A mí no me gusta tener la razón y mucho menos poner el dedo sobre la herida, pero, me gusta la justicia. Así que por esa noche Niza y yo nos llevamos a Emiliano el cual le da un beso a su mamá en la mejilla y le pregunta si se verán en el parque, ella sonríe y le da un beso en la frente mientras le acaricia el pelo.
Niza me pregunta si creo que ella estará segura a solas con su esposo y les dejo adelantarse al auto y me acerco a la mamá de mi hijo, ella se ve como si un balde de agua frío le hubieses caído encima. Le acaricio el brazo y reconozco que pensé que ella lo sabía.
—Emilio tengo demasiados defectos, pero, no soy una mala mamá. Sé que no se llevan y sé que Emiliano cuando no quiere a alguien es horrible, hace cosas como ignorar a las personas y mi esposo tiene una condición mental que yo ocasioné, todo es mii culpa.
—No le pegaste.
—Le pensé, lo cual es pero.
—Promete que llamarás a la policía de ser necesario.
—Estaré bien—promete y me despido de ella con un beso en la mejilla.
Esta noche dejamos que Emiliano duerma en medio de nosotros. Mi hijo se agarra a mi camisa mientras está pegado a mi pecho, le doy un beso en la mejilla mientras veía Niza dormir tomada de la mano de mi hijo. Me quedo preocupado casi toda la noche por Maya, hasta que recibo un mensaje de texto.
Maya
Me hospedé en un hotel. Sé que no es justo pedir conciliar, pero, no tuve nada que ver con ello, lo juro y voy a compensárselo de todas las formas posibles a mi hijo.
Emilio
Hablemos con tranquilidad más tarde.
Niza se despierta para ir a orinar y yo sonrío, le hago una seña cuando regresa del baño para que se acueste del lado contrario en el que estaba, ella me sigue el juego y me da un beso largo en los labios.
—Te amo.
—Gracias por acompañarme y apoyarme incondicionalmente.
—Te quieres casar conmigo, tú, yo, nuestros hermanos en el juzgado. —pregunta y sonrío. —Después de que tenga licencia de conducir para llevarnos.
—Te amo, obviamente sí.
Al día siguiente preparamos desayuno mi hijo. Mi novia hace unos pancakes inmoralmente grandes, esponjosos, ricos, es lo mejor de la vida. De verdad valen la pena. Ella también prepara un lunch para Mily y Sergio que incluye unos pancakes pequeños, fruta y la avena que tanto le encanta a su hija y a su sobrino. Nosotros pasamos a dejárselos al departamento y solo logramos ver Sergio, el cual va muy bien peinado al colegio y con el uniforme demasiado planeado para ser real.
—¿Se paran solos los pantalones?
—Sí, pagamos un extra planchado, me encanta, la verdad.
—¿Y tú sabes planchar?—pregunta mi novia.
—Tía Niza, crees que mi mamá puede darme paz. Obvio, sí sé planchar —bromea y le llena de besos.
—¿El bebé ya se mueve?
—Su papá da dos cornetazos y le hace señas para que se acerque.
—Mi hermana se estaba acolchando el pelo. —Se ríe y besa la mejilla de Niza, le extiende el puño a mi hijo y luego a mí.—Bye.
Todos nos reímos un poco de Mily que no ha entendido que es extra lacia, pero, soñar, no cuesta nada, sobre todo cuando ve las ondulaciones perfectas de a su abuela Sofía. Nosotros dejamos a Emiliano en el kínder y él nos pide ir solo hasta su salón, Niza le mira con el ceño fruncido y yo concedo dejarle hasta la entrada. Saludo a su maestra desde mejor y ella me mira sorprendida mientras Emilio camina los escasos treinta metros que separan la entra del cole a su aula se gira me sonríe y agita su mano.
Gracias, Dios por mandarme otro ser que me necesita, me ama y me extrañará.
Mi teléfono suena y es la mamá de mi hijo. Tomo la llamada y ella asegura que no hay una forma en el universo en la que retome su relación con Ismael, ha iniciado el proceso de divorcio y tomado las cosas de Emiliano para mudarse tan pronto como sea posible.
—¿En dónde estás alojada ahorita?
—Bueno, en un... ¿Hotel, este en el centro el que es de los Caine, es muy espacioso y con buena vista, tienen piscina par Emiliano y la comida es de morirse. —responde y se ríe. —no tengo diez años. No voy a ir a casa de mi papá y me encantaría no quedarme en esa casa que ni me gusta.
—¿El huerto?
—Estoy segura de que puedo tener otro de esos. Mi hijo es solo él. Cómo pude estar tan ciega, Emilio.
—No sé, Maya.
—¿Quieres iniciar un proceso legal?
Los dos nos quedamos en silencio hasta que ella se despide. Regreso al auto y llevo a mi novia a su prueba de conducción Niza está entre nerviosa y emocionada, la verdad no tiene por qué ponerse nerviosa, conduce coméis llevase toda la vida haciéndolo en secreto y sé que lo va a aprobar, después de media hora que es lo que duran realizando la prueba la veo acercarse a mí seria y me pongo en pie para preguntarle en qué falló, pero se ríe y me muestra su carnet, lo ha logrado; y yo le aplaudo cuando me muestra el carnet de conducir. Le tomo una foto y me acerco a besarle. Ella me hace una seña para acompañarle al auto y me abre la puerta del asiento para copiloto, le doy un beso y ella me pide que abra la guantera.
Tomo asiento y Niza cierra la puerta. Yo abro la guantera y me encuentro una caja con las argollas de matrimonio, ella sonríe y me pide que vea la inscripción.
Piensa en mí.
Sonrío y mi futura esposa se inclina y reconoce que piensa muchísimo en mí, pero una de nuestras tanta realidad es que por trabajo nos va a tocar estar lejos muchísimo tiempo y un recordatorio no nos queda mal.
Ella conduce la registro y vamos en busca de la licencia, nos hacen firmar un prenupcial básico porque no habíamos pensado en ello y también nos hacen esperar a que un juez se desocupe. Nuestros hermanos llegan tarde y corriendo, los dos sonríen. Olivia trae consigo un ramo de rosas azules. Mi hermano tres unos aretes prestados de su esposa, una corbata para mí y algo viejísimo para que Niza se sostenga el cabello.
Los dos nos ponemos en pie y les damos un abrazo y un beso a nuestros respectivos hermanos, luego a nuestros cuñados y finalmente llaman nuestro nombre para oficializar nuestra unión. Todo es perfecto, incluso la mujer que nos habla sobre la importancia de la unión marital está sonriente y nuestros hermanos firman como testigos, luego nosotros y oficialmente somos esposos.
Beso a mi esposa, la beso con todo el alma y ella me entrega el suyo. Las personas en la sala aplauden y finalmente salimos de ahí. Mi cuñada dice que Ellis se quedará con Emiliano hoy para una pijamada sorpresa y nosotros iremos a nuestro destino de luna de miel sorpresa, un lago artificial a una hora de la ciudad.
—Es muy romántico —asegura Olivia y muy exclusivo, así que no tendrán que encontrarse con nadie ni dar explicaciones disfrútenlo.
Todo es perfecto de verdad. Mi teléfono suena y es la jueza a cargo del cargo de mi hijo.