Capítulo 4 Mazikeen

2816 Words
Thomas Mi jefe no paraba de hablar, explicaba los nuevos cambios que habría en las instalaciones, cómo nos manejaremos de ahora en adelante, la manera en que se realizarán los balances y a quienes serán enviados, todo se centraba en una sola persona, él. Cada una de mis reportes iban en tres copias, para el abogado, finanzas y el dueño, a ese punto había llegamos, en esa situación nos encontramos, es más, hoy mismo el nuevo abogado me pidió los balances de los últimos dos años, es decir, meses completos de reportes, que, si bien los tenía en un solo documento para mostrar de manera simple, la persona encargada me pidió todo detallado, algo que envíe por correo y en papel. - ¿Viste al nuevo abogado? - niego mientras el de finanzas me susurra. - Da miedo como tu amigo - sonreí de lado - Aunque también está - niega - Joder, esa mujer me va a volar la cabeza - lo miré confuso. Había dos opciones, o se refería a Sam, algo que me parecía un poco complicado porque ella estaba en este momento trabajando en la empresa de Oliver con Ben, ellos llevaban las riendas de todo, por lo que era casi imposible que ella estuviera acá, pero en el caso de estarlo, eso quería decir que tendría que amenazarlo o golpearlo y joder, no quería problemas, aunque Mateo no me cobraría. La segunda opción y una casi imposible es que nuestro diablo haya contratado a alguien, aunque todos sabemos que no debía ser cualquier persona, Mateo no era de poner a personas en su equipo, por lo general trabaja solo, hasta que llegó Sam, una mujer casi o igual de diabólica que él a la hora de trabajar. Bruno la apodo Lilith Magne, nos hizo reír a todos. Según él, “los elegidos de Dios”, eran de temer, comandados por Lucifer, su esposa Lilith Magne y… - ¿Dónde se supone que está esta mujer? - mi jefe habla exasperado - ¿Por qué no ha llegado? - mira a su secretaría. - Se le informó de la reunión y el horario - balbucea y los golpes en la puerta llegan. - Pase - la puerta se abre y el ruido de los tacones resuena. Voltee para observar lo que ahora todos miraban, el cabello rojo caía en cascada por su cuerpo con unas leves ondas que terminaban en bucles desarreglados, su cuerpo estaba cubierto por un enterizo azabache con hebilla dorada, llevaba zapatos a tono altos y los labios de un rojo intenso. Conocía a esa chica y ella a mí. - Bien, le dije a Wells que quería un abogado y me envió un prototipo de Miss Universo - una sonrisa tiró de los labios de la pelirroja. - Yo le pedí trabajar en un buen lugar y mire donde termine, con un misógino e imbécil - dejó las carpetas en la mesa - Ninguno de los dos salió ganando - vuelve a sonreír. - Soy tu jefe - esto será interesante. - En eso se equivoca, usted no es mi jefe, Wells es mi jefe - recalca algo que nos debería parecer obvio - Creo que eso es algo que usted tendría que tener en claro, contrató a la firma, una firma donde se le informo que el abogado y jefe no podría hacerse cargo de manera presencial de este establecimiento - tomo asiento - Si hubiera leído las cláusulas seis y cinco, en ellas se especifica que cualquiera de sus asociados puede venir a trabajar, en este caso soy yo - estira la mano - Me presento Barbie Williams, alguien que en este momento le está prestando un servicio, es decir vengo a salvar su trasero, que por cierto está bastante complicado - ladea su rostro. - Eso no quiere decir que puedas insultarme, estoy pagando por ustedes - chasqueó la lengua y le pasó la carpeta. - Apartado doce - señala - “Tanto yo, Mateo Wells como cualquiera de mis asociados puede referirse a el señor Becker como idiota o imbécil siempre que la situación lo amerite” - apreté mis labios, en verdad Mateo hizo eso. - La situación lo ameritaba. - explica tranquila. - Mire señorita - miró su mano - Nosotros necesitamos alguien capacitado - volvió a sonreír. - Tengo doctorados, si es lo que le preocupaba e hice varias ramas de mí profesión al mismo tiempo, créame que si trabajo para Wells no es por ser linda, eso sería un plus - sonríe y pestañea. - Pero no es muy profesional - bufó - La reunión comenzó hace un rato - miró su reloj. - Lo sé, pero estaba haciendo algo importante - se acomoda. - ¿Qué puede ser más importante que está reunión? - toma las carpetas. - Salvar su trasero - le pasa la primera carpeta. - En el dos mil diecinueve, tuvo una pérdida de al menos un millón y medio, su contador marcó el error, va uno de los empleados - miro la hoja - Anderson - volteo a vernos y me observó un segundo. - Thomas. - Barbie - sonreí. - ¿Se conocen? - Axel nos señala. - Sí - respondemos a la misma vez. - En fin, Anderson marcó las pequeñas fugas de dinero de los últimos años, los avisos fueron dados, están los informes de cada uno de ellos, finanzas lo recibió, el tema está en qué pasó después. - miramos a Axel. - Yo no tengo nada que ver en eso, empecé hace un año, los papeles los lleva Jessen - Barbie elevó su ceja - Según tengo entendido por orden del jefe, él paga a los empleados, yo manejo solo los ingresos del producto - miramos a Becker. - Yo nunca di esa orden - volvemos a mirar a Alex. - Nos llegó el memo - busco en su móvil - Aquí está, llegó por correo y en formato papel, tengo ambos - pasó su celular por la mesa. - Es el correo de la empresa - murmura - ¿Cómo podemos saber quién lo envió? - Eso es muy fácil - la pelirroja sonríe y toma su móvil. El aparato comienza a sonar en la mesa, está en altavoz y no toma más de dos tonos antes de que la voz melodiosa de un niño suene. - Ola - balbucea. - Joder, Simón deja mi móvil - la voz de Aarón llega y la miro - Hola - silencio - Colorada, tanto tiempo - Barbie sonríe. - ¿Cómo anda Daniel el travieso? - consulta. - Me han dejado de niñero ¿Cómo crees qué estoy? - aprieto los labios y observo a mi jefe. - ¿Qué hacemos hablando con un chico? - nos mira. - Este chico te puede dejar en bancarrota - responde mordaz - ¿Quién es ese? - El dueño de la empresa donde ahora trabajo, gracias a tu cuñado - responde. - Ah - es todo lo que dice - ¿En qué puedo ayudarte? - sabe que lo llamó para pedirle un favor. - Bueno, veras, necesito que entres al sistema de la empresa - una risita suena. - El quince de febrero del año pasado enviaron un memorándum al área de finanzas, exactamente a las - tomó el teléfono. - Una con cincuenta y cinco de la mañana - termina - O les pagan por trabajar veinticuatro horas, o los que recibieron el memorándum son unos imbéciles, ¿Quién manda notificaciones a las dos de la mañana? - Alex bajó la cabeza apenado. - ¿Cómo entro al sistema? - Por su IP - respondió - En realidad es más complejo, pero no sé si lo va a entender, además tuve que trazar la ubicación de la llamada, sacar los ángulos porque nos da un radio - se calla - ¿Sabe lo que es un radio? - Me crees imbécil - lo escuche teclear. - Si nos guiamos por su contraseña - carraspea - Sí, lo es. - ¿Cómo? - O sea, usted espera que no lo estafen cuando tiene como contraseña la palabra “contraseña1234”, digo, hasta mi sobrino entra en su máquina - barbie contiene la risa - Mi padre tiene un sistema de seguridad, contrátelo, no sale tan caro y ustedes tienen un ingreso mensual de quince millones - siguió tecleando. - ¿Cómo? - Bueno, quién envió el correo es un chico del área de informática, máquina ETB 342, acabo de implantar un virus pequeño, lo que hará que llame a servicio técnico en 3, 2… - el sonido de una llamada ocupó la línea - “Hola Peter, soy Draco, necesito que vengas a ver la máquina, simplemente se apagó y tengo que trabajo que hacer” - se queja - Ese es su hombre - Barbie observo a mi jefe. - Gracias enano, pueden mandar el monto al correo del señor Becker, se te depositara en breve - otra vez las teclas. - Se lo mandé a él y a Finanza, por cierto, el sujeto de informática tiene muchos email con Jessen de finanzas, Can del área de legales, Morales de recursos humanos, Jefferson de contaduría… - guardo silencio - Joder Barbie las sumas son exorbitantes - parpadee - ¿Te envió los mensajes? - Reenvía todo - responde la pelirroja. - También puedo devolver la plata - teclea. - Nada ilegal, por ahora - comienza a reír. - Bien, al menos dijiste por ahora, en fin, te mando la lista de empleados y sus pagos de los últimos tres años, me llamas cualquier cosa - corta. - Listo - la pelirroja vuelve a ver a nuestro jefe - Está es la lista de los empleados que quiero ver, todos están detallados, revise toda la mañana esos papeles, me falta el último año, pero lo terminaré para cuando finalice el día - observo su móvil - Jefferson y Can fueron despedidos y están por ser citados para declarar, si movemos bien los hilos, podemos hacer que se delaten entre ellos, pero necesito que anuncie estos cambios en una reunión general. - Yo no autorice esto - mira el papel. - Tampoco que le robaran - dictaminó - En fin, puede hacer eso y hacerme caso o seguir como está, pero nos largamos - parpadeo. - Usted no decide eso, yo quedé en algo con el señor Wells - ladea su rostro. - Usted debería leer lo que firma - responde - Llame al señor Wells si eso lo deja más tranquilo. Becker se levanta y se aleja para charlar por teléfono, Barbie gira su silla y me observa un momento en silencio, ninguno de los dos decimos nada, simplemente nos observamos, yo esperando que ella hable y ella, no sé, supongo que analizando. - ¿Qué? - consulto cuando no dice nada. - Lamento lo que pasó - murmura - En verdad. - le sonríe de lado. - Gracias, pero ¿por qué me observas tanto? - piensa un momento. - Supongo que esperaba ver esa parte rota, pero te ves bastante entero - niego. - Han pasado cuatro años Barbie - piensa un momento. - Hay dolores que son eternos Thomas - susurra - Pero me alegra verte bien, te pareces a ese chico que conocí, solo que te ves diferente ahora. - vuelve a mover su rostro. - Tú te pareces a la chica que conocí, solo que más madura - guiño un ojo. - La vida nos hace madurar, es lo que se espera - Becker vuelve. - ¿Cuándo quieres que dé el comunicado? - mire hacia abajo ocultando mi risa. - Mañana a primera hora - respondió tranquila - Y solo para aclarar señor Becker, que no tenga un pene entre medio de mis piernas no quiere decir que no sea capaz de hacer mi trabajo. - él la miró, aunque está vez de otra manera. - Lo tendré en cuenta, mis disculpas - Barbie se tensó un poco. - Me parece bien - me observó un momento - ¿Algo más para hablar? - Nada más, pueden retirarse - respondió antes de sentarse y leer los papeles. Nosotros nos levantamos y comenzamos a salir, Alex quiso dejar pasar a Barbie, pero ella se frenó haciendo que mi cuerpo choque con el suyo, me disculpe, pero no le pasó importancia, solo señalo la salida para mi compañero de trabajo que insistió. - Las mujeres primero - sonrió. - Quieres verme el trasero y yo te voy a dejar sin dientes cuando lo hagas, será mejor evitar eso por un tiempo - Alex me observo y moví mi cabeza para que pase. - No parece molestarte estar cerca de Thomas - murmura captando la atención de todos. - Eso no es asunto tuyo, pero si quieres saciar tu curiosidad, lo conozco de hace años - comenzó a caminar conmigo detrás. - Nos vemos luego. - Hasta luego Mazikeen - bromeo y me observa. - ¿Mazikeen? - Alex consulta y lo ignoro. Barbie por su parte me guiña un ojo y sigue su camino, camina con gracia, muchos de los hombres que trabajan acá la miran, pero ella no les presta atención simplemente va a en su mundo, observando su móvil, enviando mensajes con su entrecejo fruncido y una mueca graciosa en los labios. Vuelvo a trabajar, los empleados no paraban de cuchichear de la nueva abogada, los papeles que se han pedido y las nuevas órdenes que hay dentro de la empresa, se estaban perdiendo millones y no era más que la culpa de un jefe, que administraba mal las cosas, un jefe con problemas familiares de gran talla, porque no quería trabajar aquí, no era lo que deseaba, sin embargo, el gran Becker había sufrido un ACV que lo dejo incapacitado para trabajar y ahora tras casi tres años, su hijo llevaba las riendas de todo, antes haciendo lo que el abogado y los demás empleados le decían, ahora tendría que aprender por sus propios medios. - Hola Thomas - la voz de Carla ocupó el ambiente. - Hola - mantenía siempre las distancias con ella - ¿En qué puedo ayudarte? - Es hora del almuerzo y me preguntaba si… - otra voz sonó. - No, no quiere - Carla parpadeo y se apartó para observar a Barbie - Deberías darte cuenta, toda su postura es de “no me interesas” - me señalo - Hombros tensos, mandíbula apretada, ojos entrecerrados, la cara de fastidio - la mira - No sé porque sigues insistiendo, porque estoy segura que es lo que haces, tu actitud y postura lo dice - la mira - Eres preciosa, seguramente hay muchos hombres o mujeres para ti, por favor, no insistas acá - me señala - Es muy caballero para echarte, pero no quiere que lo hagas más y solo te pones en una posición para nada linda, al menos para ti - miro para atrás - Y para todos los que cuchichean. - Yo… yo… - parpadeo tres veces - Esta bien, gracias. Se alejó por donde vino y cruce mis brazos para mirarla, sus ojos verdes con tintes turquesas se clavaron en los míos, sus brazos se cruzaron después de un momento, elevo su ceja esperando que diga algo. - Mazikeen - sonreí. - Es una maldad lo que haces con esa chica - la señala - ¿Por qué no lo cortas? - suspiro. - Se lo he dicho de muchas formas - hace una mueca. - Tampoco eres tan irresistible - mueve la mano - Vamos a almorzar, soy nueva y la mitad del personal me tiene miedo - aguanto la risa. - ¿Solo la mitad? - su ceja se vuelve a elevar. - Está bien, iremos, pero… - Tú vas a pagar Thomas, al final de cuentas me has ofendido - salimos juntos y ella sonríe. - ¿Yo? ¿Por qué? - ¿Mazikeen? ¿En serio? - Vamos, tienes que admitir que te queda bien - muerde su labio - Acabas de llegar y le dijiste imbécil al jefe - mueve su rostro. - Se lo merecía, es un misógino. - suspira - Además no tiene idea de la empresa. - No quería hacer esto, creo que es Arquitecto o artista - las puertas se abren. - Eso explica algunas cosas - sus tacos suena en la baldosa. - Por cierto, eso estuvo bueno, me recuerdas un poco a Sam y Mateo - volvió a sonreír. - ¿Estás coqueteando conmigo? - me paralice y soltó una carcajada. - Tranquilo, no le diré a nadie. Barbie salió y la seguí, no tenía idea de dónde iríamos a comer, tampoco tenía idea de porque había dicho lo que dijo, no creí estar coqueteando, no lo hice. Joder ¿Lo hice?
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