La función de Romeo y Julieta en el Teatro Central de Valle de los Santos fue sencillamente encantadora. Todo se desarrolló con maestría en una escenografía amplia, muy bien lograda y deslumbrante.
No obstante, lo mejor de todo fue la actuación del elenco que desarrolló una interpretación histriónica, que eclipsó la atención de la audiencia. De este modo cobraron vida los personajes de una obra inmortal, posiblemente la historia de amor más famosa y admirada del mundo entero.
Al terminar la función y salir del teatro, Bella estaba encantada con lo que había visto. No paraba de hablar de la obra, de los actores y de cómo la emocionaba el trágico final de los jóvenes amantes de Verona.
— Nunca me canso de la última escena, cuando Julieta despierta y descubre a su amado inerte junto a ella
