Amir: vamos nena, ¿a dónde has ido?
Amir: tay amor lo siento, no es lo que crees. Te amo.
Amir: Taylor te estoy buscando por todos lados ¿en donde estas? Contesta el maldito celular.
Amir: me tienes nervioso cariño, ¿en donde estas? Te necesito.
Amir: te eh buscado por toda la ciudad junto a Fernanda, Taylor Gordon vuelve a casa, amor.
Estoy furiosa, ¿el aun no ah entendido que quiero a esa perra lejos de nosotros?, ah pasado todo el maldito día con ella, apago el celular, y lo guardo debajo de la almohada y decido dormir, pero ni siquiera en sueños el me deja. Sus ojos me persiguen por todos lados, no hay un espacio de mi mente que no le pertenezca.
¿No les ah pasado que quieren estar solos?, que necesitan alejarse de todos y solo respirar, dejar sus mentes en blanco no pensar más en eso que nos hace daño, tomar un respiro de las cosas, pasa muy a menudo sea por problemas en el trabajo, en la sociedad o con tu pareja, aunque a veces solo queremos estar solos porque estamos cansados de todos y de todo, porque ya no hay nada que nos haga sonreír, porque no sabemos qué rumbo tomara nuestra vida, porque ya no podemos respirar.
De niña tenía ataques de pánico, nadie supo de donde vinieron, solo estaban ahí, llegaron de la nada, y gracias a las terapias fueron desapareciendo, pero en momentos de crisis en donde ya no podía mas, estos ataques volvían, pensé que se habían ido, pero cuando tenía 14 volvieron, y a pesar de que me volví fuerte y supe controlarlos hay momentos en donde se me es imposible, y ellos son más fuertes que yo, tenia meses sin tener un ataque de pánico, pero el lunes a las 6 de la tarde tuve uno.
El día empezó con mal pie, no tenía ganas de nada, la madre de Rose estaba en la puerta viéndome de manera reprobatoria, la admiraba era una gran mujer, trabajaba, tenia vida social y aparte tenía tiempo para encargarse y darle todo su amor a Rose, siempre quise que mi madre fuera como ella, pero nunca lo logre, mi madre estaba mas de acuerdo con ser esa madre que se ocupa de la casa y sus amistades, no nos prestaba tanta atención.
- ¿No piensas ir a estudiar?- niego y me cubro con las sabanas y la oigo gruñir.
- Te la dejare pasar hoy, por el estado en que llegaste ayer, pero mañana te quiero en la escuela, ¿entendido?
- Si señora- apenas si descubro mis ojos y veo su sonrisa.
- Sabes que aquí no estorbas Taylor, eres como una hija para mí- le sonrió y termino por descubrirme.
- Lose tía.
Rose fue a estudiar y mi tía fue a trabajar tenia la casa para mi sola, a las 10 de la mañana decidí bajar a comer algo, estaba en una clase de limbo, a las 11 prendí mi celular, tenía muchas llamadas perdidas de Amir, y varios mensajes, los iba a eliminar, pero decidí mejor verlos primero.
Amir: rayos, soy un idiota, un grandísimo idiota eh hablado con Chad, el me dijo que a ti te molestaba la presencia de Fernanda, por lo íntimos que fuimos alguna vez, pero te juro que entre nosotros no pasa nada desde hace meses.
Amir: ella dijo que porque la había dejado sola en el cuarto, pero te juro que no estábamos haciendo nada, ni hicimos nada, estábamos hablando, cuando me llego un mensaje de Erick diciéndome que ibas camino a casa que estuviera pendiente de ti, entonces bajo y espero, ella estaba furiosa porque estábamos en una conversación importante, y entonces llegaste con ese chico y enfurecí.
Amir: no te puedes molestar por eso, vuelve a casa, Fernanda quiere aclararte las cosas, quizás ustedes puedan ser buenas amigas, tú serás mi esposa Taylor, la mujer de mi vida, no tienes que preocuparte por ella.
Taylor: ¿Fernanda sigue ahí?
Amir: amor, por fin contestas, si ella está aquí, ¿quieres que te vaya a buscar?
Taylor: mientras ella este en tu casa, no volveré.
Amir: no seas inmadura Taylor.
Amir: vuelve a casa.
Amir: ¿no piensas responder?
Amir: bien actúa como si tuvieras 5 años.
Amir: eres una inmadura Taylor, contesta.
Taylor: déjame en paz, no sigas arruinando mi vida Amir, aléjate de una vez y ve con tu perra, ella estará encantada de casarse contigo.
Taylor: no te quiero volver a ver.
Amir: no digas eso, rompes mi corazón.
Amir: lo siento ¿vale?
Pero un lo siento no era lo que yo quería, quería que se disculpara de verdad, que lo sintiera de corazón, que no me golpeara cada vez que perdiera los estribos, que me amara, que me cuidara, eso era lo que yo necesitaba, alguien que me cuidara y que quisiera tener una relación bonita conmigo, no necesitaba a Amir y sus estupideces, no necesitaba problemas, no necesitaba engaños y golpes.
Una chica de 16 años no debería de preocuparse por si su prometido la engaña, o por si su novio la golpea, en este momento debería estar sentada en la cafetería comiendo comida chatarra, yendo a fiestas, emborrachándome, preocupándome por mis exámenes, saliendo con chicos, yendo al cine y lanzarles palomitas a las personas que están delante de mí.
Yo no necesitaba preocuparme por Amir, o por su padre, necesitaba empezar a preocuparme por mi, y si un día dije que estaba lista para casarme, pero en estos momentos para lo único que estoy lista es para vivir mi vida, y si la tengo que vivir lejos de Amir, así tendrá que ser, nadie me puede obligar a casarme con él, estamos en el siglo XXI, puedo tomar mis propias decisiones, mis padres firmaron una emancipación y la utilizaría a mi favor, buscaría un trabajo, alquilaría una habitación, terminaría de estudiar y luego me iría lejos de Londres.
Rose llega a las 4 de la tarde súper emocionada, dice algo que no le entiendo muy bien, y luego me pide que me arregle para que salgamos a comer algo a la calle, me niego pero al final decido salir un rato, me arreglo con algo de su ropa, y pienso que debería de ir a buscar mi ropa a casa de Amir, vamos al centro, a una pizzería y nosotras se unen Brandon, y Paola, pedimos una pizza grande mientras charlábamos a gusto, Paola no pregunta por su hermano y se lo agradezco, pero entonces pasa.
A las 5 y 30 entraron a la pizzería Fernanda y Amir, él le sonreía mientras ella reía de algo, no notaron mi presencia y creo que Rose y los demás no los notaron a ellos, tenía que comer, no tenía que ver a su dirección, pero se me hacia increíblemente imposible, ella le coqueteaba y el solo sonreía, no se quitaba estaba más que a gusto con todo eso, y paso a las 6 de la tarde, ella se lanzo a sus labios y el la recibió, y hay en ese justo momento todo exploto.
En mis crisis siempre fui agresiva, y esa no fue la excepción, mis recuerdos están borrosos, yo llorando yo saltando sobre Fernanda y tirándola al piso, y la policía separándonos, yo esposada y maldiciéndola una y otra vez, mientras ella lloraba en el hombro de Amir haciéndose la víctima, y luego yo encerrada en una celda como si fuera una criminal, y todo eso por culpa de una sola persona.
Estaba en una celda, con dos mujeres que parecían prostitutas, una chica vestida completamente de n***o, y otra que parecía totalmente pija, éramos un grupo algo loco, mi llanto se calmo y los temblores en mis manos pararon, tenía los ojos cerrados pensando en cosas bonitas hasta que logre calmarme del todo.
- ¿Y tu porque estás aquí?- me pregunta una de las que parece prostituta y alzo una ceja no sabiendo si responder o no.
- Golpee a una perra que estaba besando a mi novio- la pija hace un gesto de indignación.
- ¿La golpeaste? Eso es de animales.
- ¿Y tu porque estás aquí?- le pregunto y ella ve al piso nerviosa.
- Robe en una tienda de ropa.
- Eso es de animales- le digo y ella rueda los ojos y se aleja de nosotras la que esta vestida de n***o sonríe.
- ¿Y cómo era la perra?
Paso la noche más divertida de mi vida junto a esas chicas, me reí como nunca y por primera vez en mucho tiempo pude hablar sin sentir ningún tipo de presión, la que mejor me caía era la que estaba vestida de n***o pero a las 6 de la mañana me fueron a buscar alguien había venido por mi y había pagado mi fianza, salí de la celda con una sonrisa, cuando el oficial me regresa mi teléfono y mis otras cosas, salgo y veo a Wyatt, el me ve con una sonrisa en la cara y le sonrió de vuelta.
- ¿Tú me has venido a buscar?- en mi voz hay un poco de decepción, pensé que había sido Amir.
- Si lindura, Chad me llamo necesitaban que alguien guapo y mayor de edad te viniera a sacar de aquí- ruedo los ojos mientras el toma mi mano y me dirige a su vehículo-¿ahora eres pandillera?
- No soy una perra loca- el ríe y abre el auto.
- Tu amiga Rose está muy nerviosa, su madre no para de preguntar en donde te has metido, deberías de tener una buena excusa.
- No voy a ir a su casa.
- ¿Cómo? Pensé que ahora vivías ahí.
- No llévame a mi casa.
- ¿Con Amir?
- No a mi verdadera casa.
- ¿Eso significa que lo tuyo con Amir se ah acabado?- su pregunta me deja en silencio unos segundos.
- No sé lo que significa, lo único que sé es que no estoy preparada para el tipo de relación que quiere Amir conmigo, no estoy preparada para complacer a su padre, y no puedo seguir un minuto más en esa casa y que nadie me de mi lugar.
- ¿Y tus padres? Pensé que ellos ya no estaban en tu vida.
- Y no lo están Wyatt, no es como si en este momento ansiara estar con ellos, pero son mis padres.
Wyatt termina de conducir en silencio, cuando llegamos a mi calle sonrió, pase tantas cosas por aquí que ahora parece imposible volver estar por estos lados, pensé que no volvería a estar con mis padres, que mi futuro con Amir estaba seguro pero en este momento me doy cuenta que todo era una ilusión, quizás lo que sentí por Amir fue una confusión estaba sola, sin padres, y me sentía desamparada necesitaba amor, y en ese momento el fue un bálsamo para el dolor, me desenfoque, y no vi las cosas con claridad el es el culpable de mis desgracias, no el amor de mi vida, el solo desea someterme, es igual que su padre, quizás Amir Garnet no es lo que yo creo, quizás Amir Garnet no es el gran amor de mi vida.
Toque la puerta de mi casa, que raro se escuchaba eso tocar la puerta de su propia casa, Wyatt ya se había marchado no quería que se quedara a presenciara la disputa que de seguro tendría con mis padres, cuando la puerta se abrió mi vista se volvió totalmente sorpresa, hay estaba mi madre, se veía tan diferente de la última vez que la vi, parecía más vieja, ella también parecía confundida.
- ¿Taylor?- asiento y ella abre mas la puerta para que pueda pasar- que sorpresa, ¿que haces aquí?
- Eh vuelto.
- ¿Cómo que has vuelto?
- Esta es mi casa madre, gracias a venderme ustedes tienen esta casa, no estoy aquí para hacer las paces con ustedes, si no para simplemente vivir en este lugar- le espeto con brusquedad y me dirijo a las escaleras.
- No le hables así a tu madre- escucho a mi padre y ruedo los ojos.
- Ustedes no tienen ningún derecho en decir que son mis padres, unos buenos padres no renuncian a sus hijos.
Cuando me acuesto a dormir me doy cuenta que son las 8 de la mañana, y estoy completamente agotada.