¿En el futuro?

963 Words
Dejo el teléfono y Niza está cocinado, le sirvo una bebida gaseosa y le da un sorbo. Yo le pregunto si ocupa ayuda y ella niega con la cabeza. —Lo tengo controlado, vamos a cenar, langosta, con un entrante de camarones y un postre llamado helado, que venden en un tarro. —Me inclino y la beso, le doy un beso largo y apasionado, Niza no puede evitar seguirme el juego, se agarra con fuerza de mis hombros y me responde con a la misma pasión, su lengua y sus labios son entrega y pasión pura y yo, me siento agradecido por tener esta nueva oportunidad de amar y entregarse a alguien sin límites. Nos separamos al escuchar el ruido del agua que Niza tenía hirviendo. —Emilio, me enseñarás a conducir, tengo… permiso y creo que sé, solo… practicar, quiero comprarme un auto. Le miro sorprendido y le tomo de las mejillas, Niza baja el fuego y yo le advierto. —Niza, las clases de conducción han separado familias, rompen relaciones y terminan amistades. —Podemos —pongo un dedo sobre sus labios. —Yo les he enseñado a cuatro personas con el apellido Pieth, dos Westborn y a Milena que lleva todos los apellidos importantes del país, puedo y voy a lograrlo y vas a salir guapa en ese carnet de conducir porque Mily ha investigado la luz que usan y el modelo de la cámara. Los dos reímos y es ella ahora quien me besa. Yo voy a arreglar para hacer añadir un día más a nuestra visita y además para ponerme de acuerdo con mi ex suegro y conversar unos minutos con mi hijo. Veo la alegría en los dueños del lugar cuando anuncio que decidimos quedarnos y entiendo de lo que habla Niza con mucha claridad, a veces necesitamos disfrutar de la gente con sus locales pequeños y no esas cadenas que asfixian la belleza real de Mainvillage. La señora me ofrece una canasta con unos arreglos y productos locales, le doy las gracias y regreso a la cabaña. Niza está concentrada en el platillo y le muestro la canasta y se ríe. —Unas horas tarde. —Están muy agradecidos con que nos quedemos. —Hablé con Alfonso y me encargó un diseño para su esposa. Es sorpresa, para el cumpleaños de su esposa. Esos dos tienen unos detalles muy dulces. —Están muy enamorados, en años no veía a Alfonso tan ilusionado. —¿Cuántas veces se ha casado? —Esta es su sexta esposa, es que le han salido unas tigresas. Cenamos y después de lo que es una comida maravillosa por parte de mi novia decidimos dar un paseo corto a pie. Niza se toma de mi mano y vemos el atardecer, el sol, el agua, mi mira y pregunta. —Muy loco si le llamamos: Mar. Sonrío y sé que toda la lectura y un poco de seguridad le han dado la tranquilidad de ser mamá de nuevo. —Mily, Emilio Mar, vengan a cenar—grito para probarlo y suena bien. —Está en la lista de muy probables unisex. —Tienes más nombres. —Bueno, sí, dijiste que tus hijos se llamarían con M. Tengo: Milo, Milán, Mauro, Mía, Mila—Niza me ve sorprendida y me mira a los ojos antes de tomarme de las manos. Reconoce que lo ha llevado de la peor manera durante las últimas semanas, pero, con la terapia ha podido entender que no está en el mismo lugar que unos años atrás. —Me alegra que esto haya sucedido contigo. Eres el mejor papá que cualquier niño pueda tenerte. —A mí también Niza y no quiero que pienses que no eres importante o que no quiero cuidarte, todo lo contrario, te quiero cuidar, te amo y quiero lo mejor para nosotros. —Me arrodillo y ella me mira sorprendida. —Sé que ha sido difícil las últimas semanas, pero si voy a disfrutar de lo bueno y llorar en lo malo con alguien, quiero que seas tú. ¿Aceptas casarte conmigo? Estoy buscando en el pantalón y ella me ve con los labios apretados. —¿Es la primera vez que haces esto? —Lo es—respondo mientras busco el anillo que me pasé horas eligiendo, modificando y tallando porque mi novia tiene unos dedos especialmente únicos. Niza sea rodilla junto a mí y me pide que me tranquilice. Me molesto conmigo mismo y ella me pregunta si no es muy acelerado. En estos momentos la pregunta real ¿qué no lo es? —Quiero ser tu esposa. —¿Sí?—pregunto sorprendido. —Sí, pero creo que tenemos que ser todos los días como hoy. —¿Eso es un sí o un no? Niza ríe y se inclina para besarme. —Es un muy pronto. Los dos días siguientes son una locura, le enseño a Niza lo poco que le hace falta para conducir y rápidamente aprende, es un máster de parqueo y le pregunto si está lista para hacer la prueba mientras almorzamos en un restaurante cerca de la playa. —Oye, ¿podemos ir a hacer esnórquel? —Definitivamente sí. —Estaba pensando que en vacaciones podemos rentar y traer a los niños, incluso, hacerlo grande con nuestros hermanos. Me encanta el plan y sé que a todos ellos les va a gustar. Niza y yo hemos disfrutado de senderismos, de paseos en bote, hoy en la mañana hemos ido a un tour de pesca y la verdad fue divertidísimo, incluso visitamos una playa en la cual pudimos ver cientos de tortugas entre el agua cristalina. Ahora disfrutamos de la mejor comida. De verdad que ha sido una maravillosa sorpresa. —¿Qué más quieres hacer hoy?
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