No duré hablando mucho con el príncipe anoche. Después de que él llegara a la conclusión de que mi tía es una perra, yo me despedí de él con un tímido “buenas noches” y me retiré a mi habitación.
Lo que no me imaginaba, es que yo fuera a tener un sueño mojado con él.
Estoy soñando que él entra a mi habitación a altas horas de la noche sin que nadie se dé cuenta, por una ruta secreta que yo no conocía; una puertecita ubicada tras una de las estanterías de la biblioteca, y que me hace...cosas parecidas a las que veo en el porno, pero no tan grotesco. No.
Él me está tratando con cariño, o al menos así lo hace al principio, ya que después, cuando nos dejamos consumir por la pasión, él me pone en cuatro, se aferra a mis caderas y me empieza a embestir de una manera en que me hace gemir t
