Episodio 2

1251 Words
El camino a la oficina se me hace interminable, primero porque estoy súper nerviosa por la presentación y segundo, porque este apuesto galón a mi lado, tiene un aroma que inunda todo el espacio del auto. Give me Love de Ed Sheeran suena suavemente en la radio y él tararea distraído mientras conduce con soltura. Estoy absorta en mis pensamientos mirando hacia la ventada cuando su voz aflora en el auto, cuando pregunta: -          ¿Qué le agobia señorita Hugs? -          ¿Cómo sabe que estoy agobiada? – pregunto yo sintiéndome expuesta a su mirada. -          Pues no ha parado de tamborilear sus dedos en su bolso y tocarse el pelo nerviosamente. Suspiro admitiendo mi nerviosismo y le aclaro: -          Hoy es un día muy importante para mí, pero todo parece ir en mi contra. -          ¿Gran día en el trabajo? -          Sí, puede que hoy me hagan socia en la compañía y he trabajado duro en ello. -          Hmmm, estoy seguro de que sí, señorita Hugs – dice con una sonrisa reconfortante – quisiera tutearla si me lo permite. – Yo me ruborizo una vez más y me pregunto porqué querría él tantas confianzas, dudo que pueda estar interesado en mí. -          Por supuesto que sí, podemos hablarnos de tú -  respondo. -          En ese caso, Lauren, estoy seguro de que tendrás éxito el día de hoy – dice dándome ánimos. Mi teléfono nos interrumpe con su vibración, es mi jefe, pienso antes de ver la pantalla. Contesto y me grita una vez más: -          ¡Tienes 10 minutos para llegar u olvídate de hacer socia, no me importa lo que te haya pasado, esta es la cuenta más importante de todo el año! Me cuelga sin decir nada más y un suspiro profundo se me escapa. Quisiera echarme a llorar, porque todo parece una locura. Joe, sin embargo, contempla toda la escena mirándome de reojo y una expresión muy tierna se posa en sus ojos. -          Lauren, puedes lograrlo. No dejes que tu jefe te amedrente, llegaremos allí en un momento. -          Lo sé, lo sé… Gracias de antemano por traerme, sé que no podría haberlo logrado sin tu ayuda. -          Estoy a tu disposición, además de todos modos debía venir a la ciudad a hacer unos trámites al banco. -          Ya veo – digo sin más, agradeciendo que ya estamos a unas calles de mi oficina – puedes doblar a la derecha en la próxima y es justo en el edificio HG. -          Por supuesto. Finalmente aparca en el frente y yo le agradezco una vez más, apenada por haber tenido que acudir a este total desconocido para llegar. Su mirada es penetrante, fija en mis ojos cafés. Siento que mi corazón se acelera cuando me mira de tal manera, pero mi mente recupera la cordura y recuerdo que debo trabajar. Me apeo y me apresuro hacia la puerta donde el portero me saluda con un silbido viéndome a mí y luego al auto que me acaba de dejar. No tengo tiempo que perder, corro a los elevadores, ansiosa subo a los doce pisos hasta mi lugar de trabajo. Me miro en el reflejo del ascensor y por un instante me observo: “Tú puedes, Lauren, esto es todo por lo que has luchado. Vas a triunfar”. Con este pensamiento salgo disparada hacia la sala de juntas, para lograr mi sueño. Mi jefe siempre ha demostrado ser una persona materialista, pero su recibimiento deja en evidencia el nivel de su interés. Su cálido saludo cargado de una falsa gentileza me deja bastante sorprendida, no se parece en nada al ogro que me llamó un par de veces camino aquí. Saludo a todos de manera cordial y reemplazo a Grace, quien nerviosamente parece haber estado preparando el escenario para la presentación. Todos toman sus lugares y me posiciono al frente, las miradas se centran en mí, al principio no me siento tan segura, pero los nervios se van disipando mientras avanzo en la presentación. Apoyada de la presentación que Grace ha preparado para mí, me deleito en expresar mi oferta a los señores de la compañía de ropa deportiva. Hablo de las portadas de revistas, de cómo alcanzar a la población más joven, los colores que podemos usar, los títulos que podemos diseñar. Todo parece marchar viento en popa y tras veinte minutos bien invertidos, termino mi presentación segura de que he vencido. Edward Roland es el primero en levantarse hacia mí y estrechar mi mano, le siguen sus dos acompañantes quienes luego repiten la acción con mi jefe, dirigiéndose a la puerta, dice: - Nosotros les llamaremos cuando tomemos la decisión. Me desinflo lentamente, sintiendo que mi peor pesadilla se ha hecho realidad. He fallado, todo mi esfuerzo, toda mi dedicación, todo lo que he tratado de alcanzar en los últimos tres años se acaba de marchar por esa puerta de cristal, junto al señor Roland y su séquito de asistentes. ¿Qué ha pasado aquí? He sido entusiasta, he estudiado cada uno de los requerimientos que presentaron para esta campaña, he sido innovadora, carismática y estoy segura de que mi oferta habría enamorado hasta el más arisco de los inversionistas. Sin embargo, la salida disparada de los señores que se supone quedarían encantados con mi trabajo, me ha dejado en shock. Oigo a Grace vagamente hablando junto, pero no distingo lo que dice, porque pareciera que mi mente ha dejado mi cuerpo en esta habitación. -          Lauren, ¿estás escuchándome? -          Perdona – digo, recomponiéndome de la decepción más grande que he tenido en mi vida adulta y es inevitable que mis ojos se llenen de lágrimas. -          Te he dicho que quizás el señor Roland quiera consultarlo en realidad con los demás, puede que su partida no sea un rechazo. Me le quedo viendo, pero, aunque sus palabras son un intento de ayuda, todos saben que, si el famoso cliente no aceptó la oferta en primera instancia, no habrá una segunda oportunidad, así de espontáneo es él. Por otro lado, mi jefe se ha levantado y mira hacia la ventana de manera callada. Aguardo a que sea él quien tome las riendas de la conversación porque tengo muy poco que decir. Luego de lo que parece ser un silencio interminable. - No logro entenderlo – dice finalmente – eras la joya de esta empresa. -          Quizás podamos rediseñar la campaña. Tengo algunas otras ideas que podrían gustarle – ofrezco yo, muy poco segura de que lo lograré. -          No, creo que has perdido tu encanto - dice sin más dirigiéndose a la puerta y dejándome la piel helada ante tal afirmación. Miro a Grace, quien se ha puesto a recoger las carpetas de la propaganda. Ella es la única amiga que he hecho en esta empresa y sé que es la única en quien puedo confiar. -          ¿Por qué crees que no le ha gustado mi oferta, Grace? -          No lo sé - dice de manera dulce – pero son unos tontos por no querer trabajar contigo, no dejes que su rechazo te haga dudar de tu talento. -          Se suponía que esta cuenta me iba a permitir ser socia, ahora todo se ha ido por la borda. -          El señor Harry puede que parezca pesado, pero estoy segura que no te responsabilizará por perder la cuenta. -          No lo sé, Grace, aunque no lo ha afirmado aun, estoy segura de ello: he perdido mi oportunidad de triunfar en esta empresa.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD