Llegamos a la fiesta. Para ser honesta, es una fiesta hermosa a pesar de las pocas horas de preparación. Diría que es perfecta si no fuera una fiesta para conseguir esposo por conveniencia. — ¡Sofía! —Llama Aninka apenas llegó al umbral de la puerta. Su rostro se sonroja al ver a mi acompañante. — ¿Se puede saber quién es este joven? —Pregunta la madre de Aninka. — Mamá, está no es la manera de dar la bienvenida a mis amistades —comenta Aninka. Ella rueda las ojos — Como sea, espero que su presencia no cambie nuestros planes — comenta mientras se retira. — Vaya, tu suegra sí que te ama —digo por lo bajo mientras me rio. — Espero que mi suegra si me quiera — comenta Esteban detrás de mí. — Vaya, no sabía que tenías novia, sin embargo, te deseo suerte —comento. Esteban rueda los o