— Madre —dice colocándose a mi lado mientras coloca su mano en mi cintura— No molestes a los invitados. La mujer traga duro. Sin duda, hay algo que le molesta. Quizás sea lo de Aninka, el acercamiento de Esteban conmigo o mi simple existencia. — Menos a ella que es invitada por parte de mi hermana y mía —comenta Esteban mientras aprieta la mano en mi cintura y me acerca más a su cuerpo. — Mmm, está bien —dice mientras se aleja, no sin antes mirarme mal. — Ufff —solté el aire que tenía retenido— Casi me da un infarto. — Vamos ¿Qué pasó con la chica temeraria? —Pregunta Esteban con una sonrisa ladina. — Puedes decirme temeraria y todo lo que quieras, pero no estoy en mi territorio. Antes de ser rebelde hay que ser inteligente. Yo no me meto en peleas que no están a mi alcance. Esteba