Sus ojos se desvían de los míos, buscando alguna explicación a lo que he dicho. Traga con dificultad, volviendo sus pupilas a mi rostro, vislumbrándome atenta. ─No quiero que pienses así─ añade, soltando una bocanada de aire. ─Demuéstrame lo contrario. Demuéstrame que estás bien, Kilian─ suplico, arriesgándome. Baja su mirada, demostrándome su sumisión. Cosa que me molesta en crescendo. Hay muchos conflictos emocionales que debemos de arreglar. ─¿Cómo lo hago? Si le prometí a tu madre que yo sería el fuerte, que yo te cuidaría. Y siempre ando con el puto miedo de perderte, por un descuido mío. No puedo simplemente aparentar que estoy bien cuando tú estás en constante peligro─ expresa de manera exaltada, dándome a entender que yo podría ser una carga para él. Trato de empujar su