—¿Dónde estamos?
Escucha la pregunta de Alejandro, abre los ojos ellos se encontraban parados con la espalda pegada a la puerta que se convirtió en minutos en una pared. Observan ambos al ver dos pasillos largos, el piso de cerámica, todo el lugar de color entre naranja y n***o por la luz de las ventanas que proyecta, dirigen sus miradas hacia arriba al ver la forma arqueada, Alejandro sigue a Emma hacia donde va.
—Recuerdas del hombre del que te hable, el que te dio el contraveneno para mi novio, no solo eso, si lo pienso son como unas ochenta veces que le robo una amúria, más si hablamos de la que usábamos para entrar a Trun, — el asiente con la cabeza. —Estamos en su bóveda su nombre.
Alejandro ve todo ese lugar tan cuidado y antiguo al decir:
—Esto es propiedad de los Walker.
—Corrección, solo del hijo mayor lord Nicolás Walter.
Es el momento que llegan a una puerta de seguridad, ella mueve la palanca girándola primero de lado izquierdo cinco, después uno al derecho, enseguida tres al izquierdo, ocho, de nuevo al derecho cinco, seis al otro lado y terminando con cuatro a la derecha, parecía que marcaba como si fuera la tecla de un teléfono antiguo.
—Confió en que guardaras la contraseña a Nicolás, no le gusta que husmee en la bove...
—Señorita de Walker, — Emma no puede fingir ni una pisca al mirar a esa horrible mujer que la llama así, aun sin traer anillo la llama de esa forma, nunca ha sabido porque lo hace cada vez que ambas se ven, pero ellos dos voltean, ven a una señora vestida de un aburrido n***o malhumorada con la mirada fija en ellos con sus brazos cruzados, Emma rueda los ojos. —Ustedes no deben estar aquí su prometid...
En ese Momento Emma la interrumpe haciendo entrar a Alejandro adentro del interior de ese cuarto de seguridad.
—Ana se lo que dijo solo retírate, no me importa si vas de chismosa solo le aseguras que vine con mi novio. —dijo Emma entrando y cerrando la puerta al hacer una mueca de fastidio piensa, "maldita vieja", analiza, sabe que debe actuar rápido, pero ve que la única opción es con él.
—¿Quién es esa mu…
Los labios de ambos se vuelven calmados lentamente acostumbrándose al clima de ambos, la joven cruza los brazos alrededor de su cuello él rodea la cintura de ella con sus brazos al quedar bastante cerca, sus respiraciones se mezclan, suben el ritmo de beso, pero se separan para respirar por solo unos milisegundos, pero Alejandro vuelve a besarla, al final fue cortito, pero ella habla antes de que su amigo se anime a besarla de nuevo.
—Alejandro, Alejandro espera detente yo odio a esa mujer, ella protege toda esta bóveda, creí que no había vuelto de sus vacaciones, pero bueno no quiero que malinterpretes lo que sucedió solo era la única forma, comprende, ella nos miraba puede traspasar la puerta sin usar la contraseña, ahora sé que se lo dirá a él, comprenderé que me odies después de todo, pero debo encontrar lo que necesito.
Emma mira su sonrisa de oreja a oreja al asentir, desvía ella la mirada para abrir una de las cajas, en cambio Alejandro comprendiendo lo que decía, pero en si a él se le dibujo una sonrisa en su mente que tardaría en desaparecer, lo que no creyó Emma es que Alejandro estaba más que enamorado de ella.
La habitación era gigante rodeados de cajas trasparentes que mostraba cosas brillosas, desde niña Emma allí se sentía en la dulcería. La vio abrir aquellos cajones de vidrio buscando, pero parecía no encontrar el objeto, cerraba y abría, el solo abrió alguna que ella ya había mirado encontraba algunos llaveros o tipo de joyería extraña.
—Emma de ¿Dónde sacan esto? —dijo Alejandro mostrando una canica de agua azul con un pez beta encerrado.
Mientras continúa abriendo, buscando y cerrando sin hallarlo al abrir un cajón nuevamente y buscando responde:
—De las convenciones oscuras en donde vende, hacen trueques, cambios etcétera, pero Nicolás es socio de uno de los que crean esto.
—Es la razón que no lo llamas como prometido.
—Corrección él nunca ha sido mi prometido, ni novio no es nada, creo que he perdido la cuenta de cuantas veces lo he rechazado aun insistiendo en que lleve puesto el anillo o que lo acepte.
—En si ¿Cuál es el problema? Emma.
Emma se encuentra mirando buscando en un cajón abierto, suspira al morder su labio inferior y cerrar los ojos al solo abrirlos y mirar de frente a Alejandro al decir:
—Si me caso con Nicolás es su decisión de él no mía convertirme en una vampira, olvidando mi vida humana.
—Por eso quieres ser una hibrida.
—Sí, porque no sería una simple vampira al ser que pertenecer a la realeza como a la familia Walker que son una descendencia pura de vampiros, me crearían una nueva identidad donde olvidaría que fui una huérfana y como fui encontrada y educada y, no lo quiero, es por lo que quiero ser una hibrida porque antes de tener ocho años y descubrir que había sido comprometida conocí este lugar mucho antes, y aunque mi primer amúria que robe fue la que encontré en ese estuche de compromiso con algunas más joyas que se encontraban, esta me atrajo, — Emma cierra el cajón que había abierto sin encontrar lo que está buscando para después recargarse. —Antes de pensar en escapar a través de libros infantiles, novelas e historias de nuestro propio mundo es como me adentre y descubrí el universo terrenal de los humanos, personas similares a mí y quería visitar, entonces decidí venir hasta aquí y como lo había aprendido la halle, el amúria terrenal de agua azul y como era muy experta solo dibuje una pequeña puerta como Alicia y entre y me encontré con muchos lugares diferentes e increíbles, es como conocí el mundo, lo ame y de ahí decidí continuar como humana, claro que volví y es como se lo pedí y le conté a mi madre todo lo que conocí, leí y vi después de un tiempo, aunque aún me escapaba a veces.
—Es como descubriste tu compromiso con Nicolás.
—Así es, a mis ocho años.
—Después de todo ¿Cómo volviste?
Emma rodea los ojos al mirar a un lado al recordar.
—Aquellos dos hermanos que conociste me encontraron, aunque sirven a la familia Walker como al propio Nicolás eso no quita para nada que son sus primos, ellos me encontraron y el mismo Nicolás me llevo a Goem, me regañaron, claro de a verme ido, pero aun después de eso yo insistí dándome igual lo que sucedería con el compromiso de matrimonio, porque “según” debía ser decidido por el consejo, los mismos Walker, aun así, mi madre ya me había dado su aprobación y permiso, solo elegí el lugar. —dice Emma sonríe.
—Zarquiria.
—Así es, en el lugar en que me desmaye fui encontrada, escape del hospital y conocí a muchas personas como también vampiros, claro que mucho antes ya los conocía.
—Como a esa chica pelirroja que siempre te visita.
Sonríe Emma al notar que él lo sabe.
—Sí, Tamara y yo nos conocimos cuando me encontré perdida en el bosque Plean, con ella conocí Trun y como salir de allí.
—Entonces aparte de salir con una amúria de ahí, hay otra forma de salir.
—Si hay otra forma que no te mostrare después de salir de Trun, también conocí a su familia Azcon que tienen ellos mismos su propia casa, al cual llegar de ahí continúe conociendo a mas vampiros y personas en uno de mis viajes, algunos de mis conocidos me hablaron de Coraline, pero aún no he tenido la oportunidad de conocerla en persona, pero te puedo asegurar que ella de algún modo sembró en mi la esperanza de que podría ser una hibrida, era chica, no había la posibilidad, apenas tenía doce, investigue y averigüe quien la había trasformado.
—Lo encontraste.
—Si un heredero de la familia Mortífero, Edmund, fue quien la convirtió accidentalmente porque no es frecuente o común conocer o que exista una hibrida al ser vampiros en peligro de extinción.
—Pero no te ayudo.
—Lo busque y hable con él, Edmundo me dijo que era muy chica para ser trasformada, más aún mis orígenes no están muy bien claros, eso provocaría algo secundario en mi trasformación, aun sería peligroso, al ser que solo tenía doce años y ahora sé que Adulció es mi única oportunidad de vivir los dos mundos. —dice Emma al suspirar.
—Emma que fue lo que causo en ti que Coraline te de la confianza de ser una hibrida.
—Coraline conserva ambos mundos, puede estar visitando a su tía Agatha en la ciudad, al igual de obtener las enseñanzas de su propio maestro como también a ver encontrado sin saber que ella era la de la profecía de una anciana sabia.
—Profecía ¿Qué es lo que encontró? —pregunto Alejandro.
—La llave que abrió parte de la torre de Kisla donde ella hallo a siete lobos, rayos pensar y hablar de sus aventuras son algo y deja sus enemigos son otras cosas, si hiciera una lista el de primer puesto seria su propio abuelo.
—Una hibrida puede tener un ¿Abuelo? —pregunta Alejandro al encontrarse confundido.
Emma lo mira al rodear los ojos y que dar confusa igual, a lo que enseguida mueve la cabeza al medio reír.
—Claro, si Alejandro bueno en sí, — piensa un poco ella para darse a explicar. —La familia de Edmund lo ve de esta forma Coraline es una hibrida convertida por él, —asiente su amigo. —Entonces en vez de ser una pareja, prometida o esposa como lo que pasa con Nimue ella fue convertida por Ian Lujea, pero ahora no solo es su novia, ella debe saber bien que es también su prometida, volvamos a los Mortifero, Edmund la convirtió y no solo en una hibrida, sino también en una hija, entonces su padre se convirtió en su abuelo, — su amigo asiente al entender mientras ella mira su reloj de la muñeca. —Alejandro no encuentro el collar para ir al bosque Carago, el debió esconderlas, déjame pensar, porque en cualquier momento esa mujer regrese.
Alejandro abre otro cajón donde ve tipos de monedas plateadas con marcas, toma una se la muestra a ella preguntando a donde llevan, cuando ve que los ojos de ella se tornan un brillo al ver la ficha que sostiene su amigo ella se muerde el labio inferior con una leve sonrisa.
—Me has dado una idea, visitaremos a Madam Moss, toma algunas más de esas monedas, tomare algunas otras.
Ambos toman llaveros y joyería diferentes, salen de ahí, vigilan para no volver a ver a la mujer, aunque a Alejandro no le importaría besar de nuevo a Emma están de nuevo ante una puerta diferente, Emma le pide que le entregue la ficha y ella la toma metiéndola en el agujero donde va la llave, dentro de ella se la traga, se abre la puerta y ellos solo entran, primero ella y enseguida él.