo. El chico de cabello n***o, le dio paso a hablar, con un gesto de mano.
- intentó sobrepasarse con ella. Si no hubiera llegado, estoy seguro de que no habría dudado en hacer algo muy fuerte. Quiero denunciar. Lo siento porque sea tu primo, pero no voy a permitir algo así. Me la llevo a denunciar.
Me agarró la mano, con intención de irnos. Pero Axel volvió a hablar.
- espera.
- Axel, primo yo… no puedes dejar que haga eso.
- Sinceramente lo debí haber hecho yo, el viernes pasado. Pero mi tía me daba lastima, no pensé en Irina. Lo siento, debí haber pensado en cómo podría afectar té esto.
No sabía qué decir, él agarraba mi otra mano. Me miraba atentamente a los ojos. Me limité a asentir sin saber qué responder.
- llevatela, después hablamos Tae.
El chico asintió, tiró de mi brazo consiguiendo soltar la mano de Axel de la mía. Deje de mirarlo y me centré en seguir los pasos firmes y rápidos de Tae
Fuimos al parking y subimos al coche del chico. Era un Hyundai Paradise último modelo, al parecer lo cuidaba a mimo. Salimos del parking, no sabía exactamente a dónde nos dirigimos.
- gracias por ayudarme…
Le debía una buena, me salvó de algo grave y debía estar agradecida con él.
- hice lo que cualquier persona con sentido común y empatía debería hacer.
- Aun así, te lo agradezco.
Suspiró profundamente. Su mirada estaba puesta de lleno en la carretera, el ambiente era raro. No hay confianza entre nosotros y es incómodo.
- ¿Tú estás bien? ¿Te hizo daño?
- Físico no hay daño, creo…
- pero… ¿y mental? —preguntó el.