Un arma y una ida al doctor.
Pov Niccolo.
Al ver que mi mujer tiene una lengua venenosa, más me enamora. Y hablando de Venenosa, debo ir a hacerle una visita a MAXIN. Me encantaría llevar a mi mujer, pero ya no me puedo confiar.
Lo que me hace pensar que si ella lleva a mi hijo, o hija, si naciera una pequeña, eso me da miedo porque sé que será hermosa como la madre y los malditos se acercarán a ella.
Ya sé, entrenaré a London para que nadie se le acerque a ninguna, o si mejor compro una jauría de perros entrenados para que los protejan; si voy al zoológico me venderán un par de leones, bueno, leonas.
LLAMANDO RODRIGO…
R: ¿Para qué soy bueno? —responde Rodrigo, pero a lo lejos. —Para muchas cosas, y esa voz es de mi mamá, así que con cara de asco. Respondo.
N—Mamá, recién desayuné, ¡qué asco, esa imagen quedará clavada en mi mente! —
C: tan exagerado; pero que pasó, hijo, mis niños están bien. —Una sonrisa se me asoma con solo la mención de ellos.
N: sí, mamá, pudieses poner alta voz, así me dan su opinión.
C-R: listo, dicen al unísono.
N: Bueno, quería saber si ustedes me podrían ayudar a conseguir unos dos leones o unos 5 perros más y un entrenador… Mamá, le digo, ya que no se escucha nada y después un tu tu tu.
Se le habrá cortado, la vuelvo a llamar y esta vez no contestan de inmediato, pero insisto total, no tengo nada que hacer ahora.
C: ¿NICCOLO ES DE VERDAD LO QUE ME DIJISTE? No me estás tomando el pelo, hijo mío.
N: No, mamá, es cierto, así ellos los protegerán y ya no escucho nada, solo que me corta nuevamente.
Sigo con mi camino y a los minutos llego a la empresa. Ingreso y nadie me mira, puede ser arrogante, pero no saludo a nadie.
De hecho, he despedido a la chica de recursos humanos porque la muy fresca me llamó por mi nombre, el que solo dice mi mujer y a veces lo grita, pero eso no viene al punto.
Pero esa chica creyó que sería bueno salir, invitarme un café y, según “ella, conocernos mejor para tener un buen ambiente laboral”.
Aún recuerdo su cara…
. — Hola, Niccolo, venía para que fuéramos por un café y conocernos mejor, ¿qué te parece?
Yo solo quito mi rostro de los papeles que estaba viendo. Miró a seguridad y ellos abren sus ojos con demasía.
Quien está dando tragos en los cafés, desde mañana todos los trabajadores se harán una prueba de alcohol.
. ¿Por qué dices eso? Yo jamás he bebido. — Habla la chica, esa hasta ofendida.
Porque es de la única manera que tendrías la osadía de venir a mi oficina a insinuarte, sabiendo que soy casado. — digo, mostrando mi dedo donde descansa el anillo que mi ratoncita me regaló. —
. — yo… Yo …. Em no sabía. Y cómo por obra y gracias del destino entra mi mujer y yo corro a su lado a buscarla y que tome asiento en su silla personal, o sea, mis piernas.
. — ¿Quién es ella, amor? — pregunta mi mujer.
Y le cuento todo y en mi vida la había visto tan celosa, ya que se levantó y le dio una cachetada a esa loca, que le dejó dando vueltas la cabeza. Mi mujer mira a seguridad, tiende la mano, yo me acerco y le doy mi pistola, ella me mira y dice. — Nico, no, el teléfono.
Haa perdón, yo pensaba, jajajajaj. Olvídalo.
. — Señor Smith, habla la señora Corleone. — dice mirando a la chica, la cual traga en seco. — Puede venir ahora, ya.
Gente, ese tipo, llegó corriendo y miró a mi esposa con una sonrisa de idiota, así que me acercó, la tomó de la cintura marcando territorio. Me costó años que me volviera a hacer caso y dejar que un perro se acerque, no está ni tibio mijito.
. —Bueno, acá su personal está insinuándose con MI esposo. Si eso no es grave, lo es el hecho de que es el jefe, si no está….
. — estás despedida, debes respetar a la señorita, perdón a la señora Murphy. No se preocupen, esto, no volverá a pasar, lo prometo. — dice el maldito, mirándola como una deidad, porque, mi dios, porque la hiciste tan bella.
Que tenga un buen día y Felicidades por su bebé, ella solo sonríe y él se marcha.
Lo voy a despedir, le digo sin más. — Ella solo me mira y en su rostro está reflejado el porqué. Ella se acerca y se posa en mi regazo, y dice algo que me prende como nunca.
. — chicos pueden esperar afuera una hora. Con solo eso ya estoy duro, damos riendas sueltas a nuestro deseo por el otro y, al cabo de una hora, terminamos y nos vamos a almorzar, porque después tenemos la primera cita con nuestro pequeño retoño.
. — Mamis, papi, les envié la dirección donde haremos la primera ecografía del bebé. Los espero. Cuando corto, ya estamos llegando a mi restaurante favorito. Al ingresar, mi esposo viene detrás de mí mirando como una gacela todo a nuestro alrededor y obviamente mirando mi trasero porque susurra cosas obscenas que me encantan y me prenden.
Cuando tomamos asiento lo hacemos frente a frente, todo pasa en perfecto orden hasta que se acercan unos hombres que quieren invertir con mi esposo, así que decido jugar con su cordura, mi pie sube por su pierna y baja por la misma, él me mira y sonríe hasta que mi pie cobra vida propia y se cierne en su m*****o, el cual al más mínimo toque está tan duro como una roca yo solo reí detrás de mi copa de jugo, él respira fuerte y cierra sus ojos. Mientras los hombres se desviven en halagos.
. — Ya no aguanto más. — Se levanta y me toma de la mano y nos vamos al salir. Mira por todos lados y ve un hotel, nos vamos casi corriendo. Al regresar, él se posa en la recepción y toma mi mano para que siga acariciando su potente erección. Cuando estamos en el ascensor no aguanta más me posiciona y me embiste tan duro que me hace gritar, su mano está en mi zona íntima mientras entra y sale tan duramente que mis gritos se escuchan hasta a fuera, pasan los minutos y un orgasmo tan fuerte se apodera de mí, con unas embestidas más acabo tan duro que cae al piso mis flujos y él acaba a los minutos después de mí, él me besa los labios y mi frente, nos arreglamos y salimos como si nada hubiera pasado, llamo a rodrigo y le pido que borre las imágenes del ascensor. Y salimos tan contentos a ver a nuestro hijo.
Al llegar al lugar nos encontramos con todos: mis hermanos, mis padres y mi querida suegra y rodrigo, quien siempre fue un padre para niccolo. La gente nos mira, porque siete dioses griegos juntos jamás tendrás la fortuna de verlos. Cuando nos llaman, el doctor nos hace las preguntas de rigor, me toman nuevos exámenes. Ya cuando están listos, nos llaman nuevamente y todo, gracias a Dios, está bien conmigo y mi bebé.
Me hacen la ecografía y el doctor nos informa que tengo dos meses de embarazo. — O sea que lo hicimos en Londres.
La mirada se posa nuevamente en la máquina y su ceño se arruga, la mueve nuevamente, mis ojos buscan los de niccolo, que está que llora por la angustia, pero mis madres y mi abuela solo sonríen tiernamente, mi padre y mis hermanos solo nos miran.
. — Mire, acá se puede ver un saco con un bebé y acá, muy escondido, hay otro saco. — Él apaga todo, ya que nos informa que, por ser tan pequeños, los latidos son muy débiles para el oído humano, pero nos muestra la máquina donde aparecen.
Entonces, ¿qué quiere decir, por favor? Doctor, sea más claro, me dará un infarto por el suspenso.
—Bueno, lo que quiero decir que son dos bebés, dado que Murphy tiene hermanos gemelos, está dentro de las posibilidades genéticas. No aguanto más y lloro junto con mi mujer.
Saco una fotografía, nuestras manos en su vientre anunciando nuestro embarazo a todos.
Sé que muchos dirán que es muy peligroso hacer eso, pero si ellos están fuera y yo hago como que no existen, lo es aún más. Mi técnica ahora mismo es llenar la madriguera de agua y que salgan y cuando eso, pase adiós.