CAÍDA TRECE En el gynaeconitis, justo antes del partido, Cherry y Pickle se alistaban para jugar. Héctor estaba recostado contra la pared mirando hacia otro lado, siendo discreto. A Cherry no le importaría si llamaba su atención, aunque sólo fuese un poco. “¿Ves? Te dije que podías con el negocio”, le dijo a Pickle. “Si… y logré un buen precio también. Sólo un día de p**o, pero nada de que burlarse”, dijo Pickle poniéndose la camiseta. “Ha, no soy quien se va a burlar del dinero que entre. Sólo que no se excedan hoy, no quiero que salgan heridas”, dijo. “Ven, ayúdame a uniformarme”, dijo Pickle muy erguida. “Seguro”. Héctor fue hasta ella y tomó las partes de la armadura. Cherry se avispó a la vista de eso. “¿Qué es esto?” Pickle habló con un tono muy alto para que Cherry le creyera