Berti parqueó justo afuera de la casa de los Dalmau, Asia bajó, por primera vez admiró aquel barrio, donde Lex había crecido, las casas en comparación a la suya eran diminutas, la gente vestía de una forma diferente, y muchos la miraban con curiosidad, ella respiró profundo, no estaba en su lugar correcto, pero tampoco le importaba, ahora solo le importaba él. Tocó a la puerta y esperó. La puerta se abrió y Mora la miró con ojos enormes, impactada de verla justo ahí —Buenos días. —Buenos días, güerita, ¿Qué hace aquí? —exclamó irresoluta, pero directa Asia sonrió con suavidad y la miró fijamente —Estoy buscando a Lex, ¿Podría decirle que estoy aquí? Mora alzó la vista, parecía sorprendida de su petición —Ah, pues, ¿Y pa´ que lo quiere? —espetó directa —Bueno, es un tema laboral, y