Mis ojos examinan cada parte de su rostro en total silencio, sus perfectos ojos, su nariz, sus labios carnosos y la bella sonrisa que se dibuja en su rostro.
— ¿Ya terminó de inspeccionsrme o le falta? – susurra con arrogancia.
— ¿Que diablos le pasa? – me separó de él rápidamente – ¿ acaso no se fija por dónde va?.
Sus ojos me inspeccionan de arriba abajo e introduce sus manos en los bolsillos de su pantalón.
— Señorita creo que la que no se fija es usted – da un paso adelante acercándose un poco – usted venía distraída y con la vista en el suelo.
— Yo venía saliendo del baño de damas usted iba entrando – guardo silencio unos segundos – ni siquiera se que iba hacer dentro del baño de niñas en tal caso usted es el culpable.
— Señorita...
— Hay estás – es interrumpido por la voz d duna mujer.
Observó acercarse a una mujer peli negra quien trae un traje blanco señido a su cuerpo, tacones rojos y un labial del mismo color y su pelo perfectamente peinado el cual se mueve al son de su taconeo.
— ¿ Tú quién eres? – me pregunta mirándome de arriba abajo.
Observo el reloj en el pasillo el cual ya marca las ocho, sin decir más nada me doy la vuelta y camino rápidamente por el pasillo para llegar al salón de reuniones.
Al llegar abro la puerta con cuidado y me encuentro una gran mesa cuadrada la cual ya se encuentra ocupada casi u totalidad habiendo solo tres puestos vacíos.
Varias son las miradas que recaen en mi, algunos con curiosidad y otros con sorpresa.
— Buenos días – digo amablemente recibiendo un buenos días de todos.
Observó a Bard al final de la mesa y me acerco tomando asiento a su lado, frente a mi hay una carpeta al igual que en los lugares de los demás.
Observó que el puesto de alado de Jacky sigue vacío y el que le sigue igual, imaginando que se trata del puesto de su jefe y la jefa de recursos humanos.
Trató de tomar el bolígrafo sobre emi carpeta pero este resvala y cae.
Observó la intención de Brad de agacharse y lo detengo.
— No te preocupes yo me encargo.
Corro la silla hacia atrás, me inclino tomando el bolígrafo, escucho como la puerta se abre.
— Buenos días lamentamos la tardanza.
“Esa Voz"
Me levanto volviendo a mi posición y quedó paralizada al ver al hombre de hace un momento parado frente a mi junto a la despampanante mujer.
— Señor Reynolds, Señorita Wite bienvenidos – Jacky se levanta recibiendolos con una sonrisa.
Ambos toman asiento en sus puestos, agachó la cabeza y niego nerviosa.
— Maldición hoy me despiden – mascullo apretando el bolígrafo en mi mano.
— ¿Que dijiste? – me pregunta a mí lado Brad.
— Brad estoy muerta – susurro tomando su mano.
Se gira y coloca su mano sobre mí rostro levantandolo notando mi nerviosismo.
— ¿Que sucede? – me mira preocupado –¿Porque estas así?.
— Bien, empezamos – escucho su voz levantó la vista y lo encuentro mirándome fijamente – quisiera saber todo lo que a sucedido en mi ausencia.
— Señor Reynolds se contrato a un nuevo jefe administrativo en el área de ventas como pidió – Megan empieza hablar y le pasa un portafolio – en este caso se trata de una nueva jefa administrativa.
La mirada de todos caen en mi, menos la de la señorita Wite quién se encuentra distraída viendo su teléfono.
— Ella es Amaya Brooks.
Megan señala a mi dirección y es hay, justo hay cuando la mirada de la señorita Wite cae en mi junto a la de todos los demás quienes aplauden.
Ella me mira asombrada pero su rostro no luce nada contento con la noticia, observo al señor Reynolds levantarse de su puesto y acercarse a mi.
Brad suelta mi mano y toma asiento rectamente, se para frente a mi y vuelve a mirarme como si me inspeccionara.
—Señorita Brooks bienvenida.
Me levanto de mi puesto, le extiendo la mano y me la recibe dejando un beso sobre ella.
Los presentes nos observan asombrados, incluso Jacky y Mía lo hacen.
— Es un placer señor Reynolds – retiro mi mano – estoy aquí para hacer mi trabajo lo mejor posible.
— Espero que así sea – giro al escuchar la voz de la señorita Wite – aquí no dejamos ue cometan errores porque donde lo cometas te marchas.
— Señorita Wite es muy precipitado para hablar de ello – responde el señor Reynolds quien vuelve a su puesto – mejor sigamos con la junta.
La junta sigue hablando sobre los balances semanales, nuevas tecnicas de mercadeo y los eventos que están por venir.
En toda la reunión e sentido las miradas del señor Reynolds en mi, al igual que la de la señorita Wite.
La reunión termina y agradezco grandemente, los presentes se empiezan a levantar y a despedir saliendo de la sala de reuniones.
Me levantó, tomó del brazo a Brad y salgo con el de esa misma manera hasta llegar al elevador.
— ¿ Estás nerviosa? – me susurra al llegar al elevador.
Cuando estoy por responder siento la presencia de más personas, al girarme me encuentro a Megan, Mía, Jacky, el señor Reynolds y la señorita Wite detrás nuestro.
Al abrir las puertas el elevador somos nosotros los primeros en subir quedando detrás, a nuestro lado se hace Mía y Jacky quedando al frente lo otros tres mencionados ya.
Las puertas se cierran, y elevador empieza a bajar todo en total silencio.
— Amaya ¿dónde iras almorzar? – me susurra Jacky a nuestro lado.
—Aún no lo sé, no he pensado en ello.
— Puedes venir con nosotros – responde Brad – siempre lo hacemos en un restaurante que está a dos manzanas de aquí.
— Señorita Connor, creo que usted sabe que a sus superiores se les trata de usted – masculla la señorita Wite – que no se vuelva a repetir.
— Lo lamento señorira Wite no se volverá a...
— Jacky no tienes de que disculparte – la interrumpo y los tres frente a mi se giran a verme – yo misma le pedí a Jacky, Mía, Brad e incluso Megan que me tratarán de tu porque detesto que me llamen por mi apellido.
— No es correcto que los empleados se refieran a sus superiores de usted – ataca ella nuevamente – eso la hace perder su autoridad.
La puerta del elevador se abre saliendo todos.
— Señorita Wite – se detiene girandose a verme – disculpe que la contradiga pero el que los empleados se refieran a sus jefes de usted no acredita ue tendrá autoridad sobre ellos, además es muy distinto autoridad y respeto y mientras ellos me tengan respeto no tengo problemas con que me llamen por mi nombre – todos me miran en silencio – con su permiso, que tengan buen día.
Camino a mi oficina con Brad detrás mío, me detengo justo antes de entrar a ella.
— Jacky, Mía las veo al mediodía para ir almorzar con ustedes chicas – le sornio y ambas asienten.
Entró a la oficina y Brad cierra la puerta detrás mío con cuidado.
— Eso que acabas de hacer fue peligroso – me siento en mi escritorio – acabas de ganarltela de enemiga te lo aseguro.
— Lo siento Brad pero odio ese tipo de cosas y no voy a dejar que las chicas o tu me dejen de llamar por mi nombre solo porque a ella y a los demás le gusta que los llamen por si apellido solo por sentirse superiores.
Unos toques en la puerta nos interrupe, Brad camina a la puerta abriéndole y se hace a un lado rápidamente.
— Señor Reynolds.
— Brad – palmera sus mano.
Entra a mi oficina acercándose a mi escritorio, me levanto y lo miro nerviosa.
— Señor Reynolds – me extiende su mano y se la recibo – ¿ en qué le puedo servir?.
— Me retiro – Brad se acerca y toma el Ipad de mi escritorio – con su permiso estaré afuera por cualquier cosa que me necesiten.
Brad sale de mi oficina dejándonos completamente solos, mis nervios aumentan y no es para menos luego de lo sucedido fuera del baño.
— Señor Reynolds yo... – titubeó nerviosa – yo lamento lo sucedido esta mañana no sabia que usted era el presidente de la corporación.
— No se preocupe señorita Amaya – toma asiento frente a mi – ese tema ya está olvidado.
— Entonces ¿A que debo su visita? – me mira con pequeña sonrisa que rápidamente borra.
— Es la visita que le hago a cada uno de mis nuevos integrantes en mi corporación – se levanta de su silla – ¿tiene algún problema con ello?.
— En lo absoluto – me mira fijamente y dsvio la mirada – es su empresa pero yo tengo trabajo el cual debo ponerme al día.
— Yo la ayudaré a ponerse al día nadie mejor que yo para conocer todo – se acerca toma el teléfono de mi lado pulsa un botón y habla – Brad que nadie nos interrumpa al menos que sea importante.
Cuelga la llamada, me mira, toma las carpetas de mi escritorio y se sienta frente a mi abriendolas.
— Esto es lo que tiene que saber para poder manejar...
Empieza a mostrarme todo los balances y estrategias de ventas que utilizan para los futuros inversionistas. Me muestra cada uno de los patrones que se utilizan y los sistema d ela empresa.
Cuando termina observó el reloj y es casi mediodía, hemos pasado prácticamente tres horas aquí sin darnos cuenta de lo rápido que a pasado el tiempo.
Mi teléfono suena y veo que se trata de Jacky, había olvidado que le había dado mi numero y se escribe preguntando si iré a comer con ellas.
— ¿Sucede algo? – su voz me saca de mis pensamientos.
— No señor Reynolds – cierra las carpetas y las acomoda en mi escritorio – ya es hora del almuerzo así que iré con las chicas antes de que se nos haga tarde.
— ¿Me deja invitarla almorzar como bienvenida? – su pregunta me deja totalmente asombrada.
Cuando estoy por contestar unos toques en la puerta llaman nuestra atención.
— Adelante – mascullo mientras sus ojos no dejan de mirarme.
— Lamento interrumpir... – Brad es interrumpido rápidamente .
— Cristhoper llevo buscándote toda la mañana – la señorita Wite entra a mi oficina – quedamos en almorzar juntos ¿se te olvidó?.
La observó completamente asombrada y luego observó al señor Reynolds quien no pasa por desapercibida mi reacción.
Empieza a golpear mi escritorio con el bolígrafo que sostiene.
— Pedí no ser interrumpido a menos que no fuera importante – dice enérgico – estoy ocupado en estos momentos y no te puedo atender.
— Cristhoper...
— Lorena ¿No fui lo demasiado claro?.
Observó como rueda los ojos y sale de mi oficina ella furia, Brad me mira asombrado y sale de la oficina en total silencio volviendo a cerrar la puerta.
— Señorita Amaya como le dije...
— Señor Reynolds no quiero sonar grosera pero no puedo aceptar su invitación – tomo mi bolso y me levanto – quedé en almorzar con las chicas además usted ya tiene con quien almorzar.
Tomó mi teléfono del escritorio y las llaves de mi camioneta, se levanta y me mira con una sonrisa.
— Además usted ya tiene con quien almorzar, con su permiso.
Salgo de la oficina dejándolo dentro de ella sin siquiera esperar una respuesta. Veo a las chicas subir al elevador con Brad y al verme detienen el elevador logrando subir a el.
— Gracias chicos – sonrió alivianada – pensé que se irían sin mi.
— Nos dimos cuenta que estabas reunida con el señor Reynolds cuando pidió que no molestaran – responde Mía – a la que no le gustó nadita cuando se entero fue a la bruja Wite.
— Mía, no se vale que llames a tu jefa de esa manera – se burla Brad.
— ¿Ella es tu jefa? – preguntó confundida y asiente – pensé que tú jefa era Megan.
— En realidad soy secretaria de ambas.
— Wite llebava toda la mañana buscando a mi jefe pero ninguna le quisimos decir que stsbs en tu oficina cuando se entero debiste de ver su cara – Jacky ríe – era para morirse de risa era obvio que no le gustó para nada saber que el señor Reynolds estaba a solas contigo.
— Están locas – niego.
Cuándo el elevador abre sus puertas, salimos a la recepción.
—¿ El restaurante está lejos? – preguntó curiosa.
— Cómo a cinco minutos – responde Brad.
— Mejor vamos en mi auto no pienso caminar con estos zapatos.
Tomamos el elevador hacia el sótano, para ir en mi auto al dichoso restaurante...