Claire Cooper había hecho todo lo posible para satisfacer las exigencias de su esposo, sin embargo, vivía bajo la sombra de su primer amor.  Pensó que después de cinco años juntos, este lograría tomarle un poco de aprecio, pero lo único que había conseguido era la indiferencia y el desprecio de este. Estaba cansada de luchar por algo imposible. Creyó que nada podría ser peor que un matrimonio sin amor, hasta que su esposo le pidió el divorcio y la custodia de su hija. Claire miró a su hija dormir con tranquilidad mientras sentía como las lágrimas caían por su rostro, humedeciendo la parte superior se su blusa. No tenía el poder suficiente para ganar la custodia de su hija, además, por más que intentaba razonar, su esposo no la escuchaba. Estaba empeñado en irse de su lado y ella ya no tenía fuerzas para seguir resistiendo. Sin embargo, cuando ya estaba decidida a firmar el divorcio, su hija, debido a la situación tensa entre ellos, se había visto afectada.  Ahora no solamente debía resistir, sino que debía aparentar que su matrimonio no se estaba cayendo a pedazos y que ella no estaba completamente destrozada, para asegurar el bienestar de su hija.

Bridget Harrison observó como su esposo, el hombre del que se había enamorado se deshacía de ella sin darle aunque sea una mirada. Está mantuvo la frente en alto, ya que quedaría como una tonta si le diera el placer de verla destrozada. Cuando su ahora ex esposo salió de la casa, la mujer rubia se quedó observando el papel que acababa de firmar. Andrew Stevenson, el hombre al cual había dedicado tres años de su vida, se había desentendido de ella en un solo suspiro. La mujer pestaño, alejando las lágrimas que amenazaban por derrumbarla. No quería llorar. No por el. Se había pasado estos tres años tratando de obtener el afecto de su esposo, soportando todo, los desplantes de su suegra y el anonimato, solo porque se había enamorado del hombre que le acababa de destrozar el corazón. Bridget alcanzo lentamente el papel con sus manos temblorosas, tratando de procesar lo que había pasado. Está respiró hondo sintiendo como se le formaba un nudo en la garganta, todo su cuerpo estaba temblando. Tenía una mezcla de emociones dentro de si que no sabía cómo gestionar. Con la misma lentitud, se llevó la mano izquierda al vientre plano, que durante estos tres años había intentado llenar con un hijo para Andrew, recordando así que ese había sido el principal motivo de su separación. No había podido quedar embarazada. Una risa extraña, empezó a salir de los labios de la rubia. Lentamente las carcajadas fueron tomando forma de jadeos e hipidos estrangulados, hasta convertirse en un llanto descontrolado. Se acababa de divorciar. * Andrew Stevenson observó la cara indiferente de su mujer, mientras le informaba su deseo de terminar su matrimonio. Una extraña sensación se instaló en su pecho, al no ver la reacción que esperaba. Bridget siempre había sido muy expresiva y habladora. De alguna manera intentaría cambiar la situación a su conveniencia, por lo que había acudido preparado para tener una charla extendida, sin embargo, se había llevado una sorpresa. Luego de que silenciosamente, está se convirtiera oficialmente en su ex esposa, Andrew se levantó del asiento, dejando atrás a la mujer con el que había gastado tres años de su vida y de la casa que había Sido testigo. Este se marchó sin darle una segunda mirada, ya que había obtenido lo que quería. El divorcio. Este se montó en su auto, con una expresión indiferente. Mientras que para Bridget se había significado el final de su vida, para Andrew solo era un día más. Sin embargo, ahora que Bridget es finalmente libre, la noticia de su divorcio despierta el interés de una persona inesperada

Valerie Adams ha tenido que ser la cabeza de su casa luego de que su padre muriera y su madre obtuviera a una enfermedad casi imposible de curar. Sentía que cada día se hundía en un pozo sin fondo del que no podía salir jamás, una lucha interminable contra su situación, pero no se rendía. Ella no era de las que se rendía. Sus padres le habían enseñado que la peor pelea no es esa que se pierde, sino la que se abandona. Y ella no iba a abandonar jamás, por más pesada que fueses la carga. Sus trabajados nunca han sido los mejores, así que, al encontrar la oportunidad de trabajar bajo una empresa de alto nivel, piensa que finalmente podrá resolver sus problemas financieros y pagará el tratamiento que su madre necesita. Pero todo se viene abajo cuando su jefe se propasa con ella y por no dejarse, queda desempleada nuevamente. Su mundo volvió al punto de inicio, ¿cómo fue eso posible? Justo cuando estaba a punto de despegar. Sin trabajo, con deudas y la advertencia de parte del hospital de trasladar a su mamá si no pagaba a tiempo, es como si el cielo se cayera sobre su cabeza, desatando un infierno, uno de dolor y agonía, desesperación. Su madre contaba con ella, su salud, su vida dependía de ella. Con la mente hecha un lío, y agotada de todo, decide que su mejor decisión es ahogarse en alcohol. ¿Qué más puede perder? Acaba de perder lo que se supone que estaba siendo su seguridad, su sustento. El mejor trabajo que había tenido hasta el momento. Así que, con la cabeza caliente y un trago en la mano, se desinhibe frente a un hombre que podría ser su salvación o su ruina. ―Esta noche serás mía. ―Esas son las palabras que recuerda y la manera en la que se sentía. Luego de una noche alocada, sin recuerdos de lo sucedido y una jaqueca tremenda, Valerie decide aplicar a una empresa reconocida, luego de encontrar una tarjeta con el nombre y la dirección de esta. Supuso que era el destino. Así que, al día siguiente, con la motivación regenerada, presenta su currículum a espera de respuesta. Pero… ¿recordará ella que su nuevo jefe es el hombre con quien pasó esa noche o quien dejó su tarjeta, no para dará darle empleo, sino para volver a verla?

Abby McCarthy se había visto obligada a casarse con el hermano de su exnovio. Al principio todo se trataba de un plan en la que su novio la había persuadido para participar y así tener poder suficiente para ayudarla. Más adelante cuando se enteró que este solo la estaba utilizando, decidió volver ese matrimonio real y ser su propia salvadora. Sabia que el camino iba a tomarse difícil más cuando el hombre con el que se había casado, había despertado cuando se suponía que eso nunca sucedería. Ahora no solo tenia que enfrentar la posible pérdida de la empresa por la que su padre había invertido los mejores años de su vida, sino que también había caído bajo las manos de Ean Winchester quien era todo menos amable. ¿Seria posible conseguir lo que quería sin perder su corazón en el intento? ¿Sin dejar de lado hasta su propio ser? No lo sabía, pero no había vuelta atrás. Ya estaba casada y lo menos que quería era el divorcio. *** Tras despertarse del coma en que había caído luego del accidente de tránsito que casi le había quitado la vida. Ean Winchester descubre que su tan amado padre había ligado su vida a la de una mujer que en cada encuentro parecía luchar por su vida. Lo habían casado sin su conocimiento, hecho que provocó que el odio que sentía por su familia aumentara y más cuando descubrió que su querida esposa anteriormente tenía una relación con su medio hermano. Ean había exigido el divorcio, sin embargo, surgieron algunas razones que detuvieron su cometido. Ambos estaban enredados en una relación sin amor, y llenos de malentendidos. ¿Podrían dos almas volver a confiar cuando las personas más cercanas a ellos han sido sus principales verdugos? El amor era un camino amplio al igual que la venganza…

Después de que las personas que se suponía debían protegerla la entregarán como un obsequio de intercambio, su corazón se rompió. Quien pensaría que solo salió de un lugar donde la hacían sufrir para meterse en otro. Aunque aquí podía tener cierta libertad, no estaba segura de poder amar al hombre con la que había sido obligada a casarse. Y no sabía que haría cuando este se enterara que solo era una sustituta. De lo único que estaba consciente Amy era de las emociones contradictorias que le despertaba su ahora esposo. *** Kellan Philips tenia la urgencia de conseguir una esposa. Pero sus condiciones no eran las más atractivas. No cuando tenia el cuerpo desfigurado y no se atrevía ni siquiera a mirarse a un espejo por el asco que sentía de él mismo. Pero aún así, cuando Amy llegó a su vida, vio una luz. Tal vez el podría ser amado pero… ¿Quién lo amaría cuando se veía de esta forma? ¿Por qué solo lograba lastimar a su esposa cuando quería hacer todo lo contrario? Se había enamorado, pero ella no sabía ni siquiera que él era capaz de amar, que la deseaba con locura o que en las noches solo pensaba en ella. Una matrimonio sin amor que logrará transformar lo impensable. Una joven dulce que transformará el corazón del monstruo y sacará su verdadera esencia a la luz.

Yamel lleva viviendo tres años en un matrimonio de papel con Eduardo, cuando finalmente decide proponerle el divorcio. Amar a alguien durante tres años era muy agotador y más cuando este se la pasaba envuelto en escándalos con otra mujer.¿Quién pensaría que ese dolor sería el detonante para que su esposo se diera cuenta de que todavía estaba casado?Envueltos en una relación donde los malentendidos son el plato del día, ¿Será Eduardo capaz de obtener nuevamente el amor que su querida esposa intentaba ocultar? Mi esposo quiere volver Yamel tenía tres años casada con el hombre de sus sueños, el único problema era que este amaba a otra mujer así que cuando esta se enteró de que su esposo tenia planes de casarse con otra mujer, decide volver para pedirle el divorcio.Ahora lo único que no lograba comprender era porque este no firmaba los papeles del divorcio, si tanto amaba a otra porque no le concedía el divorcio. ¿Acaso su marido quería volver?