Niza decide irse a casa temprano, se lleva sus cosas y mi tía Sofía le da un abrazo bastante largo antes de acompañarle al primer piso. Yo me quedo pensando en mi esposa y lo mucho que odia las mentiras. Unos minutos más tarde entra la mamá de mi hijo mayor al edificio y me avisan. Yo salgo de la oficina para recibirla y ella me saluda nerviosa, le pregunto si quiere un café o algo y ella acepta el café y una botella de agua, los dos sonreímos y voy a traerle ambas cosas.
Como no tengo secretaria le preparo café a Maya y también llevo unas galletitas las cuales ella agradece, se frota las manos nerviosas y le miro mientras come las galletas.
—¿Quieres decirme la razón de tu visita?
—Recuerdas la película de mi libro.
—Me acuerdo de eso sí.
—Bueno, yo... me han ofrecido una serie y el contrato incluye producción... —La interrumpo de inmediato.
—No vas a llevarte al niño —Respondo.—Recuerdas cuando querías todo por la vía legal...
—Emilio los dos somos artistas.
—Sí, pero es nuestro hijo.
—La mayor parte se va a grabar acá en Mainvillage o Seinvillage, pero, hay unas cuantas grabaciones en las cuales tendré que viajar.
—Emiliano se queda en Mainvillage.
Ella se queda en silencio, mirándome.
—Está bien, solo... pensé que podíamos ser diferentes, adultos al respecto.
—Estoy siendo adulto al no denunciarte a ti y a tu exesposo por daños físicos y emocionales hacia mi hijo.
—¡Cuándo empezaste a odiarme así!—me grita.
Los dos nos quedamos en silencio y Maya toman sus cosas, reconoce que fue un error haber venido a conversar al respecto, yo respondo a su pregunta:
—No te odio, eres la mamá de Emiliano y siempre voy a quererte por eso, pero no vas a manipularme y mucho menos a alejarle de mí nada más porque te beneficie, lo primero siempre es el bienestar de Emiliano.
—Mi trabajo contribuye al bienestar de mi hijo.
—p**o una pensión de lujo, escuela y transporte por mi cuenta. Tu salario no cubre los gastos de mi hijo.
Maya me agradece por el café y toma sus cosas para irse de mi oficina. Yo me quedo trabajando todo lo que falta de mi jornada, hablo con el fotógrafo sobre las tomas que realizó para la campaña y la portada de este mes. Me reúno con mi tía para hablar de la posibilidad de cambiar de secretaria y no solo esos, sino mi oferta anterior. Ella reconoce que está emocionada porque le tomase en cuenta, pero, está muy bien con la carga de trabajo que tiene en estos momentos, me pregunta sobre incluir a mi mamá a la empresa y me muestra su currículo.
Recibo un segundo mensaje de mi esposa y lo leo:
Niza
Hoy tenemos la casa para nosotros, he preparado la cena.
—Voy a revisarlo y la podemos entrevistar mañana. Eso sí, puede que contarte a tu amiga, pero, a la amiga de tu amiga. No sé si nos convenga— ella ríe y me dice que la tía Emma podría poner una oficina en este piso solo para echar chisme, pero, jamás dejaría su trabajo para estar todo el día en las carreras de moda que pasamos nosotros, me inclino a besarle la mejilla y le digo que tengo un compromiso y voy en busca de unas rosas para mi esposa antes de llegar a casa, también compro un helado y unas galletas que parecen gustarle, unos veinte minutos más tarde entro en casa y Niza se acerca sonriendo a recibirme.
—Preparé cordero al horno, como te gusta, con una salsa agridulce y un piré de papas, verduritas y compré el vino que te gusta para celebrar la llegada de nuestra hija—Llega donde estoy me da un beso. —Me encantan esas flores, sabes cómo se llaman —Niza me mira.
—Tengo que hablar contigo, es... es importante.
Dejo las cosas en la cocina y tomo asiento en el sofá, junto a Niza, ella me mira con tención cuando tomo asiento a su lado y le recuerdo que cuando estuvimos separados estuve con Paola Hamilton.
Mi esposa se queda en silencio y me escucha lo que sabía sobre ella. Se estaba separando y que estaba igual de dolida que yo y con ganas de sacarse el dolor y la decepción por su relación perdida con sexo. Le comento que siempre soy muy cuidadoso cundo tengo relaciones con alguien de forma ocasional o sin compromisos, pero, su prima me ha dado la noticia del embarazo, como consecuencia; he realizado prueba de ADN y estoy esperándolos resultados por una semana más.
Ella se queda en silencio y pega su espalda contra la pared.
—Sé que odias las mentiras, pero, estamos recién casados y esperando un bebé y me pareció de mal gusto. Es solo que... No quería ponernos en una posición frágil.
—¿Tienes un plan? Porque llevas media hora justificándote y evadiendo la posibilidad de ser el papá de un nuevo bebé, que no es exactamente el que estamos esperando, así que tengo que preguntarte: ¿cuál es el plan Emilio?
—No hay plan, estoy esperando que un examen confirmen lo que sé y se lo confirme al papá de la creatura así como evitar que me maten.
—Esto es serio Emilio, hay una probabilidad de que seas el papá de alguien más ¿entendiste? No es tan fácil como desear que sea negativo.