Capítulo 12

1355 Words
Un ramo de rosas blancas y un ramo de flores muertas. Parte 2. Pov Fredo (papá de Niccolò) Treinta y dos años atrás… Ingreso al galpón donde me encuentro con el ruso que ayudará a deshacerme de mi padre y abuelo, así poder tomar yo el poder en pleno. Pero quienes aparecen son a quienes se supone debía quitar de mi camino. Al lado de ellos, un vito aparece antes de que mi padre hable; él lo hace. . — Como tu hermano, y considerando que la familia es la base, tendrás la oportunidad de resarcir tu falta. . — Primero te casarás con Carmella y te irás a América, serás el counselor. Si te pillo haciendo algo mal, tu cuerpo será desmembrado y entregado a cada rincón. — sentencia mi padre, yo solo bajo la cabeza. Y al tiempo todo se dio como se tenía previsto, me encargué de los negocios legales y trabajé duro, para poder algún día tomar el control de todo el continente. Al año de estar casado nació mi pequeño Niccolò; el cual fue nombrado así en honor a mi abuelo, y desde ese entonces nuevamente fui incluido en mi familia mi padre quien aún era el Boss, y por orden de mi abuelo para poder ingresar y ser reconocido como uno gracias al nacimiento de mi hijo y con mis exigencias, pude volver a Italia y buscar a mi mujer. MAXIN una chica que trabajaba en los campos, de nuestros viñedos; todo un cliché, ¡no!, casarte amando a otra, pero lo que podía hacer era eso o vivir como cualquier hombre. Cuando por fin la pude encontrar después de cinco malditos años, la llevé conmigo a América. Si bien la amo, jamás tuve la intención de dejar a mi esposa; si bien no estoy enamorado de ella, también la amo. Y ella sabe que si la dejo a carmella su vida de lujos y comodidades desaparece. A los diez años de matrimonio decidí divorciarme, pero la enfermedad de mi esposa me hizo recapacitar en todo. Si bien seguía con maxin en mi vida, hice todo lo posible por salvar a mi esposa, pero al tiempo después maxin me da la sorpresa de que iba a ser padre. Eso arruinó mis planes de hacer bien las cosas, ya que si ella hablaba, todos sabrían que fui desleal con mi esposa y eso, entre nuestros clanes y negocios, se ve peor que matar a un niño pequeño a sangre fría. El tiempo pasó y no fue solo una niña la que tuvo maxin, sino dos. Sé que es una canallada, pero ninguna tiene mi apellido legalmente, solo son hijas de ella. Si las registraba a ambas con mi apellido, hubiera sido el fin. Cuando me di cuenta de que ambas eran importantes para mí, decidí seguir viviendo así. Los viajes tanto de trabajo como los del negocio siempre fueron recurrentes y, como el principio, le dejé en claro todo. Nunca tuve reproche. Mientras una era la dueña de todo, de mis noches y días, la otra sabía que solo era una amante. Una que, por cierto, siempre me reprochó el no ser la oficial si tanto la amaba, que habíamos construido una familia, pero que a los ojos de la gente solo era una mujer soltera con dos hijas. Actualidad. Después de lo sucedido, de las rosas muertas en la casa de maxin, me dispongo a descansar, a la mañana siguiente me dirijo a mi oficina, pero cuando llego seguridad me acompaña hasta mi lugar de trabajo, cuándo ingreso me encuentro a un Abraham muy cómodo en mi sillón detrás del escritorio mirando unos documentos. Mi hijo está en el sofá con la zorra de su esposa en sus piernas; junto con la seguridad de cada uno, me hacen un gesto para que tome asiento. Cuando lo hago, Abraham es quien habla. No registro nada, ya que empiezan con que seré removido de mi puesto; ya después no escucho nada más. Pasan los minutos y, para ser sinceros, no sé cuántos. Hasta que escucho que solo tendré una pequeña participación en la empresa. ¡Qué! Eso no puede ser porque yo soy dueño de todo. Esto es mi herencia, mi patrimonio por derecho. — grito a lo que uno de los hombres de Abraham por su orden me apunta en mi cabeza, yo solo levanto ambas manos en señal de son de paz. No pueden hacerme esto, todo es mío, él era mi padre, es mi legado, mi derecho. . —Bueno, tú sabes mejor que nadie, que por ser lo que somos nos regimos a base de la lealtad, algo que tú jamás has conocido en tu vida y hoy empezarás a pagar por tus pecados. Yo lo miro con incredulidad, soy tu tío y tu padrino, somos familia. — arremeto con un dejo de miedo. Sé que él puede llegar a ser cruel cuando se lo propones. De los clanes de este continente, el de los Lincoln es el más afincado a las raíces y la justicia, claro a su justicia. Y de un momento a otro la puerta se abre e ingresa maxin con mis hijas Roxin y la pequeña Maddox de solo 12 años. Antes de cualquier intercambio de palabras, me levanto de un solo golpe tirando la silla en donde estaba sentado hace solo unos segundos, miro a todos y sin pensarlo dos veces tomo mi maletín y me voy, salgo casi corriendo. No miro atrás y llamo a quien me ayudará a vengarme de todos estos imbéciles. Llamando X… F: soy yo, tengo un plan para vengarnos y tengo a unos cuantos estúpidos que por unos cuantos dólares harán el trabajo por nosotros. X: Perfecto, has todo y me avisas. Sin más corto, tomo un taxi y me dirijo a la casa que alguna vez compartí con Carmella, al ingresar subo escaleras arriba, ya en mi habitación tomo una maleta y saco unas cuantas cosas, dinero de la caja fuerte y documentos que podrían ser mi salvación o no, si es que caen en las manos equivocadas. Cuando termino y voy a salir una carmella ingresa muy calmada, lo que me hace saber que siempre lo supo. Así que sin más le pregunto. ¿Desde cuándo lo sabes, desde cuándo sabes de ellos? —preguntó con una calma fingida. .— Siempre, mi AMOR, que creías que te casabas con una pelele, pues no, lo sé todo desde cómo que ella no fue la única en tu vida, que todas tus secretarias y mujeres que trabajaban en el piso tuyo fueron tus putas. Tenía que buscar lo que en mi cama no había, ¿no crees? — le digo, pero supongo que no le afectó en nada. . —Bueno, es que cuando estás acostumbrado a carne barata, el filete te parece aburrido. Nada que hacer con eso. La maldita sale caminando con una calma que siempre la caracterizó. Salgo detrás de ella, la alcanzo, tomo su cuerpo, lo aprisiono entre la pared y mi cuerpo, sin pensar ni darme cuenta de que todo es más que una trampa, es la declaración de mi realidad. . — Toma tus cosas y ve con una de tus putas. —Te duele que me las coja y a ti no verdad. . — ¿Ja, ja, ja, por Dios? ¿Aún crees? Bueno, ¿mejor a uno piensas que te he sido fiel todos estos años, ternurita? También sé jugar, así que toma todo y vete. La suelto, como si quemara, doy pasos hacia atrás, con voz temblorosa, pregunto con quién, pero la respuesta llega sin decirla. Rodrigo, el jefe de seguridad, que lleva más de 25 años con nosotros, me apunta y me toma de la mano haciendo una llave, golpea mi rodilla y caigo al piso. . - no me des el gusto de acabar contigo tan fácilmente, Corleone sería un triunfo vago. -dice el maldito y no registro cuando un golpe me lleva a la oscuridad en pleno. Al despertar miro y no reconozco el lugar solo veo un ramo de rosas blancas.
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