Luthor es una persona muy entregada, se ha encargado de hacer que nuestros primeros días de casados fueran encantadores sobre todo por las extensivas horas que teníamos que trabajar. A pesar de que ambos queríamos mantenernos al día con nuestros proyectos personales habíamos logrado durante las últimas semanas aprovechar pequeños espacios para mantener arriba nuestra relación. Así que mi esposo me llevó una tarde al cine en medio de sus reuniones y en las horas bajas del restaurante, hace unas noches catamos vinos en pijamas, yo preparé un desayuno de machos el cual estaba cargado de carne y huevos, también le llevé a mi parque favorito, estaba cerca de casa y él pareció disfrutar de la brisa y los animales.
Esta noche era especialmente pesada para ambos, yo estaba preparándome para un evento pesado, contratar otros servicios y coordinar a los cocineros a veces no todo sale tan fácil como se ve, yo esperaba éxito absoluto la idea era atraer clientes con billeteras grandes, todo necesita ser perfecto. Luthor tampoco parecía haber tenido un día fácil, llegó bastante tarde y agobiado, se le veía cansado y desanimado, comentó que era probable que tuviese que viajar, se fue a hablar por teléfono en su despacho mientras yo le preparé unos buñuelos, cuando volvió se mostró sorprendido y encantado, teníamos buñuelos, almíbar de coñac y otro de miel con naranja, también una enorme frappuccino, mi esposo sonrió y le hice una seña para que probara la bebida, tenía una buena cantidad de whisky, por lo que, rio, luego probó los buñuelos, Adam no paró de decir cómo se volvería a casar conmigo solo por ellos.
—¿Así que quieres más?
—Sí, por favor —Dijo mientras bebía café y seguía intentando trabajar.
En cuanto terminé de cocinar los últimos buñuelos y preparé más café con vodka me senté al lado de mi esposo, cerró su folio y lo apartó de su parte. Me preguntó por mi restaurante de comida rápida favorito y me rehusé a decirle. Luego comenzamos a hablar de mi negocio y sobre todo lo que iba bien por ahora.
—¿Añadiste al nuevo menú estás bellezas? Jane, nena, esto es impresionante, lo tuyo definitivamente es la repostería. ¿Por qué un restaurante y no una cafetería gourmet?
— Te haré para que lleves al trabajo—Dije mientras embarraba uno de almíbares— Me gusta la cocina en general, un restaurante me permite cocinar cualquier cosa.
—Pequeña, deberías reconsiderar el concepto, no creo que haya competencia para este buñuelo.
— ¿Qué estás diciendo, Luthor? —Pregunté molesta. — ¿Qué, no cocino lo suficientemente bien?
—No, que diriges un negocio bueno, pero no es tu fuerte, además de un negocio con concepto quemado.
—¿Quemado? Adam, ¡yo impuse ese concepto!
—Jane, nena… hoy he tenido un día de mierda. Tengo hijos y mi deber es arreglarles la vida, tú eres mi esposa si no quieres que meta mi nariz simplemente no lo haré. Tu restaurante se llena en las mañanas y en las tardes vuelve a bajar, a las seis y se enciende un poco ya las 8:30 pm, no demasiado. Porque a esa hora no preparas desayunos dulces muy buenos y salados que llenan, solo piénsalo, no te ofendas.
—Adam, suena a que has ido a comer ahí con el propósito de follarme.
—Entre otras cosas, sí —Dijo mientras mordía mi labio. —Jane, soy un excelente productor vinícola, no prometo lo mismo si me ponen a hacer una cerveza…
—Bien, cambiemos de tema, no hay forma de que este termine bien.
Solté la mano de mi esposo y jugué con mi bebida. Lo que más me molestaba era que se unía a la lista de personas dando consejos que no pedí, por ejemplo: mi padre quería que fuese abogada, mi madre algo creativo con futuro; como diseñadora de interiores, mi hermana un restaurante menos demandante y ahora mi marido algo más exitoso, a él sus vinos le toman tiempo y críticas. ¿Por qué lo mío no puede ir creciendo poco a poco? Para terminar de molestarme, Adam tenía razón, y parecía haber estado estudiando el negocio con detalle, porque sí producíamos en grande a la hora del desayuno, incluso se contrata personal extra los fines de semana, mis cenas y almuerzos apenas se llena el restaurante un par de días a la semana. Eso era lo que quería, un restaurante, ese es mi sueño. Adam acarició mi rostro y depositó un suave beso en mi mejilla antes de susurrar en mi oído:
—¿Te he dicho lo guapa que te ves en short de pijama, con mi camiseta y los colochos recogidos?
—No, porque es mentira.
—Sí, tienes razón te conquistaba para que siguieras conmigo el resto de mis días, aunque sea un pesado.
—Lo eres, Adam.
—¿No hay Luthor para mí? —Besé sus labios y le miré a los ojos, unos preciosos ojos azules e impresionantes.
Él me cargó y me acomodó sobre su regazo, sonrió y me dio una mirada cargada de incertidumbre antes de esconder su cabeza en la curva de mi cuello y besarlo suavemente, mi esposo estaba acariciando suavemente mi pierna mientras con su otro brazo me rodeaba con fuerza contra su pecho, le acaricié suavemente la clara y brillante cabellera y él volvió a mirarme, parecía un niño pequeño, más dócil e inseguro que el hombre que daba órdenes por teléfono, explicaba cómo debía llevar mi negocio o había vaciado sus cajones antes de pedirme matrimonio, era simplemente Adam, no el magnífico y poderoso señor Luthor. El teléfono nos interrumpió, mi esposo fue a tomar la llamada que no tardó mucho.
Luthor confirmó que tendría que irse de viaje. Revisaría un par de cosechas y de viñedos personalmente y volvería en a casa en cuatro días, me ofreció ir con él, pero tenía que trabajar y quería guardar mis vacaciones para unas más prometedoras con él. Me acompañó a nuestra habitación e hizo una pequeña maleta, tardó unos minutos en su oficina y luego volvió a acostarse a mi lado.
(………………………)
Después de que mi marido me dejara en aquella aterradora casa y mi corazón y mente comenzaran a inventar historias de terror, decidí que iría a casa de vuelta, fui limpié un poco y empecé a probar recetas rápidas y buenas, tenía que convencerme de que era igual de excelente cocinera como lo era de repostera.
Invité a August y Mercy para qué comieron, Chris se coló en mi casa y los cuatro pasamos un buen rato, mi amiga y mi cuñado disfrutaron de todo lo que preparé mientras que August, intentaba aprender, por lo que lo utilicé de asistente de cocina mientras le explicaba los detalles de la receta, Mercy y Chris contaban un poco de los asquerosos detalles de sus trabajos ella es azafata y el doctor; las asquerosidades eran parte de su día a día, pero ambos nacieron con un comediante interior, por lo que, August y yo no pudimos dejar de reír. Mi amigo probó un poco de la crema de calabaza que prearé y quedó fascinado, metí el pan al horno y saqué el pollo, abrí una botella de vino que tomé de la casa de Adam.
—Esto está demasiado bueno—Dijo mi amigo al probar un sorbo del vino. Los otros dos asintieron y Mercy chocó suavemente su copa contra la mía, preguntó con tono seductor:
—¿De dónde lo sacaste, el señor maravilloso?
—Me lo regaló.
—¿Estás saliendo con alguien? —Dijo sorprendido mi cuñado y le recordé la cláusula de amigos antes de asentir.
—¿Es rico? —preguntó August y todos rieron. —¿Qué? La belleza y el amor se van, el dinero produce intereses. —Christofer le riñó y mi amigo entornó los ojos. — ¿Por qué crees que tu mujer se casó contigo?
—Porque es una segura y exitosa ingeniera que quería un hombre que le acompañara en la vida.
— Eres rico de cuna y estudiaste medicina—Aseguró Mercy. —No es como que todo sea dinero, pero es importante. En mi caso no sé cocinar y no pienso ponerme en ello.
—Sí, lo notamos. Además, te gustan con esposa, tienen que tener dinero para mantener a dos —Dijo August y Cris y yo compartimos rápidas miradas.
—Bueno, el amor se me ha ido, la juventud, la inmadurez me sigue—Los tres asintieron—Espero que el sexo sea una buena razón—todos rieron e insistieron en algo más sincero—No sé, quiero un hombre, seguro de sí mismo, que nos guíe y soporte a los dos, que me respete y apoyé. Necesito a alguien que entienda que fui una mierda, pero estoy en un punto mejor y voy hacia algo grande… quiero que no me frene; no quiero ser su sombra ni su estaca, quiero que seamos un conjunto. El amor se va, el dinero se gasta, el sexo bueno a veces apesta… Entonces, mi objetivo es conseguir un compañero de equipo el equipo Jane y su hombre.
—Jane, estás enamorada y suenas insoportable.
—Veamos cuánto tarda en cagarlo.
Poco después de más bromas, alcohol y cigarros los tres se fueron de mi casa, llamé a mi esposo y le dije que tuve que huir de su casa, se burló de mí y me comentó sobre su producto.
Unos cuantos días más tarde realicé un exitoso evento en el restaurante, como Adam no pudo estar en envió rosas, mi padre tampoco estuvo y envió unos caros aretes le agradecía Cin y a mi madre por haber asistido, así como a todos nuestros clientes. Noté que mi madre y mi hermana discutían, mamá parecía estar un poco decaída, por lo que, se despidió temprano y fue sustituida por mi cuñado el cual quedó igual de encantado que el resto.
Después del agotador evento solo quería bañarme y dormir, mi pelo, mis pestañas olíamos a comida, el resto de mi piel estaba reseca, mis pies adoloridos, y todo mi ser había sudado, mis uñas desaparecieron y parte de mis dedos, además, de haberme quemado parte del codo por estúpida, solo quería una copa de vino y muchas horas de sueño, sin embargo, le conté detalladamente a mi esposo sobre la actividad y sonó encantado eme dijo que uno de sus amigos y su esposa estuvieron ahí y también habían dado buenos comentarios.
Solté besos para mi esposo y me arrepentí de haber acabado la llamada con él, era simplemente Cindy siendo egoísta en su máxima expresión. Desesperada con uno de sus juegos mentales, realmente la odio cuando se compra tan estúpida. Mi madre enfermó, Cindy no quiere contagiar a Lin o cuidarla y papá está de viaje. Escuché a mi hermana soltar argumentos: “mamá y papá son responsabilidad de los dos”. “Yo ya dejé a mi hija para estar contigo”. “Bien, Christofer y yo no tenemos una noche solos hace mucho tiempo y estamos borrachos”. > Le recordé lo mucho que había trabajado el día de hoy y lo cansada que me sentía, sin embargo, cuando acabé de decirlo mi hermana ya había colgado.
Felicidades, Jane, es tu turno de compensarle. Después de bañarme y lavarme el olor de comida y la sensación de salsa y aceite de mi cuerpo fui al supermercado por jugos, vegetales y todo lo que se me ocurrió que un enfermo querría, conduje a casa de mis papás. Todo estaba a oscuras en a la casa, impecable como siempre, se escuchaban los estornudos de la señora White por toda la casa. Mi madre es demasiado mimosa, por lo que, le traté como a una niña pequeña, encontré a mamá completamente cobijada, me acosté a su lado y luego le di unos besos en la mejilla.
—Cariño, trabajaste muy duro hoy. Deberías estar descansando. Tu hermana es una inútil.
—La ha criado papá—Dije con cierta pena reflejada en mi rostro y mamá sonrió mientras asentía.
—Sí, es su culpa—Mi mamá rio, luego me recordó que podía ser contagioso, sin embargo, froté sus pies, limpié sus lágrimas, acaricié su cabello, lo peiné y fui a tomar una siesta en mi habitación.
Se sentía raro estar de nuevo en casa, mamá tenía mi manta y mi oso de peluche, los estrujé y me acomodé sobre mi cama. Era raro estar ahí de nuevo, seguía sin sentir que fuese mi casa y mi cama. Nunca sentí que perteneciese a ese lugar. Miré una foto en la que estábamos mamá, Cindy, papá y yo, ellos atrás y nosotras sentadas delante, mi madre escondió su mano en mi cabello y me hizo cosquillas, reí y sacaron la foto.
Escuché ruido en la cocina, por lo que, me armé con un pedazo de madera, fui encendiendo luces. Estaba demasiado asustada, ambas solas en esa alejada residencia, además, somos mi mamá “según ella moribunda” y yo en la casa. Vi el fuego encendido de la chimenea y la puerta corrediza de madera abierta. Mi madre soltó una carcajada y yo le miré molesta, luego dejé mi arma de combate y me acerqué para acunarle, antes de tomar asiento en el sillón escuché el de un vidrio y mi madre sonrió con cierto deje de inocencia. Levanté la copa de vino y se la extendí ella le dio un sorbo y me hizo campo en el sillón.
—Oh… Jane, pequeña Jane—Dijo y besó mi frente. —Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
Le sonreí y apoyé mi cabeza sobre su regazo. Nos quedamos en silencio y recordé que ella era lo mejor que me pasó jamás, tuve la suerte de encontrarla en mi camino, ha sido la mejor mamá que me pudieron elegir jamás; Jade lucha por mí y en contra de mí, razón por la que le amo y le odio de vez en cuando.
—Mamá, amas tanto a papá.
—¿Por qué lo preguntas?
—Por mí—Dije y ella bebió un sorbo de vino.
—Jane, cuando te cases te darás cuenta de que todo depende, es una variante… hay días que quiero matar a tu papá, prenderlo en llamas y tomarme las cenizas para qué entiende que gané, hay días que lo amo tanto como para dar mi vida. Simplemente siento que no es suficiente.
—No amas suficiente a tu esposo.
—Siento que he amado más —Dijo. —Que merecía ser amada con más pasión.
Mamá explicó que las prioridades cambiaban, que los deseos, todo desaparecía y reaparecía, sin embargo, esa era su historia, la situación en la que vivía uy no creía estar lista para explicarle a nadie lo que siente, sentía o dejó de sentir, la manera en que amó en algún momento y la forma en que ama ahora… Todo para ella parecía ser una incógnita y lo que si reconocía era que el amor era desgarrador.
No podía describir qué sentía por mi padre porque lo habían vivido casi todo juntos, lo bueno, lo malo y lo intermedio, no podía explicar qué quería que pasara en los próximos veinte años de su vida, no sabía siquiera si quería seguir trabajando.
Mi madre llegó a la triste conclusión:
—Estamos juntos por costumbre Jane, él es encantador y yo soy brillante, solo… que estamos juntos porque un día fuimos poderosos. La familia White.
Mamá me pidió que le diese una mirada aquel elegante lugar, una casa de revista, la casa del mejor arquitecto de la ciudad y su esposa la decoradora de interiores. Me hizo darle una mirada a la casa, las joyas que se había quitado, a los delicados marcos con fotos familiares, simplemente dijo que los sentía falsos.
—Mamá ¿no estás un poco deprimida?
—Tal vez Janie, pero… No cometas mi error o el de tu hermana. Casarte para cumplir con una fantasía. No sé, este negocio es un poco complicado, a veces se me olvida como ser yo.
—¡Cariño! Traje comida china, japonés, taiwanesa… No sé. ¿Cómo le fue a Janie, llamé y no contestó ¿Le enseñaste a usar el teléfono? ¡Qué mujer!
—Mi amor, son las dos de la madrugada.
—Tenía hambre, de camino pasé. ¿Cómo le fue a Jane? ¿Le gustó mi regalo? Hice todo lo posible por llegar a tiempo. Mierda, me hubiese encantado ver su cara.
—Papá estoy oyéndote—Se acercó a la sala y sonrió al vernos en el sofá, me besó la mejilla y luego le dio un ligero beso sobre los labios a mi madre.
—Ey, Jane qué sorpresa ¿Te mudaste de nuevo? —negué con la cabeza y papá rio. — ¿Quieres c***o, japonés o taiwanés?
—Hoy no he comido, alimenté a doscientas personas y no he comido, quiero todas, espero trajera sushi de plátano, es el que me gusta. Eh… papá con extra salsa y arroz—mamá besó mi frente y me cobijó un poco, papá llegó con los platos y la comida nos sirvió.
—Yo haciendo verduras al vapor y el hombre come esto en la calle —Dijo mi madre mientras probaba la deliciosa combinación.
Comenzamos a hablar del impresionante servicio en el restaurante, mamá sonaba encantada y papá se veía emocionado comí entre ellos y me pelé hasta el último sushi con papa sin embargo la casa dejó de sentirse extraña y comenzó a sentirse nuestra, probablemente pasaría lo mismo con la de Adam.