Burbuja de amor

1577 Words
Adam y yo volvimos a la ciudad felices, él consiguió quien nos llevase de vuelta para no tener que conducir. Estábamos oficialmente casados y bastante emocionados. No importaba nadie a nuestro alrededor. Así es el amor; ciego e impulsivo, así somos nosotros. Este trato es entre él y yo. Hasta que volví a mi apartamento me di cuenta de que sí importaba el mundo, mi madre estaba al borde de un colapso nervioso; mamá, Lincey, Cindy y Chris esperándome en mi apartamento, Cindy le reñía a ella y a mi padre y Lin, mi sobrina, me abrazó y besó durante varios minutos. —Tía Jane, ponte de moda, el teléfono ya se inventó. Por favor llama cuando desaparezcas—Dijo antes de volver a besuquearme, mi padre les recordó a Cin y Jade que yo soy una irresponsable, desenamorada y desinteresada. El teléfono de mi apartamento sonó y Cris me quitó a Lin de los brazos para que tomara la llamada. —¿Te robaron? —preguntó mi esposo. El cual quedó en esperarme en la portería. —Mis papás están preocupados. —Yo igual—Dijo. —¿Quieres que suba? —No, resolveré por mi cuenta —Dije y mis padres me miraron seriamente. —Bien, hablamos luego. Gracias doña Gloriana, sí ya vi a mis padres—Luthor rio. —Gracias, igual… bendiciones—Fruncí el ceño antes de colgar y mi papá rio, solo mi mamá es religiosa en casa. Papá se movió de su silla para abrazarme y comentar lo felices que estaban de verme bien, mi madre se unió al abrazo y yo asentí de malhumor, sí me he desaparecido otras veces y me he portado exactamente fatal, pero estoy cambiada, sana y mejorada; madurez le llaman. Mi madre preparó la cena y todos nos sentamos en la sala, papá insistió en contratar un decorador y Lin les explicó por qué era mejor así. Podíamos bailar, saltar y rodar por la alfombra. —Con razón disfrutas estar con Jane y no conmigo—dijo mamá y le dio un beso. Fui por mi chequera y escribí un costoso cheque, eso era un guarda ropa nuevo o uno extra, entonces me lo pensé un poco durante unos segundos y luego lo firmé con un poco de dolor en el alma, quería de corazón que mis papás rompieran el cheque, pero este es el pase a mi independencia. Caminé de vuelta a la sala en la cual mi familia estaba reunida observando a mi sobrina Lin mostrar sus precisos pasos de ballet, me sentí orgullosa de haberle llevado en las tardes e imité sus pasos, mi cuñado y mi hermana se burlaron de mis chambones intentos y de puntillas extendí el cheque hacia mi padre. Él me vio extrañado. Tragó duro y miró sorprendido la cantidad. Cindy advirtió que ella no planeaba por ningún motivo devolver nada el dinero invertido en ella y Cristofer recalcó que es una tacaña atracadora, mi amigo y yo reímos y mi madre preguntó a qué se debía. —Mamá tengo que establecerme como adulta. Tengo un pasado, lo he dejado… No voy a fiestas cada noche, no bebo tanto, tomo medicamentos solo recetados por el médico por el tiempo adecuado, trabajo duro… Esos se los debo a ustedes, me apoyan y lo agradezco, pero no tengo diecisiete años y esto… que hayan entrado a mi apartamento… —Pensé que habías tenido una recaída y muerto de una sobre dosis… —Se defendió mi madre y la interrumpí antes de que iniciara con su historial de errores que he cometido. —Te entiendo y lo respeto. Pero, parte de mi curación es que crean que estoy mejor. Confianza, mamá. —Jane, no seas dramática—Advirtió Cindy. —Pude haber estado desnuda en la sala de mi casa con un hombre o tres. No pueden abrir la puerta, llamar a la vecina, chantajearme emocionalmente…—Los tres se miraron. —¡Yo les dije! Mientras esté lejos de Dereck y Mercy fuera de la ciudad, el asunto está controlado—los cuatro comenzaron un debate interminable de cuan bueno era que estuviese sola en un apartamento con mis antecedentes, Cris me defendía, Cin cambiaba de bando cada segundo y mi madre no paraba de sacar argumentos profundísimos. ¿Con cuántos sicólogos ha hablado de esto? No quiero saber la respuesta. Mi papá acabó la discusión rompiendo el chequen ¡Sí, zapatos, iré por ustedes, al igual que los labiales, bolas y vestidos sensuales! ¡Sí! Lencería. Prometí que me mudaría. —Ojalá, estés considerando volver a casa, con nosotros. —Mamá, déjame ser. —Jane eres mi hija, le di a tu hermana un apartamento te doy uno a ti. De eso vivimos; de cemento, madera y vidrios. Un edificio para mí no es nada, así que te quedarás, cambiarás la cerradura y con el dinero que te ahorré pondrás más muebles en este lugar —Papá se puso en pie y extendió su mano hacia mi madre, ella le miró molesta y tomó la bolsa. —¿Hoy soy qué…? ¡¿Tu madrastra?! —Jade, ahora tú dramatizas—Dijo papá y besó su mejilla. Mi madre tardó casi una hora en despedirse, le di un beso y le llevé a la entrada del edificio, mi hermana rió ante el gesto y mi sobrina parecía agotada de correr por mi apartamento. Les di un beso y abrazo a todos antes de que subieran a sus autos. Me quedé tomando aire fresco, luego vi un par de luces parpadear y a Adam con el asiento inclinado, reí y le hice una seña para que viniera, caminó de puntillas y se acercó a besarme. Luego insistió en subir, unos segundos después de que lavara mis platos comenzó a hacer mi maleta. —¿Crees que me iré sin mi esposa? —Parece que no—me burlé mientras sacaba blusas de mi armario. No se llevó todo. Solo lo esencial, sonreí porque mi marido es bueno haciendo maletas de chicas; escogió la maleta más grande y metió todo lo que yo hubiese metido en mi maletín de viaje para ir de shopping a otra ciudad, es grande y tiene demasiados compartimientos, prácticamente un armario portátil y él lo arrastró con ansias por mi apartamento. Adam me llevó a su casa, era la primera vez que estaba tan adentro de aquella lujosa e impresionante casa, pintada de color blanco con hermosos detalles. Primero desempacamos mi ropa en su armario el cual estaba casualmente despejado para mí. —Eres demasiado seguro, Luthor. —¿Quién puede negarlo? —dijo —Eso está demasiado mal. —Soy optimista Jane, sé que me amas aunque no lo digas con palabras. Continuamos acomodando mis cosas, luego dimos un paseo por la monstruosa casa, no me mostró las habitaciones del piso de arriba, dijo que era demasiado el desastre que podíamos encontrar, sin embargo, las otras habitaciones de la casa estaban hermosas, muy impresionantes. Eran muy grandes y lujosas algunas. Adam tiene un salón de baile, gimnasio, enorme despacho con sala de juntas, una reserva de vinos, tres cocheras con seis espacios, una piscina, área de juegos al aire libre, área de juegos dentro de la casa… ¿Con quién me casé? Además, de los muebles tan clásicos e impresionantes. —¿Qué tan rico eres? —pregunté y él sonrió mientras me tomaba de las caderas. —Me han dicho que delicioso en realidad —Golpeé su hombro y le miré con seriedad. —Soy dueño de muchas cosas. —¿Cuánto aproximadamente? —Podría no trabajar y mantenerte a ti, a diez personas más y todos viviríamos cómodamente el resto de nuestras vidas. —Define cómodamente… —Lujosamente—Asentí. —Así que salí de las garras de papá para meterme en las tuyas. —Soy exigente con las notas e impongo fuertes castigos. —Prepararé la cena en esa lujosa y mágicamente equipada cocina. —Revisaré mi correspondencia, Jane—Dijo antes de besar mi mejilla y dirigirse hacia su despacho. La casa de Luthor no es realmente mi estilo. Me gusta que una casa familiar se vea menos que un museo, aquí cualquier cosa puede suceder… Realmente me fatiga solo la idea de que su trabajo, amigos, familia y entretenimiento se reúnan en un mismo lugar, es como si en algún sentido mi esposo no necesitase volver a salir jamás. Reparé una cómoda cena, mi esposo y yo comimos en el salón el cual era descomunal y aproveché para sacar el tema de lo perturbador que era su museo lo que llama  hogar. Lo hablamos y llegamos a la conclusión de que no era lo mejor para sus hijos; un matrimonio, una mudanza, el cambio total de estilo de vida. Era demasiado para mí, pero el lugar tenía todo el toque de Luthor por toda la casa, era su estilo, elegante, pulcro, clásica y sexy, noté que no había fotos familiares o fotos, solo cuadros de todo tipo y decoraciones artísticas, me convencí de que ser un niño en esa casa no era fácil. La verdad sería un despilfarro dejar esta casa porque a menos que el dueño de la competencia de vinos de Luthor Enterprise esté obsesionado con la vida de su competidor quiera comprarla, no imagino que alguien pueda darles uso a todos sus estos espacios.                    
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