Capítulo 1 : El Encuentro

3687 Words
Los ronroneos de Simón se escuchaban por toda la habitación, alzó la vista de mi computador y veo como se sube a la cama para restregarse sobre mis pies. — Simón no puedo consentirte – Acarició sus orejas con los dedos de mis pies –. Debo seguir buscando empleo si queremos seguir viviendo cómodamente. Llevo semanas enviando mi hoja de vida a diferentes empresas, llevaba dos meses sin trabajo y ya me sentía una completa inútil. Mi Hermana Kassey me ayudaba con los gatos del apartamento, luz, agua e Internet mientras conseguía empleo, yo me abastecía de comida con lo poco que tenía ahorrado. Ya me quedaba poco de aquellos ahorros y mi desespero aumentaba. Cierro mi computador al terminar de enviar mi última hoja de vida, cuando estoy justo por levantarme de la cama mi teléfono suena a mi lado y rápidamente lo tomó contestando la llamada. - ¿Bueno? - ¿Habló con la señorita Amaya Brooks? - Se comunica con ella ¿en qué le puedo ayudar? - Señorita Amaya la contactamos de la Corporación Reynolds estuvimos revisando su hoja de vida y usted cumple todos los requisitos para ocupar el puesto de jefe administrativa en el área de ventas - ¿Es enserio? - Por supuesto señorita debe presentarse esta misma tarde a las dos en la corporación Reynolds, la sub jefa de Recursos Humanos la estará esperando para darle más detalles. -Ahí estaré muchas gracias - A usted señorita. Cuelga la llamada y doy un salto gritando eufórica. La oportunidad de trabajo que necesitaba había llegado, justo cuando ya estaba por entrar en crisis. Observó el reloj sobre mi escritorio y son pasada los doce mediodías, tenía los minutos contados para llegar a tiempo a dicha corporación. Busco rápidamente en mi armario que colocarme, tomo una blusa de tela Lisa en color café, una falda Lisa negra de talle alto y me colocó el par de mis tacones negros favoritos. Me doy una ducha rápida, busco ropa interior y me coloco lo ya escogido. Decido llevar mi cabello suelto haciéndole algunas ondas con las tenazas para luego maquillarme. Al terminar tomó mi bolso, mi portafolio y las llaves de mi auto, salgo del apartamento a toda prisa, tomo el elevador y al bajar voy al sótano por mi auto saliendo a toda marcha. (...) Corporativo Reynolds, ubicado en el centro de la ciudad de Manhattan, uno de los edificios más altos de la ciudad y una de las empresas más influyentes e importantes del país por sus servicios de marketing internacionalmente. Jamás pensé que me podrían considerar para ocupar un puesto en esta empresa, cuando envié mi hoja de vida lo hice por insistencia de Kassey y lo daba por intento fallido. Entró a los estacionamientos subterráneos, busco un lugar donde estacionarme libre y lo encuentro justo alado del elevador. Al bajar de mi auto presionó el botón de este y en escasos segundos abre sus puertas. Al subirme cierra sus puertas y sube abriéndolas en la recepción. Al llegar observó toda la recepción dónde entran y salen muchas personas. Algunos empleados otros visitantes. Me acerco al gran escritorio en medio de la recepción donde se encuentran dos chicas y un chico atendiendo llamadas, tecleando en el computador y atendiendo a quienes se acercan. — Buenos días bienvenida a la Corporación Reynolds –El chico detrás del escritorio me da una sonrisa cálida –. ¿En qué le puedo ayudar? — Buenos días, mi nombre es Amaya Brooks y... — La estábamos esperando señorita Amaya –Toma un IPad sobre el escritorio, y sale de él –. Por favor sígame tengo instrucciones precisas de llevarla con la sub jefa de recursos humanos. Asiento y le sigo el paso, al llegar al elevador se hace a un lado dejándome subir primero. Otras personas suben con nosotros y él se encarga de presiona el botón con el número veinte. Luego de hacer parada en varios pisos se marca en la pequeña pantalla del elevador el número veinte anunciando nuestra llegada. Al abrir sus puertas bajo, me sigue el paso frente a nosotros se encuentra un pasillo y en cada lado puertas con escritorios y chicas frente a él. Camina hasta acercarse al escritorio de la primera chica de la derecha y le sonríe. — Mía ella es la señorita Amaya Brooks la nueva jefa administrativa del área de ventas, –Enciende el iPad y le enseña algo en el –. La señorita Megan la espera. ¿Escuche bien? —Bienvenida señorita Brooks. –Se levanta y me extiende su mano con una sonrisa –. Mi jefa la atenderá en un momento. Levanta su teléfono presiona un botón y luego de unos segundos habla. —Lamento interrumpir señorita Wilson la señorita Brooks ya se encuentra aquí. – Guarda silencio unos segundos –. Perfecto, gracias – Cuelga la llamada –. Puedes pasar. — Hasta aquí mi recorrido con usted señorita Brooks bienvenida y un placer. – Me estira su mano. —Gracias a ti, y solo Amaya. – Le extiendo la mano y le sonrió. Se marcha caminando al elevador, la chica se levanta y camina hasta acompañarme a la puerta de la oficina de su jefa, da unos toques y luego de un suave pase, abre la puerta y me deja pasar. — Buenos días. –Mascullo al ver a una mujer muy joven detrás del escritorio tecleando. Alza la mirada, me sonríe con amabilidad y se levanta de su puesto caminando hacia mí. —Señorita Brooks bienvenida, –Me extiende la mano –. Megan Wilson sub jefa de recursos humanos. — Un placer señorita Wilson. — Sólo Megan. – Masculla con una sonrisa y asiento –. Hoy te atenderé yo debido a que la jefa de recursos humanos se encuentra en un viaje de negocios junto al presidente de la empresa – Me extiende la mano en dirección a las sillas frente a su escritorio –, Toma asiento por favor. Tomó asiento como me lo pide, se sienta detrás de su escritorio y apoya sus manos en su escritorio. — Necesitábamos con suma urgencia una jefa administrativa en el área de ventas, al revisar tu hoja de vida nos dimos cuenta que encajabas perfectamente para el puesto por esa razón decidimos contratarte sin necesidad de hacerte una entrevista, eso claro si aceptas la oferta. — Por supuesto que la acepto. – Respondo alegremente–. Para ser franca es la oportunidad de trabajo que necesitaba. — Es bueno saberlo, – Me extiende la mano –. Bienvenida oficialmente a la corporación Reynolds. (...) Luego de darme un recorrido por toda la empresa volvemos al piso donde nos encontrábamos. — En este piso se encuentra ubicado las oficinas de recursos humanos, las cuales como vez son las primeras, luego siguen las de los administrativos de áreas importantes en la cual una de ellas ocuparás tú y al final las oficinas de Presidencia y vicepresidencia. Caminamos hasta pasar las oficinas de recursos humanos y nos detenemos casi justo al final. — Está es tu oficina. – Abre la puerta dejándome ver una oficina tan espaciosa como la suya en tonalidades café con una excelente vista a la ciudad. Entramos observó maravillada toda la oficina hasta acercarme al ventanal y ver la gran vista de la ciudad incluso del mar. — Bienvenida a la corporación Reynolds puedes ir poniéndote cómoda, en un instante te envío a mi asistente para que te ayude a que te pongas un poco al corriente – Fija su mirada en el reloj de su muñeca izquierda –. Falta poco para la hora de salida así que tómalo con calma. — Muchas gracias Megan. – Le extiendo mi mano contestando el saludo y niega. — De nada espero puedas trabajar cómodamente con nosotros. Sale de la oficina déjame completamente sola, coloco mi bolso y mi portafolio sobre el escritorio. Unos toques en la puerta me interrumpen, camino a la puerta y la abro encontrándome a su secretaria. — Señorita Brooks lamento interrumpirla – Me hago a un lado dejándola pasar –. Soy Mía la asistente de la señorita Wilson como sabe estoy a su disposición. — Gracias Mia, toma asiento – La invito a sentarse y me siento en mi silla –Te agradecería que me llamaras solo Amaya. — Esta bien Amaya – Sonríe y levanta el iPad que trae –. El asistente del antiguo jefe administrativo de esta área era Brad, pero al puesto quedar vacío se le asignó en otra área no se si quieres que lo reasigne ¿o quieres que te escoja una nueva asistente? — Brad es el chico que me acompañó hasta acá ¿Cierto? – Asiente –. Me quedo con él, necesito a alguien que ya conozca cómo se maneja esto para que me ayude a ponerme al corriente. — Siendo así mañana mismo lo tendrás a tu disposición – Me sonríe y se levanta –. ¿Algo más que se te ofrezca? — No, gracias por todo. – Me levanto y le extiendo la mano despidiéndome. —Gracias a ti. – Se despide y sale. Empiezo acomodar las carpetas sobre mi escritorio, abro algunas poniéndome al tanto sobre estrategias, informes de mes y cálculos de ventas. Observó el reloj en mi muñeca y ya son las cuatro y diez. Guardo cada cosa en su lugar, tomo mi bolso observó mi portafolio y prefiero dejarlo en la oficina. Al salir me topo en el elevador a Mía junto a otra chica de su edad o un poco más conversando. Al verme me sonríe. — ¿Algo en que le pueda servir antes de irse? – Me pregunta amablemente. — La verdad sí. –me mira con curiosidad –. Que me dejes de hablar de usted y me hables de tú, créeme me harías sentirme más cómoda. El elevador abre sus puertas y las tres subimos siendo las únicas en el elevador. — Lo siento, – Me mira apenada –. Se me hace difícil ya que a todos los jefes se les habla de usted – Su acompañante la mira extrañada –. Lo siento, Jacky ella es la señorita Amaya Brooks jefa administrativa del área de ventas. – La chica me extiende la mano – Señor... – Calla unos segundos y vuelve hablar –. Amaya ella es Jacky la secretaria del presidente Reynolds. — Un placer conocerte Jacky, – Me le adelanto al hablar –. Llámame Amaya solamente te lo agradecería. — Un placer Amaya – Sonríe y en su voz se nota que entró en confianza –. Bienvenida y espero puedas sobrevivir a la bruja White. —! Jacky! – Suelta Mía en manera de reproche –. Te escuchan llamarla así y te votarán aun siendo la secretaria del jefe. —¿Quién es la bruja White? – Preguntó curiosa y ambas ríen. — La jefa de recursos humanos – Responde Jacky –. Lorena White, es una maldita bruja – Lo último lo susurra al abrirse las puertas del elevador al llegar a la recepción. Caminamos por el vestíbulo sin decir más nada al llegar frente al elevador para bajar al sótano me detengo. — ¿Chicas a dónde van? – Preguntó de curiosa. — A tomar el autobús antes de que se nos pase – Responde Jacky –. El siguiente demora mucho en pasar. —¿Y si las llevó? – Inquiero dudosa. — Vamos al norte de la ciudad – Está vez responde Mía –. No queremos molestar. —No lo hacen – El elevador abre sus puertas –. Me dirijo al norte también así que vengan les daré un aventón. Entro al elevador se miran por unos segundos y luego suben, al cerrar sus puertas y bajar lo hacen en silencio. Camino sacando de mi bolso la llave de mi auto, desactivo la alarma y abro la puerta. Mia se sienta atrás y Jacky se sienta al frente, puedo notar que ella entra en confianza más rápido que Mía quien es más reservada. Enciendo el auto, salgo del sótano colándome al tráfico de la ciudad y decido romper el silencio. —¿Por qué le dicen bruja a la jefa de recursos humanos? – Mía suelta una risilla y Jacky me mira divertida. — Porque es una maldita bruja – Jacky rueda los ojos –. Es fría, egocéntrica, se cree mejor que las demás mujeres de la oficina y es capaz de deshacerse de cualquier mujer que ella crea es competencia y le pueda quitar al señor Reynolds. — ¿Al jefe de la compañía? – Preguntó confundida y asiente –. ¿El señor Reynolds no es un hombre casado? Según lo que había escuchado y leído en algunas revistas él y su esposa asistían a cada evento juntos. — Habla de Cristopher Reynolds el hijo mayor del señor Reynolds – Responde Mia –. Desde hace un año es quien está a cargo de la empresa y según los rumores la señorita White tiene algo con él. — No son rumores Mía – Responde Jacky a mi lado quien se gira sentándose de lado en el asiento –. Yo he tenido que escuchar sus gemidos mientras el señor Reynolds se la coge en la oficina. —¿Enserio? –Preguntó asombrada y Jacky asiente –. Eso es asqueroso. — Asqueroso es escuchar los gemidos de esa bruja – Responde Jacky a mí lado –. Pero él señor Reynolds, eso sí no es asqueroso es un adonis – Muerde sus labios –. Daría lo que fuera por ser yo quien gime en su oficina. —! Jacky! – Exclama con vergüenza Mía y yo río. Las chicas cambian de tema de conversación, contándome un poco del tiempo que llevan en la empresa. La primera en bajarse es Mía quien se despide para entrar a su residencia y la segunda es Jacky que para mi sorpresa vive a dos manzanas de mi departamento y con la cual quedó en recoger mañana para ir juntas al trabajo. Al llegar a mi edificio saludo a la seguridad y subo el elevador hacia mi piso, al llegar introduzco la llave en la cerradura y abro. Al entrar Simón me recibe frotándose entre mis pies y ronroneando, me agacho tomándolo en mis brazos y besando su hermosa carita. — Yo también te extrañe mi vida – Acarició sus orejas –. ¿Cómo te portaste hoy? — Simón es un mimado – Escucho la voz de mi hermana levanto la vista y la encuentro en el umbral de la puerta de la cocina recostada. Kassey es mi hermana mayor, es idéntica a nuestra madre. Cabellera castaña oscura larga, ojos miel que atrapan a cualquiera y la hacen ver dulcemente atractiva. Ella es quien ha cuidado de mi desde que tenía doce años, ha sido mi confidente, mi amiga y mi madre todo este tiempo. Cuando mamá y papá murieron fue Kassey quien quedó a cargo de mí y quien se dedicó a trabajar fuertemente para que no me faltar absolutamente nada. Ella costeo mis estudios, mi universidad y la que siempre me ha cuidado. Cuando me gradué a los veintidós de la universidad empecé a trabajar y ya costaba mis propios gastos, pero entonces luego de haber estado trabajando por dos años en una empresa fui despedida por el siempre hecho de haber rechazado el casarme con mi ex pareja quien era hijo de mi jefe. No quise tener más trato con él y con su familia y decidí dejar todo por la paz y marcharme, sobreviví algunos meses con mi liquidación mientras Kassey me ayudaba cubriendo otros gastos. — Kassey – Dejó a Simón en el sofá y me acerco abrazándola –. Pensé que estabas fuera de la ciudad aún. — Regresé antes y como no estabas salir hacer algunas compras – Se separa de mí y me mira de arriba abajo – ¿Dónde estabas? — En mi trabajo – Me mira sin entender y beso su mejilla. — Aguarda – Escucho sus pasos seguirme a mi habitación –. ¿Desde cuando trabajas? Apenas y me fui unos ocho días. —Empecé ayer – Tiro mi cartera sobre mi cama y me siento en el borde de ella a deshacerme de mis zapatos – Me dieron el puesto de jefe administrativa en ventas. —¿En qué empresa? – Pregunta con curiosidad. — Corporación Reynolds. — ¡LO SABÍA! – Grita eufórica– Te dije que te darían el puesto, lo sabía. Empieza a dar saltos de felicidad en mi cuarto, Kassey es muy optimista en todo y siempre se alegra de todos mis logros. Pasamos el resto de la tarde conversando mientras cocinamos y cenamos, luego de un rato se despide ya que debe regresar a casa. Tomó una ducha rápida y me acuesto en mi cama junto a Simón a descansar, hoy fue un buen día y debo estar lista para mañana. (...) Veo a Jacky en la cera de su casa texteando en su teléfono, me estacionó frente a ella y se sube con una gran sonrisa. — Buenos días – Se coloca el cinturón y coloco la camioneta en marcha –. ¿Lista para conocer a la bruja White hoy? Asiento dudosa — Creo que sí – Reímos –. Espero poder durar en mi puesto. — Tranquila la última decisión la toma el señor Reynolds –Saca de su cartera un estuche de maquillaje –. ¿Puedo terminar de maquillarme? —Claro –Observó el reloj en mi muñeca –. ¿Mía no querrá que la llevemos? —Mía ya está en la oficina – Responde rápidamente –. Tenía que preparar todo para la llegada de la bruja White y mi jefe, aparte hoy hay junta —¿Junta de qué? –Preguntó curiosa mientras entramos al sótano de la empresa. —Junta de jefes, gerentes y administradores –La miro extrañada –. Eso quiere decir que tu estarás en ella. ¿Yo? Al llegar a la empresa, cierro mi camioneta y caminamos hacia el elevador. Al llegar a la recepción Jacky saluda a todos y me toma del brazo llevándome con ella al elevador. Guardamos silencio al ir demás personas con nosotros en el elevador, al llegar a nuestro piso nos bajamos y nos encontramos a Mía junto al chico en su escritorio. Luce extremadamente guapo al llevar pantalones ajustados n***o, una camisa manga larga con la insignia de la corporación y su cabello castaño perfectamente peinado. —Buenos días –Me acerco con una sonrisa. —Buenos días –Responden al unísono —Los veo luego debo arreglar todo antes de que llegue el señor Reynolds. Corre hacia su escritorio dejándonos los tres solos. —Amaya aquí tienes a Brad en calidad de tu asistente –El chico me entiende la mano –. Brad ya sabe en todo lo que te tiene que ayudar. —Un placer de servirte Amaya –Me sonríe –. Ya mía me puso un poco al tanto de cómo son las cosas contigo. —Gracias Brad créeme necesito toda tu ayuda para sobrevivir y poder adaptarme. La puerta de la oficina de Megan se abre y me sonríe al salir con varias carpetas en manos. —Buenos días Amaya –Mía le ayuda con las carpetas –. En unos minutos tendremos una reunión de rutina para discutir algunos temas y tu estarás para ser presentada oficialmente en la empresa. —Algo de ello me mencionó Jacky –Observó mi reloj –. Estaré ahí con Brad en unos minutos. —Bien, entonces los esperamos. Megan se marcha junto a Mía, observó a Jacky en su escritorio algo loca con algunas carpetas y respondiendo el teléfono. Camino a mi oficina con Brad detrás mío y entró dejando mi bolso sobre el escritorio. —Confieso que tengo nervios –Me siento y el hace lo mismo riendo. —Tranquila las reuniones son de rutinas además hay que presentarte oficialmente ante los dejas jefes de departamento y al presidente de la corporación. —Yo solo espero hacer mi trabajo bien y poder conservarlo. —Y lo harás –Me sonríe –. La señorita Megan te contrato porque llenabas todo para ocupar el puesto. —¿Por qué la vacante quedo libre? —Porque el señor Harris se jubiló luego de casi veinte años trabajar en la empresa, ya necesitaba descansar. En la oficina resuena un timbre, Brad levanta el iPad frente al observando su pantalla. —Ya están todos en la sala de juntas debemos ir –Se levanta y toma unas carpetas de mi escritorio. — Bien, andando. Salimos de la oficina tomando el elevador y marcando el siguiente piso de arriba, al abrir sus puertas caminamos por un pasillo hacia la izquierda. Mis nervios aumentan, al ver la puerta con la señalización de los baños me detengo sujetando su brazo y haciéndolo detenerse. — Brad necesito ir al baño –Trato de tranquilizarme. — Esta bien, la sala de reuniones está al final iré adelantándome. — De acuerdo. Sigue su rumbo mientras yo entro al baño lavando mis manos, observó que mi maquillaje siga intacto y miro detenidamente mi ropa viendo que todo siga igual. Hoy opte por una blusa de cuello alta manga larga en color n***o, unos pantalones en color gris con cuadros n***o y blanco y unos zapatos de puntas negros. Peinó mi cabello con mis manos dejando caer una parte sobre la parte delantera de mi hombro acomodando las ondas. Respiro hondo, calmo mis nervios y camino hacia la puerta abriéndola para salir. Voy con la mirada en el suelo y cuando la alzó a la hora de abrir la puerta chocó abruptamente con el pecho de alguien quien me sujeta por la cintura para no dejarme caer. Levanto la mirada encontrándome con unos Bellos ojos verdes, tan lindos como las esmeraldas los cuales me miran curiosamente...
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