| Epílogo |

3842 คำ
Reino del inframundo Instantes después… Sujetando la mano de Hades salimos al exterior, mi corazón no cabe en mi pecho ante las emociones que me invaden, sobre todo la de saber que le tengo a mi lado y los reinos que conocemos no correrán peligro, por el momento. Admiro el cómo quedó el inframundo y el infierno, mismo que tenemos que recuperar y sé de una persona que es perfecta para mandar en este lugar; Asael Morningstar. Ahora con Lucifer muerto, el único heredero es mi Hades. Le miro con una sonrisa y sus ojos miel conectan con los míos. ─Salvaste este reino, arriesgaste tu vida… ─Lo volvería a hacer, por ti y nuestra hija ─intervengo sus palabras─. ¿Estás listo para reinar? ─Inquiero. ─¿Segura? Tendríamos que dividir nuestras vidas en ambos reinos. ─Buscaremos la forma de que funcione ─propongo y él asiente sujetando mi rostro. ─Me tienes a tus pies, así que, haré lo que me pidas, Perséfone ─dice suavemente para besar mis labios. La lujuria infernal corre por nuestro sistema y creo que el embarazo me ha aumentado la libido porque le deseo más que antes. ─Creo que deberíamos de volver a la tierra ¿No creen? Tengo miedo de que ese grandulón vuelva a despertarse con ganas de matarnos ─menciona Leti haciéndome reír. ─No volverá a despertar y si llega a hacerlo, te tengo a ti para que te hagas cargo ─digo hacia ella quien niega con la cabeza. ─No lo sé, cobro muy caro por mis honorarios ─dice con gracia haciéndonos reír. Dejo salir un suspiro acariciando los brazos de Hades y detallo su rostro mientras que él acaricia mi vientre. ─Ella está orgullosa de ti ─menciona llamando mi atención. ─¿Cómo…? ─Pregunto sorprendida al notar que se puede comunicar con nuestra bebé. Él ladea una sonrisa. ─Aún tengo algunos de mis poderes, aunque ya no tenga mis alas y pueda sacarte volando de aquí ─dice proporcionándome nostalgia. ─Quiero buscar la forma de que vuelvas a tenerlas ─murmuro. Él levanta mi mentón obligándome a mirar sus hermosos ojos miel. ─Eso ya no importa, Perséfone ─menciona y no me deja replicar cuando vuelve a besarme─. Gracias por volver por mí…te arap, Catherine Spellman ─añade acelerando mis latidos y conmocionándome al punto de que mis ojos se humedecen por las prontas lágrimas. Zade aclara su garganta llamando nuestra atención y sonreímos para ver al hombre lobo. ─Lamento interrumpir, pero, Leticia sigue siendo mortal. No puede estar mucho tiempo aquí ─anuncia y asiento con la cabeza sin querer despegarme de nuevo de Hades. Pero está herido y si va a la tierra mortal se debilitará y no podrá recuperarse, tampoco puedo poner más en riesgo a mi mejor amiga. ─Todo estará bien, te lo prometo, hasta que busquemos el equilibrio perfecto de nuestros reinos ─menciona Hades acariciando mi mejilla. Asiento para recibir otro beso mientras las lágrimas se desbordan por la periferia de mis ojos─. Las arap a las dos ─comenta haciéndome sonreír enamorada de este Dios, demonio, espectro del infierno…mi Hades. Dejo salir un suspiro para sostener la mano de Leti misma que me ofrece y somos guiadas por Zade hacia el portal que abren las Moiras para nosotros. Lo último que veo al cruzar es la sonrisa de Hades con sus ojos clavados en mí. Mi corazón se queda latiendo fuerte para caer en cuenta de que hemos llegado al reino mortal. Aparecemos en el bar de Zade, él cae débil al suelo y Leti se preocupa. ─Estoy bien…solo estoy cansado, estuve mucho tiempo lejos de la luna llena ─dice y vislumbro las mejillas sonrojadas de Leti. ─Oh, era eso. Pensé que estabas lastimado ─murmura y no puedo evitar sonreír por la química extraña que emanan juntos y es que nunca había visto a Leti ser así con un hombre. ─No lo estoy ─dice él tomando la mano de ella para llevarla a su pecho. Comienzo a sentir que sobro cuando sus ojos se conectan entre sí. Muerdo mi labio caminando a la salida sin que ellos se percaten de mí, de hecho, se les olvidó que estaba presente. Alzo la vista al cielo y dejo salir un suspiro para irme a casa, anhelando el día en que vuelva a encontrarme con mi Hades mientras acaricio mi vientre. ─Kore, ¿tienes antojo de pastel? Porque sé de un lugar donde venden el mejor de todos ─hablo con mi bebé, sonrío de solo imaginar que me ha respondido de alguna forma. ** Días después… Escucho las noticias donde dicen que no saben lo que ocurrió, el fenómeno que parecía el fin del mundo y que de un momento a otro culminó sin precedentes. Mientras que al frente de mí están mis padres hablando con emoción hacia Hades, a quien no le dejan respirar y le miro en complicidad. Ha regresado totalmente curado y me ha acompañado a decirle la gran noticia a mis padres, también la razón de porqué nuestra boda se adelantará y es que tendremos dos. Una en el inframundo y otra aquí. ─¿Será católica? ¿Cierto mi Catherine? ─Pregunta mi madre y abro los ojos de golpe. «La iglesia se incendiaria de inmediato si este ser del inframundo cruza la puerta y a mi madre le daría un infarto al saber que su yerno es un demonio y posiblemente su nieta lo sea» ─Preferiblemente…no ─respondo. ─Aurora, ¿acaso no ves que su prometido es ateo? Y tú hablando de catolicismo ─espeta mi padre y abro los ojos de golpe mirando a Hades. ─No soy ateo, señor Spellman. Creo en muchas cosas y sé que Dios existe, solo que…no soy su fan ─menciona Asael. ─No me digas “señor” puedes decirme “papá” ─gruñe mi padre ofendido. ─Siento que me dará algo ─dramatiza mi madre─. Mi hija tendrá un bebé y se casará cuando hace casi un año fue abandonada en el altar ─comenta y tomo su mano llevándola a que me mire. Puedo entender su preocupación. ─Estaré bien, madre. ¿No querías que fuera feliz? Lo soy y lo seré con Asael a mi lado ─digo. ─Es que tiene nombre de diablo y el apellido de Lucifer ─murmura mi madre haciéndome reír. ─Solo es casualidad, no es como si fuera el hijo de Lucifer ¿Cierto? ─suelto siendo irónica. Hades tose ahogándose por mi comentario. ─Tienes razón, gatita, es que todo esto es muy nuevo y apresurado. Nuevamente te veré dejar el nido ─dice mi madre conmocionada. ─No me iré a ningún lado, los quiero a ambos presentes en la vida de nuestra pequeña Kore ─declaro y eso le hace llorar a mi madre abrazándome efusiva. ─¿Te dolieron los tatuajes? ─Pregunta mi padre a Hades haciéndonos carcajear. ** Camino sosteniendo la mano de Hades luego de reunirnos con mis padres y llegamos a un lugar al que insistía ir en Nueva Orleans. Me hace entrar a un callejón con él y empuja levemente mi espalda de los ladrillos para atacar mis labios con vehemencia calentándome por su arrebato. Mis manos no pueden evitar estar inquietas, así que, entierro mis dedos en su cabello un poco largo y empujo para intensificar el beso. Él alza mis piernas haciendo que las aferre a su cintura y levantando la falda de mi vestido floreado sus manos aprietan mi trasero. Siento de repente su m*****o endurecido presionarse en mi sexo y gimoteo en su boca por eso. ─Arde una lujuria infernal en mí por tomarte, mi Perséfone ─jadea sobre mis labios lamiéndolos de forma lasciva para besar mi cuello y morder el área arrancándome otro gimoteo. ─Dámela toda, Hades ─pido desesperada e igual de excitada. Él ladea una sonrisa para arrancarme la tanga de un tirón. Me quejo por la sensación, pero no me deja asimilarlo cuando su glande estimula mi clítoris sintiendo la humedad de mis pliegues, lubrico rápidamente y mis mejillas arden deseándole más que nunca. ─Dime cuánto la quieres ─pide ronco. ─Demasiado…la deseo tanto ─gimo en su boca. Me toma del cuello haciéndome abrir la boca para meter su lengua al mismo tiempo en que me embiste con fuerza contra la pared de ladrillos. Quedo privada por la grandeza de su polla y el grosor de la misma, no me cansaré de la lujuria infernal que me proporciona mi Hades; mi demonio que apareció por aquella vela en mi habitación. Todos los recuerdos se cruzan en mi mente y mis latidos palpitan con más fuerza mientras que él me toma con la inmensidad de su lujuria provocándome un cúmulo de emociones al punto de sentir las lágrimas de felicidad deslizándose por mis mejillas. Porque nuestro amor pudo con la fuerza más grande y oscura, con la destrucción de ambos mundos, su inmortalidad y mi mortalidad…El orgasmo llega con potencia y me aferro a su cuerpo para sentir cómo se corre dentro de mí llenándome enteramente de su placer. Siento de repente que nos transportamos a otro lugar, la pared detrás de mí desaparece, pero él me sostiene evitando que caiga. Sale de mi interior bajándome con delicadeza, todo a nuestro alrededor está oscuro. No sé dónde estamos. ─¡Hades! ─Exclamo cuando siento que se aparta de mí. Estoy con la respiración acelerada por el reciente clímax y un poco desorientada. Súbitamente las luces se encienden mostrándome su rostro con una sonrisa. Él se encuentra sosteniendo la palanquita de la electricidad y giro mi rostro pestañeando para vislumbrar el lugar. Abro más los ojos al notar que hay muchas flores, de todo tipo, jarrones, papel, cinta y todo lo necesario que se necesita en una floristería botánica. Es precioso, pero estoy desconcertada ¿Qué hacemos aquí? ─¿Qué es este lugar? ─Pregunto mirándole mientras olisqueo unas rosas. Él no me responde; toma mi mano y empuja la puerta de vidrio que hace un sonido de campanas cuando la cruzamos. Me posiciona frente a la tienda y besa mis labios. ─Cierra los ojos ─indica y arrugo mi cejo. ─Hades… ─Hazlo, Perséfone ─demanda. Suspiro asintiendo para cerrarlos. ─Si llegas a hacerme una broma, juro que te voy a… ─Ábrelos ─indica cortando mis palabras. Abro los ojos y él enciende un cartel de luces led que dice “Floristería Perséfone” cubro mi boca impresionada y le miro sin palabras. ─¿Te gustó? ─Pregunta─. Tendrás una igual en el inframundo, además de que he pedido a la Moiras que coloquen un portal entre ambos mundos en este lugar, así puedes estar en donde desees desde tu mundo de flores, en definitiva, no me equivoqué cuando dije que eras una ninfa de la primavera…todo lo que tocas le das vida ─añade y mis ojos se llenan de nuevo de lágrimas. Corro hacia él abalanzándome en sus brazos para besarle porque nunca nadie me había dado algo tan hermoso antes y pensado en mis gustos, mis sueños y lo que siempre deseé. Hades es la excepción a todo. ─Te arap inmensamente ─murmuro en sus labios. ─¿Eso es una afirmación? ─Pregunta haciéndome sonríe. Asiento con mi cabeza. ─Lo es ─respondo él me hace girar abrazándome para sacarme una carcajada. ─¡Te arap! ─Grita y presiono mis labios de nuevo en los suyos. Nos quedamos danzando sin darnos cuenta, y sin música al frente de la floristería, sintiendo nuestros latidos, amándonos a nuestra manera, porque ambos estamos aprendiendo a hacerlo. Él; quien nunca lo había hecho, yo; a quien le rompieron en corazón y le intentaron meter en la cabeza que nunca podría sentir amor de nuevo…hasta conocer a mi demonio sexy. ** Dos meses después… Mi vientre está muy abultado, las Moiras dicen que es normal porque no es cien por ciento mortal y nacerá más rápido de lo previsto. Entrego el arreglo floral recibiendo una sonrisa. ─Señora Morningstar, creo que debe de irse. Es la hora ─indica Gisella, mi ayudante en la floristería del reino mortal. Miro el reloj y me disculpo quitándome el delantal para tomar mis cosas y cruzo la puerta que me lleva de inmediato al mundo del inframundo apareciendo en la otra floristería manejada por mis ninfas. Me coloco el vestido blanco y salgo al frente para mirar el florero de Minte. ─¿Le colocaron agua a Minte? ─Pregunto a la ninfa Aretusa. ─Sí, agradeció que lo hiciera y preguntó cuándo la volverás a su estado natural ─responde siendo la única que puede hablar con Minte en ese estado. Le doy una sonrisa. ─Cuando descubra la forma de hacerlo o posiblemente nunca ─digo saliendo de la tienda para encontrarme con el inframundo y el enorme árbol que sobre sale del tártaro siendo vigilado y protegido por Lilith. Al salir; me encuentro con Hades sin camisa mostrando su torso de Dios del Olimpo y con un pantalón, cruzado de brazos viéndome con su intensa mirada. ─¿Lista para ser mi esposa en el inframundo? ─Inquiere y asiento. ─Más que lista ─respondo besando sus labios. ─Zade y Leti ya están esperándonos. Una de las Moiras será la que nos casará y creará el hechizo para nuestra eternidad juntos…cuando fallezcas en el mundo mortal; regresaras a este lugar con la misma edad con la que se selló el hechizo. Así podrás vivir una vida mortal y una inmortal ─indica. ─Una eternidad juntos, me gusta cómo suena eso ─digo. ─Kore también tendrá esa opción o si desea más adelante reinar el infierno, lo tendrá todo para ella, como cada uno de los hijos que tengamos ─comenta y no puedo evitar enamorarme más de él. ─No hagamos esperar a los invitados, la boda mortal fue un poco caótica con tus invitados evitando transformarse en medio de la ceremonia. Mi madre sigue diciendo que ha visto un demonio bailar la macarena ─menciono riéndome. ─Creo que sé quién fue y estaba en tanga ─dice para besar mis labios─. Eres la mujer más hermosa de ambos reinos y tengo el honor de que seas mía; señora Morningstar. ─Tuya, por la eternidad ─musito siendo besada por él. ** Dos años después… Camino por el inframundo demasiado embarazada mientras termino de leer las instrucciones de la pócima que he hecho para Leti. Kore revolotea con sus alas sobre mí y es que no puedo controlar a la semi Diosa Morningstar de que haga sus travesuras y la verdad es que se ve muy tierna con sus alas y demasiado angelical como un querubín. ─Mami, mami ¡Mira lo que puedo hacer! ─Dice haciendo una voltereta. Sus ojos brillan como la miel, su cabello es oscuro como la noche y su piel es como la porcelana. Su sonrisa es igual a la de su padre y amo verla sonreír. ─¡Maravilloso, Kore! ─Le aliento─. Pero sabes que no puedes sacar tus poderes y alas delante de tus abuelos cuando estemos en el mundo mortal, la otra noche tu abuelo no se explicaba por qué apareció una bolsa con monedas de oro en el baño ─digo y ella hace un puchero. ─El abuelo estaba feliz ─menciona y ruedo los ojos. Alzando mis brazos para tomarla en mis manos y abrazar a mi pequeña. ─Tienes un corazón muy grande, pero es mejor que no sigas alterando la estabilidad de ambos mundos. Nada de ocultarle los lentes a tu abuela ─declaro. ─Eso no fue con magia ─Se ríe con travesura haciéndome sonreír. Acaricio mi nariz con la de ella─. Te arap mami ─murmura y me derrito besándole todo el rostro haciéndole carcajear. ─¿Dónde está mi sobrina? ─Pregunta Leti apareciendo del portal. ─¡Tía! ─Chilla Kore volando hacia su tía. ─¡Oh no, un murciélago! ─Suelta Leti molestando a Kore. ─Tú eres una mortal ─espeta mi pequeña. ─No por mucho ─anuncio llamando la atención de ambas─. Kore, ve con papá ─le digo y ella no lo piensa dos veces. Le beso antes de que se vaya y la veo partir. ─¿Qué traes entre manos, Catherine? ─Pregunta Leti. ─Sé que has estado enamorada de Zade todo este tiempo, pero entre ambos no puede haber lujuria ya que…él se transforma en hombre lobo y podría matarte. Así que; he creado una poción para que puedas ser feliz, lamento haberme tardado tanto es que, sigo aprendiendo y no quiero convertirte en planta como lo hice con… ─Me abraza de forma súbita. ─Gracias, Cat ─murmura con la voz rota. ─Por ti, haría esto y más. Pero quiero que tengas presente que también te dará la inmortalidad, como Zade lo es y luego de vivir tu vida mortal, llegarás al inframundo junto conmigo ─digo y sus ojos se llenan de lágrimas. ─Viviré ambas vidas con mi mejor amiga ─dice conmocionándome porque no lo había pensado de esa forma─. Te amo, Cat ─añade y me rompo en lágrimas abrazándole. ─Y yo a ti ─murmuro─. Dejemos de llorar y bebe esto, ruego a que no te conviertas en planta ─menciono y ella se ríe. ─Recuerda regarme todos los días, en caso de convertirme en una ─Se burla y procede a beberla. Cierra los ojos y mi corazón late nervioso, los abre de nuevo mirándome─. ¿Ya? ─Pregunta. Tomo su mano y en su muñeca está la marca de la poción como un tatuaje. ─¡Funcionó! ─Chillo. ─¡¿Funcionó?! ─Grita y ambas saltamos de alegría celebrando─. ¡Sabía que no me ibas a convertir en planta! ─Sé que no fue así. ─Tienes razón, desconfié totalmente ─suelta haciéndome reír. ** En la cama junto con Hades vemos a nuestra Kore entrenar sus alas que cada vez crecen más. ─¡Papi, mira! ¡Puedo volar más alto! ─Suelta Kore mostrándole a Hades. Sé que en el fondo extraña sus alas y le hubiera gustado volar con su hija. Acaricio mi vientre abultado viéndolos jugar, él la atrapa abrazándola para atraerla entre nosotros. ─¿Cómo se llamará mi hermanito? ─Pregunta de repente y abro los ojos de golpe mirando a Hades. Puesto que no sabíamos qué iba a ser. Muerdo mi labio sintiendo la emoción invadir mi pecho, él pega su frente de la mía luego de besar la de Kore. ─Tu madre es buena con los nombres; te colocó el tuyo ─indica Hades. ─Di un nombre mami, le preguntaré a mi hermanito si le gusta. ─A ver… ─Me coloco pensativa─. Samael, es el nombre angelical del rey del infierno ─añado recordando haberlo leído en uno de mis libros. Kore se acerca a mi vientre y susurra. ─¡Le gusta, mami! ─Chilla haciéndome reír. Miro a Hades y él se acerca a besar mis labios mientras que Kore sigue con sus jugarretas. ─Estás creando la nueva monarquía del inframundo ─dice─. Eres maravillosa, Perséfone ─murmura haciéndome mimos para alterar mis pulsaciones y querer que Kore duerma para explorar la lujuria infernal con mi Hades. ** Semanas después… Supe que Kevin fue encarcelado por intentar tomar el seguro de vida de otra de sus víctimas, me complace un poco saber que ya no intentará romperle el corazón a otra mujer ni hacerle daño. Asael dijo que su muerte es cercana y tiene el pase directo al infierno para que sufra una y otra vez por sus pecados. No pretendo interferir en su destino. Las Moiras me terminan de indicar lo que debo de hacer y Hades entra a la cueva luego de mi llamado. ─¿Qué sucede aquí? ─Pregunta desconcertado. Aclaro mi garganta para que las gárgolas traigan las alas de mi esposo, pude recuperarlas del tártaro y las preservé hasta este momento. Él las mira arrugando su cejo. ─¿Me permites hacer algo por ti? ─Inquiero hacia él─. Sé que las extrañas ─añado y sus ojos se abren, noto cómo traga con dificultad. ─Perséfone… ─Solo, déjame intentarlo, por favor ─insisto y él deja salir un resoplido. ─Si no lo logras, no quiero que te pongas mal. No me hacen falta cuando te tengo a ti ─declara con ronquez. ─Quiero que lo tengas todo ─afirmo determinada─. Acércate a mí y dame la espalda ─indico a lo que él acata mis indicaciones. Vislumbro sus cicatrices, puesto que está sin camisa y con su torso lleno de tatuajes, pero su espalda está sin ellos. Acaricio las cicatrices con la punta de mis dedos y él se tensa. Paso saliva mirando a Clotis quien me asiente para que prosiga. Le pido a las gárgolas que alcen las alas ubicándolas en la posición donde antes estaban mientas coloco mis palmas unidas en medio de ellas sobre su espalda. Cierro los ojos concentrándome en mi magia, en el poder de mi interior y el de la bellota del tártaro, comienzo a sentir el fuego abrasador del infierno y el viento frío del inframundo, todo en mi interior y abro los ojos mirando debajo de mis palmas una luz intensa ilumina las cicatrices. Hades se ilumina por completo en un brillo que me perturba haciéndome apartar las manos para cubrirme el rostro. Clotis se coloca lentes y las Gárgolas se alejan. Inesperadamente, con mis ojos entornados; observo cómo Hades se alza en el aire con las alas imponentes y tornadas de un color azabache, como si nunca hubiera estado separadas de él. Se gira; mirándome y me ofrece su mano para alzarme y abrazarme a él. Flotamos en el aire gracias al movimiento de sus alas. Una sonrisa aparece en sus comisuras. ─Lo lograste, Perséfone ─dice conmocionado. ─Úsalas y llévame lejos de aquí, tengo ganas de ver el inframundo desde arriba ─digo con picardía. Sus labios se presionan en los míos y de repente nos saca rápidamente de la cueva alzándonos en el aire. Grito sin poder evitarlo y mi corazón late fervientemente, pero ya no tengo miedo, no con sus ojos mirándome y sus brazos protegiéndome. ─Te arap, mi mágica y poderosa esposa ─menciona haciéndome reír. ─Te arap, por la eternidad, mi sexy demonio ─musito besándole mientras él nos hace girar en el aire. ** 70 años después… Estaba en la cama de hospital, había mucha tranquilidad hasta que mis ojos se cerraron y es que sentí que ya era hora de estar en mi otra vida junto con Hades y mis siete hijos, como los siete pecados capitales. Abro los ojos vislumbrando el portal iluminado mismo que cruzo sin pensarlo. Al hacerlo, mi cuerpo vuelve a la juventud y me encuentro con la figura de mi Hades, mi esposo. Me ofrece su mano misma que tomo sin pensarlo. ─Bienvenida de nuevo al inframundo, Perséfone ─murmura─. Es hora de que vivas tu eternidad aquí, amor mío ─susurra sobre mis labios para besarme. Nuestros hijos todos adultos aparecen para rodearnos y unirse al abrazo. ─¡Hola de nuevo! ─Chilla Leti junto con Zade y su manada de lobos. Mis ojos se llenan de lágrimas, pero no dejo de sonreír. Porque obtuve mi lujuria infernal con Hades y ahora…tengo mi eterna felicidad y todo porque Kevin me abandonó en el altar y luego en medio del despecho encendí esa vela negra que me entregó al demonio más sexy y es que he vuelto a creer en el amor, que puedo ser amada. Solo que…nunca imaginé que sería por el hijo de Lucifer.

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