La vida en pelotas

4114 Words
En cuanto Adam y yo volvimos a casa no pude ocultar mi disgusto le había dado por completo la razón a mi madre, la cual salió con una sonrisa de suficiencia la cual produjo cierto ardor en mi pecho, todo el camino a casa me acompañó al igual que un leve dolor de cabeza y un fuerte latir en el pecho.  Adam y sus hijos se quedaron en la sala de televisión tomé la botella de vino y la llevé a mi habitación acompañada de frutas y semillas. Mi esposo intentó detenerme mientras él y sus hijos preparaban palomitas de maíz para ver una película.  —Jane, cariño les hará bien compartir contigo.  —¡Seis hijos, Adam! —Te dije que tenía hijos.  —Cuando una mujer se casa con un hombre y él habla de hijos que viven con él, asume que son dos. Tienes seis hijos, el menor de seis años, eso quiere decir que vivirá con nosotros el resto de nuestro matrimonio. ¿Se te ocurrió peguntar si estoy lista para esa responsabilidad…?—Me quedé en silencio al ver a uno de sus hijos ingresar a la habitación y el chico revisó el refrigerador y sacó unas botellas con agua, así como del armario sacó una bolsa de papas, la abrió y agregó a la conversación:  —Esposa número cinco, de veintisiete años, no durarás más que unos meses. Todo está basado en tu fertilidad, entre más rápido nos dones otro bebé, más rápido te vas—Su padre le regañó y le siguió a la sala de televisión, yo fui directo a mi habitación.  Me fui molesta a mi habitación y recordé la sensación de los ataques de ansiedad que me daban pequeña cuando me dejaban en el auto con las llaves pegadas al contacto, siempre tenía esa incierta sensación de que alguien iría a secuestrarme y yo no podría defenderme. La sensación de vulnerabilidad y riesgo me comenzaba a agitar y buscaba la manera de hacer mi situación un poco más segura, luego mis padres volvían y se burlaba de mí por trancar las puertas. Eran los cinco o dos minutos más aterradores de la vida, sin embargo, la sensación de esta noche era aún más potente.  Decidí que el alcohol no era suficiente y el que mi esposo minimizase la situación era aún peor. Le di un largo sorbo a la botella de vino y entré al cuarto de baño, me quité cada una de las piezas de ropa y comencé a llenar la tina mientras bebía más vino y pensaba en la triunfante sonrisa de mi madre, los niños ahí sentado y mi posible cara de terror > Me metí dentro de la tina de baño, me sumergí por largos periodos mientras intentaba calmarme, sin embargo, no lo logré, Adam entró mientras estaba sumergida bajo el agua a la habitación y me sacó con fuerza del agua, se veía asustado, preguntó si estaba bien y asentí. —Intento… Controlar … Mi ansiedad—Dije mientras volvía a llenar mis pulmones con aire.  —Esto es peligroso Jane, puedes llegar a ahogarte—Advirtió y me envolvió con una toalla. —Bien, manejé esta situación fatal, pero, es lo que tenemos.  —Sí, tengo un marido mentiroso y sin vergüenza, merezco una explicación y una disculpa. Sabes que es lo más triste Adam, que tus hijos están en riesgo, tengo un pasado horrible lleno de inestabilidad, yo no metería a mis propios hijos en mi vida, si fuese tú no querría meter a los míos.  —Jane, te amo completamente y para mí eso es lo que cuenta. Estamos casados, el que tu madre me odie y mis hijos estén en desacuerdo con otra esposa, se resolverá con el paso del tiempo.  —Porque no vives con mi madre como yo con tus hijos.  —Ellos están en la obligación de respetarte, esta es tu casa. Adam y yo dejamos de discutir estaba completamente disgustada con las mentiras y la idea de ser la madrastra de alguien más. Fue a vestirme y me metí en la cama, mi esposo se quedó un rato en la habitación sentado en un pequeño sofá y luego de que comenzara a respirar con mayor suavidad apagó la luz y alió de la habitación, me quedé dormida fácilmente, sin embargo, Adam casi no durmió en mi habitación alrededor de las cuatro de la mañana abrí los ojos y le vi rodeado mi cintura y profundamente dormida seguí durmiendo unas horas más.    Unas semanas más tarde.  Las cosas entre Adam y yo habían mejorado un poco, explicó que se había casado varias veces y había tenido varios hijos, con mujeres  a las que amó con locura, pero por alguna razón no parecía funcionar, después del abrupto final de su primer matrimonio quedó con dos pequeños; Adrian  y Patrick, luego su segunda esposa y él tuvieron problemas serios con respecto al futuro de su relación y se fueron llenando de vacío, el divorcio fue feroz y tuvieron una poderosa batalla por la custodia que ella ganó, pero Drake demostró que solo quería estar a su lado por lo que comparten amistosamente la custodia de su hijo, la mamá de Zack estaba muy preocupada por su juventud y la madre de los gemelos no creí tener instinto maternal sino de tía por lo que de mutua acuerdo los niños se quedaron con ella. —Solo para quedar claro, no tienes nada con ellas.  —Nada s****l, ni amoroso… tenemos hijos Jane así que llevamos una relación amistosa, pacífica y de respeto. —Eres un buen padre Adam, te he visto, pero eres un esposo de mierda.  —Jane, ¿no quieres hablar más calmados? Cariño, no puedes seguir molesta y más te vale vender ese departamento de mierda.  —Aparentemente nuestro matrimonio tiene más probabilidades de divorcio que de éxito, tengo que ir a trabajar. —La puerta del despacho se abrió y los gemelos ingresaron vestidos con ropa deportiva.  —Papá, quieres venir al club, Drake se ha ido con su madre, Patrick está esperando a su novia y Zack está jugando videojuegos. —Díganle a Zack que se prepare. Ey, no saludaron a Jane—ambos se voltearon hacia mí y me miraron de pies a cabeza, luego entre sí y agitaron su mano izquierda, finalmente dijeron:   —Hola, mujer de cabello alborotado—al unísono antes de salir.  —¿Lo dicen todo en sincronía?  —Sí y se comunican entre sí.  —Comunicación, hasta tus hijos saben qué es eso—Comenté y Adam bufó.  Pasé casi todo el día en el trabajo y luego fui a casa de mis padres, hacían una cena el tercer sábado de cada mes, entré y mi sobrina me dijo que todos estaban en la terraza, pero que ella tenía una pijamada de uno, me quedé un rato con la pequeña y le arrullé hasta que se quedó dormida, la acosté en el sofá y Christopher se acercó a saludarme y a reñirme de paso. —¡Acaso estás loca! ¿Casada, Jane? —preguntó Christopher en tono de broma, pero definitivamente era un regaño, incluso su voz sonaba molesta.  —Ustedes igual.  —Nos conocemos de toda la vida.  —Deja de reñirme. Soy una adulta, que lleva quince meses con ese hombre y he sido feliz. Gracias. —Como tu amigo, has lo que quieras, como tu cuñado… bueno espero que con el divorcio también sea cariñoso—Le miré molesta, me sentía juzgada y sobre todo ridiculizada. Christopher y Cindy toman decisiones egoístas todos los malditos días y todo el mundo resuelve sus enredos, los apoya e idolatra su esfuerzo. ¿Quiénes son ellos para criticar mi vida? —Tiene cuarenta años. No me digas que son compatibles en ningún sentido ¿Qué discoteca visitan, cuántos amigos en común tienen… Lo mejor… te llevas bien con las madres de sus hijos? —le solté una bofetada y mi madre me vio molesta antes de comenzar a regañarme.  Mi padre tomó del brazo a su esposa y se puso en medio de nosotros, se frotó la cara varias veces y luego dijo en un tono de voz doloroso y quebrantado. Me besó en la frente y sostuvo mis mejillas durante unos minutos que parecieron eternos entre sus manos. Explicó lo difícil que fue para ellos aceptarme en sus vidas, lo difícil que fue salvar un matrimonio de una experiencia como esa, >, los errores tan difíciles que Jade le había tenido que perdonar y lo duro que fue tener que perdonar los míos, mi constates escándalos, errores, mi descaro y desenfreno, todos los problemas en los que me metí y la vergüenza que siempre he sido.  —La familia de tu madre no te quiso y te abrimos los brazos Jane. Te tratamos como una más, porque jamás hicimos diferencias, eres mi hija y aquí se te trató como tal. No puedes seguir golpeando a mi familia, dejándola en crisis. Así que hoy te dejó la elección a ti: nosotros o él.   —Jade gracias por todo tu esfuerzo—Dije mientras tomaba mis cosas. — Sin embargo, ¿tú crees que te mereces algo de mí? ¿Agradecimiento, Lucas? ¿Ponerme a elegir? ¡¿Me elegiste si acaso?! Tú no eres nadie. Al menos ella me regaló, tú… ¿Qué has hecho por mí, obligar a tu familia a tratarme bien? Solo eres un hombre con suerte, porque eligió a dos grandes mujeres y las destruyó. Eso es lo que tenemos en común. Temprano en la mañana te devolveré todo tu dinero para que te limpies el culo luego la vergüenza, porque soy un mal ser humano porque tuve pésimos padres.  —Jane, no discutas con papá—pidió Cindy. —Creo que ambos se les ha ido la mano, papá no quieres que se vaya.  —Jane esta es tu casa… —intentó decir Jade.  —Nunca la he sentido como tal, esta es la casa de Cindy y de Jade. Nos hiciste daño a todas con tus malas decisiones, Lucas White. — le dejé las tarjetas que Jade había congelado sobre el comedor y me disculpé nuevamente con la esposa de mi padre la cual se veía destrozada y tenía las mejillas llenas de lágrimas.  —-¡¡NO ME HAGAS ESTO!!—gritó Jade molesta—. Lucas, haz algo. Jane, no te vayas. Si haces esto, me destruirás, no te vayas así.   Le escuché llorar y negó con la cabeza.  —Nunca debí venir aquí.  —Si cruzas esa puerta antes de hablar esto Jane te juro que me pierdes, no me hagas esto—Dijo con más dolor del que creí que ella sentiría. Musité un último perdón antes de salir de casa de mis padres, porque esa casa me asfixiaba, me causaba tanto dolor, desde la entrada hasta el camino a mi habitación eran una pesadilla. Evité las lágrimas y me fui de esa casa.   Conduje a hacia un restaurante de comida rápida y pedí una orden de papas y una de helado, conduje rápidamente de camino a casa de Adam, finalmente al llegar me dediqué a comer papas y el helado cuando acabé de comer y me sentí un poco más tranquila ingresé a la tormentosa casa de mi marido y su familia, me sentí como una intrusa de nuevo, pero, no estaba interrumpiendo el sueño de vida perfecta de nadie.  Fui a mi casa, los chicos tenían el televisor altísimo al igual que la música que provenía del cuarto de Drake, Adam fingía no escuchar nada y yo no estar ahí.  —Pequeña, ¿cómo fue tu día? —A ti qué te importa—Dije.  Fui directo a mi habitación, tomé una larga ducha y busqué una pieza fresca para dormir, no aguantaba el calor, mi mal humor y la actitud de mi familia (política y natural). Adam apareció con un plato de frutas y una taza de té, le miré con los ojos entrecerrados y luego lo puso en la cama, me acercó el té y le di un sorbo, tenía jengibre, limón y dulce, sonreí y me acosté en la cama.  —Jane, ¿podemos besarnos? —Adam…  —No me llames así, soy Luthor, siempre que estás feliz me llamas Luthor.  —No estoy feliz.  —Ámame nena, seamos felices.  Me di la vuelta y mi esposo quitó la bandeja de la cama, antes de rodearme con sus fuertes brazos y besar varias veces mis mejillas, unió su mano con la mía y dejó un delicado anillo en mi dedo anular luego me mostró el suyo y tiró una de sus piernas sobre las mías.  —Mañana saldrá el anuncio de nuestro matrimonio.  —Igual que los otros seis.  —No, pagué la página entera esta vez.  —Oh, estoy tan feliz de ser tu quita esposa—Dije sarcásticamente.  —Y el último, cariño.  Adam frotó mi cuerpo durante un rato y le prestó cierta atención a mis manos, con sus pies acarició los míos y con su piel rasurada frotó nuestras mejillas también realizó un suave movimiento en la cama y comenzó a arrullarme como a un pequeño enfermo o de mal humor cuando mi respiración comenzó a cambiar mi esposo susurró en mi oído, Vivimos en un área totalmente calurosa, es tanto el calor que a lo largo de mi vida he dormido completamente desnuda con aire acondicionado; en las noches me pongo un camisón para andar por ahí, pero sería perfecto despertar, salir solo en mi top y mi calzón. Esta mañana, después de darle unas caladas al cigarrillo cerca de la ventana del baño, lavar mi rostro y dientes, caminé hacia la puerta con lentitud y de puntillas con el fin de hacerle a mi esposo un rico desayuno y a sus hijos para que no pensaran que soy peor de lo que ya me creen.  En el momento el cual toqué el pestillo para salir de la habitación unos fuertes brazos me envolvieron y mis pies abandonaron el suelo. Mi esposo repartió besos en mi cuello y en mi espalda. —¿A dónde ibas? —Mordió el lóbulo de mi oreja mientras me estrujaba entre sus fuertes y trabajados brazos. —A prepararte el desayuno—Le di un par de besos en los brazos. —Nena, me encantaría que no salieses desnuda —Dijo entre besos. — Hay muchos mini hombres por la casa —Asentí. > —¿Me acompañas a tomar un baño? —preguntó mi esposo me alzó y me llevó directo a la bañera. Después de nuestro productivo momento en el baño, nos vestimos y bajamos al primer piso con una sonrisa en nuestros rostros. Llevábamos nuestras manos entrelazadas, realmente disfruto de la paz y la intimidad que hay entre Luthor y yo. Además sus hijos no han intentado matarme, no concretamente al menos. Mientras caminábamos al jardín vi dos niñas a la mesa, le solté la mano a mi esposo y golpeé su hombro. —No me digas que tienes hijas también —Musité entre dientes para que solo él escuchara. Claramente eso me dejaría al borde de la locura, si bien los cinco demonios no me habían matado; no quiere decir que no me hayan fastidiado: ● Compraron un simulador de truenos y rayos para que su hermano menor se pasase a nuestra habitación, el pequeño se metió en nuestra cama mientras ambos estábamos desnudos, lo más extraño de mi vida ● Los del medio (Patrick y Drake) habían rosearon su experimento de química sobre mi auto y el ácido lo herrumbró por completo, las ruedas sé derritiendo y también se metieron con el motor que explotó provocando a su paso la destrucción de mi automóvil en el momento en que lo encendí. ● Adrian, el Luthor mayor, no para de insinuárseme "que su cama está vacía", "necesita amor" y me he convertido en su "mamacita", al menos Luthor ha detenido los comentarios impertinentes del joven. Después del ataque de risa por parte de mi esposo, y sus hijos que probablemente vieron mi expresión, obtuve una respuesta: —Son novias de mis hijos, desayunan acá todos los domingos y viene después de clase todos los días. Ambas estaban de vacaciones, volvieron esta semana.  Entonces vivían como un matrimonio adolescente, en casas separadas... —¿Quién los cuida? —Solo Zack tiene niñera —Aclaró. — ¿Así que tus hijos tienen sexo por toda la casa? — ¿De dónde sacas eso? —Preguntó…ofendido… —No seré madre, pero fui hija  —Respondí ganándome otra carcajada. —Mejor vamos a desayunar. —Nissa —Señaló a la rubia al lado de Patrick, y luego a la castaña al lado de Drake. — y Mariana, ella es Jane mi esposa. —Es un gusto — Dije y amabas sonrieron. — Me encantan sus sandalias — Dijo Nissan y su novio le jaló el pelo. — ¡Patrick! — Gritó Luthor molesto, pero ya la chica había estampado su puño sobre el rostro de su novio lo que al parecer evitó el regaño enfurecido de mi esposo hacia su hijo. —El gusto es mío — Dijo la chica al lado de Drake que no se veía nada sonriente ni afectiva. La mesa en la terraza es circular, así se apreciaba con mayor facilidad los rostros de los chicos y las chicas, y me imagino se evitan distintos problemas por los campos limítrofes. Tengo que reconocer que son muy lindas las novias de "los Luthor's mayores", lo que no entiendo, es sobre qué puede hablar Drake con esa niña, puesto que aparenta ser bastante intelectual y ella superficial, al igual que Nissa la cual aparenta ser miss simpatía al alado de Míster grosería (Patrick). En   la mesa había unas floreas amarillas y anaranjadas, el desayuno sobre una barra giratoria sobre la mesa, tomé un poco de yogur y un poco de granola.  Zack quien estaba a mi lado me sostuvo la mano, la apretó fuertemente y la llevó a su muslo. Se me olvidaba, no solo mi marido me coquetea, Zack tiene una feroz competencia, él también duerme en nuestra cama así que es como un mini-marido para mí. Por razones obvias me parece más gracioso. —Zack, no incomodes a Janie —Espetó su padre. —Oh, al menos él si me ama —Dije en un tono dramático. Luthor me dio una sonrisa burlona y ambos estallamos en risas cuando el enano dejó un lujurioso beso sobre mi mano mientras miraba a su padre directo a los ojos. —Zack y los gemelos, sus mamás están en la ciudad por esta semana. —Nosotros solo la visitaremos dos días, creo que a Daniell eso le gustará. —Yo paso —Respondió el enano llevándose un buen tuco de papaya para no hablar. —Sí, pero quiere llevarte a tu primer día el miércoles. —Nonononoonoononono, ustedes—los señaló con el tenedor.— ¡Lo prometieron! —Sus hermanos solo asintieron. —Y tú—Me señaló.— ¿irás? Luthor, dile a Kendra que no la necesitamos por aquí, además me cae muy mal. Me mantuve en silencio mientras mi esposo y sus hijos discutían con respecto a las visitas a casa de sus madres. Lastimosamente de los más pequeños no me quería deshacer o no todo el tiempo, mi mayor problema son los grandes y sus travesuras. —Niños, saben que las reglas son reglas. Viven conmigo y deben visitar a sus respectivas madres, abuelas, abuelos, tíos que los quieran ver, en el horario estipulado. La mesa en segundos se convirtió en un campo de guerra, todos los chicos contra su padre. Luthor mantenía una posición totalmente seria y fría jamás le vi así. Los chicos parecían perder el control y sus bocas se desataron. —¡¿Cuánto te va a durar esta esposa!? Deberías reconsiderar. —Dijo Patrick.—Esta perra no va a durar más que 12 meses, tendrás un hijo y cobrará dinero por haberlo parido, ¿De verdad eres tan estúpido como para creer que esta zorra está aquí por amor? ¡Vamos! Eres más que eso. —Yo no soy ninguna... —Cállate, eres una perra arribista. Lo único que quieres es dinero. —¡Que les quede claro, no me importa su dinero! —Señalé a su padre.— Estoy aquí porque me enamoré de su padre. Podemos vivir en paz o en guerra, ustedes deciden. —Los niños soltaron más insultos y el ver a mi "defensor  y amado esposo", La rabia me recorrió por completo.—Adam, me parece increíble que tomes esa posición. —Verlo sentado solo observando me calentó aún más. Tomé mis cosas y salí de la casa totalmente furiosa. Esos son solo niños ¿Cómo les permite tanto?, son mocos de diecisiete y catorce años y piensan hablarme así, lo peor es que él se los permite. Iba tan desorientada y molesta que casi choco dos veces. Entré al restaurante y todos estaban bailando y riendo mientras se preparaban.  Javi saltó sobre mí y me invitó a bailar, bailé un pedacito de la pieza y me alejé como siempre me trató de maravilla. Me acerqué y saludé a mis empleados y fui directo a la oficina de mi administradora y una de mis mejores amigas Tammy. Esa chica llevaba el cuento de amor perfecto, siempre me preguntaba como acabaría, ella y Samuel eran lo que todas mis otras amigas y yo odiábamos en muchos sentidos, pero el amor con locura y pasivo para mí, se veía bien. Nos sentamos en la oficina acompañada por un par de copas de vino. Me miró fijo a los ojos y yo a ella. —Me casé. —¿Qué hiciste qué y cuándo? —dijo entre emocionada y sorprendida. —Lo leí en el periódico y aseguré a Samuel que era un error porque no sabía que salieras con nadie.  —Recuerdas el viernes que cené con mi familia y un montón de chicos en el Bennet. —Me has excluido —Se llevó una mano al pecho, fingiendo estar enojada, asentí y tomé un largo sorbo. —¿Qué va mal? —preguntó.   —Sus hijos viven con nosotros, me odian y no han dudado en decírmelo. —Mi esposo nunca está cuando necesito que esté —Asentí. Mientras recordaba la pose de Adam esta mañana, sus brazos cruzados en el pecho y la mirada lejos del desastre, como si la noche anterior no hubiese prometido que nuestro amor sería hasta la muerte o si yo no hubiese renunciado a todo mi dinero y a mi familia.  ¿Entonces el plan es que sus hijos me maten para librarse de mí? —Dejó que me insultaran —Decidí liberarme un poco del dolor y la molestia y sabía que ella se enteraría de lo sucedido con mi cuñado y mis padres por lo  que le conté todo, desde el segundo en que vi a Adam hasta el momento en el cual mis padres decidieron arrinconarme ¿No nos habíamos perdonado ya lo imperdonable? Hasta la actitud distante y desinteresada de Adam esta mañana. Él no sabía que dejé a mi familia por él. ¿Qué está haciendo con mi futuro, mi vida, mis sueños? Las hormonas de Tammy acabaron haciéndole llorar por lo que llamé a su marido para que fuese por ella, le subió al auto y vi a Samuel volver me dio un fuerte abrazo y me recordó quienes conformaban a mi familia.  —Ellos son unos hijos de puta Jane, pero tu familia somos Mercy, Tammy, August, Sophy y yo—Me dio un abrazo y las ganas de llorar se quedaron pegas en mi pecho. —Lo que necesites cariño así sea ayuda en la madrugada para escapar de casa o desaparecer del mundo en una nave espacial sabes que lo haré.   Mi amigo se quedó un rato conmigo en la oficina y luego le recordé que su esposa embarazada estaba en el auto ambos reímos y salió en su búsqueda.  —Jane deberías ir a casa.  —Estoy mejor aquí. —les di un último beso y abrazo y les miré partir.   
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