Al marcharnos a otra mesa para continuar comiendo Aninka se la paso más viendo a Viktor que comiendo. Mi hermano se la paso hablando con Viktor y Luka, y Daniel se la paso comentando lo genial que son los clubs aquí, por lo que me convenció de entrar al club de música y junto con mi hermano me convencieron de ir a visitar el club de fotografía con la intención de caminar por nuevos horizontes, claro está, si estos me resultan interesantes.
Ya que Daniel y David aman la fotografía, cosa que a mí no se me da en lo más mínimo, a tal punto que si en mi teléfono hay dos fotos es mucho. En cambio, si ven el teléfono de David y su gran cámara encontraran miles de fotos. A todo le toma foto si le llama la atención, mamá y yo estamos tan acostumbradas que al principio nos oponíamos a que tomará fotos a nuestras cosas o a nosotras, pero con él es una pérdida de tiempo. Su intensidad no conoce límites.
~~~~Una semana después~~~
Ya llevo una semana aquí y la verdad es que si alguien de mi curso me saluda ni me doy por enterada, sólo se diferenciar a Aninka porque siempre estamos juntas, su hermano y sus secuaces porque ellos siempre nos molestan en el salón y pues los amigos de mi hermano porque si no se reúnen en casa de Daniel, se reunirán en la mía a hacer sus bobadas de niños.
Ahora estamos esperando al profesor cuando todas comienzan a alterarse.
Todas menos Aninka y yo
— ¡Llegaron nuestros dioses! —Gritaron varias al unísono.
— ¿Buscas a alguien? ¿En qué puedo ayudarte? — dice alguien, pero yo sigo sin mirar que sucede, literal no me interesa.
— Busco a Sofía.
¿Qué? ¿Quién me buscará? Esa no es la voz de mi hermano.
Todas comienzan a murmurar y Aninka me da un golpe en la pierna para prestar atención a lo que sucede. Es ahí cuando sé quién me busca; Daniel.
— ¿Podrías salir un momento? —dice con una sonrisa en su rostro.
Marcharme con él sin duda causaría muchos comentarios que estarían lejos de la realidad. Y la verdad, aunque estos no me interesen, siempre resultan molestos.
— Puedes decírmelo aquí, si no hay problema.
En ese momento llega mi hermano con Viktor y Luka.
— Sofía, vamos a tener un partido con tu curso mañana—dice David— Sé que es tu curso y todo, pero tendrás que apoyarnos, te corresponde como mi hermana.
— Se te olvido decir, ¡Es un orden como tu padre, rey o Dios que soy! — me burlo.
— Sofía… — me regaña y yo lo ignoro.
— ¡Guau! —Dijeron todas.
— Mi súper chico, yo podré apoyarte —Dice una chica acercándose a Daniel y David que todavía están en la puerta del salón.
— No lo sé David, pero a mí solo me interesa el apoyo de Sofía —Dice Daniel.
Todas murmuran, unas se sorprenden otras me fulminan con la mirada.
Yo que no quería tanto drama con esta visita inesperada y ellos que se esfuerzan por ser el centro de atención y con ello arrastrarme a ser parte de su circo.
Mientras pienso en alguna manera para rechazar su invitación y hacer que se marchen sin problema alguno, llega el trío del salón (Esteban y sus secuaces), como es muy normal en ellos llegando tarde a clases a nadie les resulta extraño. Sin embargo, la tensión entre los siete se hace presente.
— ¿Qué sucede aquí? — Pregunta Esteban— ¿Por qué hay gente indeseable en mi salón? —dice como si no comprendiera.
— No creo que seamos indeseables ¿O no chicas? — dice Daniel, coqueteando con una de las chicas que instantáneamente se derrite de la emoción.
Lo patético de la situación me hace rodar los ojos.
Grandioso, no son las siete de la mañana y ya tenemos peleas de gallos en el salón.
— Además — comenta David— Vine a ver a mi hermana — dice señalándome.
— ¿Qué? ¿No te cansas de ver su horroroso aspecto en casa? Vaya que te gusta dañarte la vista — contesta Esteban.
Su comentario carente de inteligencia me causa risa.
— ¡Oye!—grita David— Respeta a mi hermana, imbécil.
Ya sé en qué terminaría esto si no lo detenía.
Me levanté de mi asiento.
— Esta bien, resumamos la situación y terminemos con esto. Sabemos que Esteban y su pandilla —digo mirándolos— No toleran la presencia de Daniel y los chicos, por ende, en vista de que vinieron a decirme que los fuera a animar les responderé, aquí y ahora, para que se vayan rápido y me dejen tranquila. No estoy interesada. Ni siquiera iré a ver el partido, así que adiós.
— Ya la oíste, largo. — dice Esteban alegre
Ninguno se mueve.
— ¡Dios! ¿Tan pocas animadoras tienen en su curso que vienen a buscar a las chicas del equipo adversario? Tic, tic, tic, tic, tic —Dice Esteban en todo desaprobatorio— Que pena que ella no deseé animarlos y si fuera a ver el partido, obviamente nos animaría a nosotros, su equipo — dice colocándome su brazo alrededor de mi cuello.
— Vaya, sí que tienes mucha confianza
Me sonríe sin alejarse de mí.
— ¿Eres idiota o no escuchas bien? Yo dije que no iré al partido, por ende no apoyaré ni a tu equipo ni al de mi hermano —dije quitándole la mano que tenía en mi hombro.
— ¿Qué te pasa niñita tonta? ¡No seas ridícula actuando así! No actúes altiva porque nosotros no estamos interesados en que nos muestres tu apoyo. — dice Camilo enojado.
Esteban le hace señas de que se calme. Y la verdad, sorprende lo buen domador de bestia que es para calmar a Camilo.
— Me da igual.
En ese momento, llegó el profesor y cada quien se fue a sus asientos.
Mi hermano y sus amigos se fueron a su salón
Horas después sonó el timbre para educación física por lo que me dirijo a mi casillero para poder cambiarme de ropa, cuando tengo el casillero abierto alguien lo cierra violentamente en mis narices y me sostiene de ambos hombros colocándome contra los casilleros.
— ¡Pero qué diablos! —Digo intentando recuperarme de la impresión.