Mis latidos ametrallan mi esternón, el titán Cronos, con su imponente figura se alza oscureciendo todo y busca alcanzarme. Sus pasos retumban como truenos amenazantes, pero, él recibe el ataque de todos que intentan detenerle de que me atrape, porque sería catastrófico. Aunque no sé qué me sucederá o si servirá el comer la bellota mágica. Boto el aire retenido mientras miro hacia atrás y mi pánico se enciende al ver cómo Cronos, con un rugido desgarrador, desata su poder titánico, convocando terremotos y tormentas que amenazan con destruir todo a su paso. Las criaturas del inframundo y mi mejor amiga se lanzan valientemente al ataque, lanzando hechizos y proyectiles mágicos para detener al titán.
Él parece ofuscado y frustrado porque nunca pensó que se le complicaría un poco su objetivo.
Vuelvo mi mirada al frente sin dejar de correr, mientras la batalla ruge con furia a mi alrededor, diviso a lo lejos el destello brillante del árbol de las bellotas mágicas del tártaro. Motivada por mis latidos, me abro paso a través del caos de la batalla, esquivando rayos y llamas, saltando sobre escombros que intentan impedir mi carrera.
─¡Protejan a Perséfone! ─Exclama de manera sorprendente Lilith, quien lanza hechizos con su cetro poderoso provocándole gruñidos a Cronos.
─¡Traicionera! ¡Morirás como todos! ─Gruñe Cronos con su voz gutural y estridente que golpea las paredes inmensas del tártaro provocando un eco escalofriante.
Súbitamente, tropiezo cayendo al suelo, hago un mohín de dolor quejándome por la caída aparatosa y hago ademán de levantarme cuando una mano gigante toma una de mis piernas arrastrándome. Entierro mis uñas queriendo sostenerme y evitarlo, pero es Cronos quien me atrapa.
─Te tengo, mortal insignificante, solo cumplirás con lo que te han maldito tus ancestros ─Ruge Cronos estremeciéndome y mis ojos se escuecen cuando me alza un poco mientras recibe el ataque de los demás.
─¡Suéltala, grandulón idiota! ─Grita Leti llamando mi atención y miro cómo lanza una flecha a su mano. Esta flecha dorada produce un daño más grande de lo esperado y corroe la mano de Cronos para soltarme. Caigo al suelo cubriendo mi vientre y jadeo por el dolor─. ¡Cat! ─Exclama preocupada.
─Estoy…bien ─gimo con dificultad levantándome, me percato de que me he lastimado un tobillo y comienzo a cojear para seguir mi rumbo al árbol. Cronos se queja batiendo con sus manos a los demonios del inframundo mientras que Zade intenta hacerle más daño, las Moiras parecen canalizar fuerza y la dejan salir en conjunto con Lilith quien la recibe en su cetro para poder atacar a Cronos, este cae provocando que la tierra tiemble más y se enfurezca.
Aprovecho la abertura de tiempo y corro más rápido sin importarme el dolor de mi cuerpo. Mis latidos se ralentizan a medida que me acerco al inmenso árbol. Cuando logro alcanzarlo. Me quedo sin aliento sintiendo cómo la magia poderosa del árbol se siente en mi piel con su resplandor, mis ojos se abren de golpe y sin pensarlo; alzo mi brazo para tomar una bellota de color oscuro y tiene un aspecto diferente a las bellotas que conozco en el reino mortal, esta parece una fruta que hasta podría parecer jugosa y apetitosa como si fuera el fruto prohibido que los mortales conocemos y que fue el principio del caos.
La arranco atrayéndola a mis labios y abro la boca para morderla y engullir el fruto que podría ser hasta letal para mí. Pero mis pensamientos se enfocan en que me den la fuerza para salvar ambos reinos y a mi Hades. Súbitamente, un torrente de energía oscura y mágica me invade, mis ojos se abren de golpe y el resto de la fruta cae de mi mano, me quedo paralizada mientras que mis sentidos se agudizan, de un golpe mi piel comienza a brillar en un resplandor antinatural y mis ojos arden con luz.
Mi cuerpo se estremece y grito de dolor.
─¡Cat! ─Solloza Leti a lo lejos mientras que escucho cómo Cronos niega lo que acabo de hacer.
Algo ocurre conmigo y le pido a Kore en mi interior que ella no sufra por esto, que sea lo más fuerte que pueda y que acepte conmigo la magia del caos. Mis manos que estaban oscuras luego de curar a Zade ahora ese color brota por mis brazos y logro sentir cómo la oscuridad me invade. Me retuerzo y súbitamente me elevo del suelo arqueándome por completo…¿Qué me está ocurriendo? Me pregunto llena de pánico.
Una fuerza titánica amenaza en mi interior, para finalmente, sentir cómo me transformo de manera deslumbrante mientras que una armadura brillante y reluciente se materializa a mi alrededor, como si fuera la marca de la divinidad. Crezco, muchos pies de altura casi a la misma en la que Cronos se encuentra en su estado titánico.
Miro a Leti sonreír y celebrar junto a las demás criatura y alzo mis manos para tocar una corona que también materializó. Esbozo una sonrisa encarando el rostro de Cronos quien gruñe enfurecido.
─¡No! ¡¿Cómo es posible?! ¡Eres una simple mortal! ─Grita apartando a todos de su camino para atacarme.
─¡Soy más que una simple mortal! ¡Soy Perséfone, la ninfa de la primavera, la que lleva la magia del caos y quien te pateará el trasero! Porque…¡soy quien lleva la muerte! ─Exclamo escuchando cómo mi voz sale igual de estridente como la de él.
Tomo una bocanada de aire preparándome para recibir su primer ataque y con algo feroz en mi interior, detengo sus manos empujándole con fuerza. Sin pensarlo intento usar la magia de mi interior y el árbol de bellotas lo hago crecer sacándole las ramas mismas que atacan con su poder a Cronos, él intenta esquivar los ataques.
Los ojos de Cronos reflejan sorpresa por lo que logro hacer y mucha rabia. Los poderes intensificados en mí me envuelven en una aureola de magia sombría, y clavo mi mirada acerada para desafiar al titán.
Él lanza su fuerza cósmica hacia mí y cubro con mis brazos gruñendo y mis pies se resbalan en la superficie, son rayos y truenos estallando a su paso que intentan hacerme daño, él lo intenta todo, pero se encuentra débil por tantos años encerrado y sin poder engullirme para aumentar sus poderes.
─¡Hay que volver a encerrarlo! ─Exclama Lilith llamando mi atención y asiento.
─¡¿Crees que eres capaz de derrotarme?! ─Gruñe Cronos.
─No lo creo, lo sé ─espeto y canalizo mi poder adquirido y lanzo ráfagas de agua que extraigo del mar de almas y le envuelvo con ella intentando ahogarlo, pero él la aparta sosteniendo mi cuello con fuerza.
─¡Basta de juegos! ¡Mejor únete a mí y seamos la fuerza mayor! ─Gruñe encarándome con sus ojos brillantes de lava mientras abre su boca mostrándome los colmillos afilados del tamaño de unas montañas.
─¡Jamás! ─Espeto provocando que criaturas sean atraídas por mis poderes, una manada de almas demoníacas se estampa en su rostro atacándole para que finalmente me suelte. Alzo desde la tierra un cetro mágico y brillante, miro a Leti y a Zade resguardándose en un lugar más seguro y le guiño el ojo a mi mejor amiga─. ¿No te has dado cuenta de lo que soy ahora? ─Le pregunto a Cronos.
─¡Un maldito deshecho mortal que terminaré devorando! ─Exclama y esbozo una sonrisa cosa que le desconcierta. Dejo salir un suspiro.
─Soy la reina del inframundo ¿Acaso no te gustó la corona? El mismo inframundo me escogió en cuanto comí la bellota y eso me hace lo suficientemente poderosa para controlar hasta al tártaro junto a unos poderes que comienzo a descubrir ─digo para salir del tártaro llevándome a mis amigos en la palma de mi mano y a Hades quien sigue envuelto en su c*****o.
─¡¿A dónde vamos?! ─Exclama Leti.
─Tengo que sacarlos de aquí, no querrán estar en su interior ─digo y vislumbro cómo Lilith me lee los pensamientos y nos abre una brecha para poder salir del tártaro, Cronos, por supuesto nos sigue, pero por su altura se ralentiza.
Dejo a Leti, Hades junto a Zade a salvo viendo a mi alrededor cómo el inframundo sigue envuelto en caos uniéndose con el inframundo, pero, no por mucho.
─¡Tú puedes, Cat, patéale el trasero! ─Motiva Leti provocándome una sonrisa y vislumbro cómo Cronos sale aún siendo sometido por los demonios de Lilith.
─¡Tienes que hacerlo rápido! ─Exclama Lilith. Respiro de forma profunda.
─¡¿Qué planeas, inmundicia?! ─Gruñe Cronos.
Miro a la espalda de Cronos cómo el tártaro se coloca en su versión gigante tomando forma titánica, en un tamaño triple o más que el de nosotros. Cronos se percata y explota sus poderes en mi contra. Lanzando ráfagas de energía sombría y relámpagos purpúreos que hacen temblar los cimientos del Reino de las Sombras.
Sus ataques son repelidos con mis poderes algo extraños para un lugar como el inframundo, su armadura de oscuridad es resquebrajada por la luz brillante. Tomo la fuerza aún en mi interior para darle un golpe con una explosión de energía titánica que envuelve a Cronos en un torbellino de luz y sombras. Este cae y el tártaro aprovecha la oportunidad para sostenerle en el aire dirigiendo su cuerpo a su enrome boca.
─¡Buen viaje a la prisión de la que nunca saldrás! ¡Serás devorado como quisiste hacerlo conmigo! ─Gruño rasgando mi garganta. Lilith lanza su poder hacia Cronos creando lazos de luz a su alrededor para inmovilizarlo.
Cronos suelta un rugido al darse cuenta de su final, cuando el tártaro se lo engulle al lanzarlo en el interior de su boca.
─Gracias ─digo hacia el tártaro.
─Majestad ─manifiesta para volver a su estado natural. De repente, mis ojos se giran a la periferia de mi cabeza y mi cuerpo pierde fuerza, el cetro disipa de mi mano y algo me ocurre…vuelvo también a mi tamaño mortal. Caigo en los brazos de Zade mientras que Leti busca cubrir mi cuerpo desnudo, lo único que no pierdo es la corona aún en mi cabeza. Acaricio con desespero mi vientre y siento la fuerza de Kore para reventarme a llorar.
─Estás bien, Cat. Lo hiciste, lo hiciste ─Me acompaña Leti a sollozar y me abalanzo hacia ella abrazándole─. Eres muy poderosa ─añade para acunar mi rostro. Zade termina de colocarme en el suelo y se acerca Lilith a nosotros.
El hombre lobo le gruñe.
─Tranquilo, perrito ─Le dice Leti acariciando el pelaje de Zade─. La zorra parece que se volvió buena o de lo contrario le clavaré una de las flechas…
─Atrévete y te destrozaré ─amenaza Lilith.
─Basta ─digo sujetando el trozo de tela que me entregó Leti cubriendo mi cuerpo para acercarme a Lilith quien me mira con orgullo alzando su mentón. Súbitamente, se inclina haciéndome una reverencia.
─Reina ─manifiesta y sus demonios también se reverencian como las criaturas del inframundo que nos rodean. Miro con impresión y mi respiración acelerada.
─¿Tendré tu lealtad o intentarás apuñalarme como a Lucifer? ─Inquiero clavándole mi mirada.
─La tienes, Perséfone ─responde y resoplo.
─Haz que lo jure o qué se yo ¿Saco mi biblia electrónica? ─Pregunta Leti haciendo sonreír. Niego con la cabeza.
─Tengo algo mejor ─acoto acercándome a Lilith quien se endereza mirándome─. Si llegas a intentar traicionarme, me encargaré de destruir a cada uno de tus hijos demoníacos y te los daré de comer ¿Entendido? ─Sus ojos se abren, tomo su mano y la aprieto entre las mías, ella traga con dificultad─. Puedes ver y sentir que es real lo que digo y del poder que tengo.
─Sí, majestad ─responde finalmente. Boto el aire de mis pulmones y me giro para ver todo en mi entorno, el infierno y el inframundo detuvo su caos mismo que ocasionó el despertar de Cronos ahora que nunca podrá salir. Vislumbro a todas las criaturas que ahora están en lo que parece ser mi liderazgo. No me creo que esto esté sucediendo.
─Yo no te llamaré “reina” ─espeta Leti llamando mi atención.
─¿Cómo conseguiste esa armadura? ¿Cómo lograron que los demonios les ayudaran? ─Pregunto hacia ella con desconcierto.
─Nos la robó ─Suelta Clotis acercándose con una reverencia.
─¡La pedí prestada! ─Chilla Leti.
─Devuelve el escudo y el arco de Artemisa ─demanda Clotis, y miro a Leti, ella refunfuña rodando los ojos para entregarlo.
─Aburridas ─murmura mi mejor amiga, a quien se le zafaron unos tornillos─. En cuanto a la ayuda de los demonios…solo les dije que el gigantón se los iba a comer e iba a destruir todo, y que, si querían seguir aquí, batallaran a nuestro lado ─añade con simpleza.
─Es lo que ella dijo, pero, con insultos y amenazas que desconozco ─dice Zade volviendo a su forma mortal para cubrir su desnudez.
─Clotis, ¿podrías llevarnos a la fuente que despertará a Hades? ─Pregunto a la Moira.
Ella asiente y camino atrayendo conmigo el c*****o que protege a Hades. Leti sostiene mi mano y Zade también nos acompaña.
─¿Te quedarás aquí? ─Pregunto hacia Lilith.
─Colocaré un poco en orden el lugar, hay muchos demonios descontrolados y almas sin torturar ─responde y asiento con mi cabeza, ella me da una curvatura lo más parecido a una sonrisa.
Mi corazón late con mucha fuerza al ser guiada por las Moiras, que nos llevan a su cueva donde resguardan cosas mágicas. Vislumbro la fuente y colocando mi palma sobre mi vientre dejo a Hades cerca de ella, estoy un poco débil y caigo de rodillas.
─Cat…estás cansada ─dice Leti preocupada.
─Estaré bien ─jadeo mirando a las Moiras que se parecen entre sí, pero con personalidades diferentes─. Podrían…por favor desvincularlo de Lucifer, necesito que despierte ─suplico sin mucha fuerza. Leti acaricia mi espalda y mi respiración es jadeante.
─Lo haremos, reina ─dice Clotis luego de mirarse con sus hermanas.
─Diganme: “Perséfone” por favor, el único rey que reconozco es Hades Morningstar ─Les anuncio.
Ellas se acercan a Hades y deshago el c*****o de las ramas mostrándoles su cuerpo, mi corazón se estruja al verle así. Le rodean colocándolo sobre la fuente, se sujetan de las manos y una luz fuerte le rodea mientras que ellas repiten unas palabras en otro idioma. De repente, me miran.
─Necesitamos que entregues también tu vinculo con él, atraeremos la vela si lo aceptas ─anuncia Clotis. Aprieto mi mandíbula─. Tendrás aún el vinculo por el bebé que crece en tu vientre ─añade y asiento aceptando.
─Todo lo que necesiten para…que él vuelva.
La vela aparece y ellas la encienden cortando un hilo que brota de ella. Dejo salir un jadeo porque de igual manera me duele ver a ese vínculo romperse porque fue con lo que comenzó todo.
Sacan unas tijeras doradas y un hilo oscuro aparece mismo que estiran en sus manos. Dicen unas palabras más y lo cortan con las tijeras. La luz se apaga, el cuerpo de Hades es bajado al suelo y me acerco a él acunando su rostro en mis manos. Acaricio sus mejillas.
─Hades, despierta, por favor, tienes que volver con nosotras…ver a tu hija crecer y que te amará tanto como yo lo hago ─digo suplicando con mis ojos escocidos por las prontas lágrimas y con mis latidos golpeando con fuerza. Muerdo mi labio que titila por el sollozo que explota y las lágrimas brotan deslizándose por mis mejillas.
─¿Qué…dijiste? ¿Tendremos una…hija? ─Habla de repente Hades abriendo los ojos, esa miel que adoro me observa y me abalanzo hacia él abrazándole con fuerza mientras lloro emocionada─. Estoy aquí, Perséfone ─murmura tratando de calmarme.
─¡No vuelvas a irte! ─Gruño hacia él.
─No lo haré, nunca más, te arap…mi Diosa del inframundo ─dice acercando mi rostro al suyo para que sus labios se presionen de los míos, besándome con vehemencia, colocando a mi corazón a arder en latidos intensos─. ¿Por qué tienes una corona? ¿Me casaré con una reina? ─Pregunta haciéndome reír.
─Al parecer la bellota me dio esta linda corona.
─Hay muchas cosas que me tienes que explicar, ¿qué sucedió con Cronos? ─Suelta alterado y listo para seguir batallando, le detengo posando mi palma sobre su pecho.
─Habrá tiempo para contarte todo ─digo. Él posa su mano en mi vientre y cierra los ojos. Al abrirlos noto unas lágrimas oscuras brotarse y deslizarse en sus mejillas.
─Tendremos una hermosa princesa ─dice con la voz rota─. Eres maravillosa, Perséfone, te arap en todos los reinos y universos ─añade erizándome la piel y vuelve a besarme.
Leti aclara su garganta.
─¿Y si volvemos a la tierra? Me he cansado de salvar ambos mundos ─dice haciéndome reír. Asiento para mirar a Hades.
─Te arap, rey del inframundo ─murmuro besándole de nuevo sin querer despegarme de sus labios, de no alejarme de mi lujuria infernal y el sexy demonio que apareció en mi vida al encender una vela misteriosa, ahora nos queda el inframundo por gobernar y una vida larga por delante ¿Me habré vuelto inmortal después de todo? Porque quiero vivir más que una eternidad a su lado…