Veo los ojos de Niza llenarse de lágrimas mientras mi papá explica que el embarazo va normal, por el momento, sin embargo, en sus exámenes de sangre notó algunos valores alterados por encima del rango incluso usual para el embarazo. Los dos nos quedaos en silencio y mi papá dice que puede simplemente hacer el examen con un poco de sangre y mantener las consultas por el embarazo un poco más cerca unas de otra.
—Es solo por precaución Niza, no llores —pide mi papá.
—¿Qué es lo que sospechan?
—Primero una diabetes que no se veía en los exámenes de la mañana, Olivia dice que no comiste, así que los niveles de azúcar no están bien por ningún lado y lo segundo es realizar un examen enzimático.
—Desayuné con ustedes.
—Sí, pero, tu glucosa en sangre está sobre 320 mg/dl.
—He consumido demasiadas drogas como para que no tenga algo malo, una deformidad o algo y es mi culpa—se reprochó.
—Niza, puedo llamar a un psicólogo o puedes hablar conmigo. Cuándo quieras. —Se ofreció Logan. —Sé que los errores son más difíciles cuando eres un adicto. Y que eso no nos da pase especial para a veces ser estúpidos—Mi hermano sacó su ficha de sobriedad y se la puso sobre la cama. —Pero, hablar siempre es importante si quieres mantenerte sobria y si quieres todo lo que la vida te está ofreciendo.
Niza ve la moneda y se la intenta devolver.
Mi hermano niega con la cabeza y se despide de nosotros.
Me quedo con Niza en la cama y le recuerdo que no importa lo triste o lo sola que se ha sentido en el pasado, estoy dispuesto a escuchar cada una de las tristezas que guarda y cada secreto que quiera compartir. Para lo que no estoy listo, ni estaré pronto es a perderle por algo que pudimos haber hablado.
Ella me da las gracias y me pide que le avise a Alfonso que estará de baja un par de días, yo doy un asentimiento y le pregunto si ha comido o qué le apetece antes de salir para hablar con una de las enfermeras.
Una chica de microbiología viene por la muestra de sangre. Tomo la mano libre de Niza y le intento distraer mientras extraen su sangre, no tiene la alegría o el brillo de siempre, parece que le han extraído toda la felicidad le abrazo. Ella se agarra a mi cintura, con tristeza, los dos nos quedamos unidos hasta que entran Mily, Emiliano y Sergio a la habitación. Mi novia ríe ante el saludo de su sobrino el cual comienza a extender en la mesa de comer un rompecabezas, me alejo y voy a la sala de espera en la cual están Olivia y Sebastian.
—Puedes pensar lo que quieras y puedes amenazarme las veces que sean. Soy un imbécil profesional, de vez en cuando casi todo el tiempo saboteo lo que quiero o lo que amo. Por eso ya no pinto, no saco fotos y las esculturas me quedan a medas, tengo una obsesión con mi hijo porque es lo único que no he arruinado los últimos cinco años y sé desde el minuto uno que amo a Niza. La amo y punto, no te lo voy a explicar a nadie lo que siento por ella. Voy a casarme con ella y me importa tu opinión, porque a ella le importa, así que me dejas casarme con tu hermana.
Oliva ve detrás de mí y están Emiliano y Milena mirándonos.
—Por tu propio bien, juega muy bien tus cartas Emilio.
Los chicos se disculpan y se ponen a buscar una de las piezas del rompecabezas mientras Sergio pone el borde en orden en la mesita con Niza. Yo regreso a la estación de enfermería y solicito algo de comer para ella, la enfermera me pide que regrese a la habitación y que según órdenes del jefe: el del pelo blanco no les puede despedir y es molesto.
—Sí, puedo despedirle.
—No, realmente no, ahora, necesito urgente que me ayude con la paciente.
—Qué necesita mover la cama, la veo algo torcida.
—No, necesito que repita: Helen es una excelente enfermera, quince años de experiencia y mamá de dos, hoy Niza es una tercer hija para mí, una hermana menor y voy a cuidarla con el corazón. Olivia y Emilio, no necesitan preocuparse tanto.
Vi detrás y Olivia esta son los dedos entrelazados jugando con sus anillos, los dos fuimos a la habitación de Niza. Arturo estaba jugando al rompecabezas como si fuese una carrera contra el tiempo.
—Así no es Arturo —se quejó Niza y él terminó de armarlo dos minutos más tarde.
—Hazme el favor y entrena ese cerebro porque ser una Pieth es:
—¡¡Competir!! —terminamos la frase Mily, Sergio y yo. Olivia rio y le recordó a su hijo que técnicamente no es un Pieth.
—Sergio es más Pieth que nadie la familia.
—Sí, mamá, hazme el favor de no irrespetarle. Soy el futuro presidente.
—¡Sergio para presidente! ¡Sergio para presidente!
Sebastian entró en la habitación con dos bolsas grandes que tenían comida, abrió y una de las bolsas en el regazo de Niza.
—No le tengo miedo a Helena. —Todos compartirnos una mirada antes de reír.
La habitación está llena de risas y personas divertidas, pero es más tarde cuando me doy cuenta de la importancia de la terapia para Niza. Después de despedir a toda la familia y de dejar a mi hijo a cargo de mi hermana, regreso a la habitación y veo a mi novia con la almohada en el rostro llorando.
Regreso a la estación de enfermeras donde está mi hermano y le preguntó:
—¿Algo va mal con el bebé?
Logan se disculpa y me aparta.
—No puedo darte información así como así, eres su novio y lo segundo no tengo los exámenes. En cuanto sepamos algo te lo diré.
—No creo que aguante malas noticias Logan—reconozco con tristeza. —¿Crees que esté enfermo? ¿Lo va a perder, porque ella no va a soportarlo?