CAÍDA CATORCE Las Torpes hicieron honor a su nombre. Sin importar cuan bien jugara Pickle y Cherry, no podían seguirles el paso. Siguieron perdiendo el cráneo por errores tontos de novatas. Cherry estaba cansada, corriendo de arriba para abajo en el campo haciéndolo lo mejor posible. “¡No puedo anotar!” “Está bien, créeme, no es tu culpa” Le aseguró Pickle en la línea de partida. “Sin embargo”, jadeó Cherry, “nos contrataron para que le diéramos una victoria, digo que lo intentemos”. “Lo haremos. Pero no podemos hacer milagros, ¡no con sólo dos buenas jugadoras!”. Pickle se dio cuenta que habían logrado la atracción de una de las Torpes, llamada Olivia, una de las chicas que Pickle había conocido en el bar Taf. Le sonrió, cambiando el tema. “Vamos a intentar un deslizamiento, yo cubro