Capítulo 15

1149 Words
Entonces, la situación de Alexi empero considerablemente, necesitaba forzosamente la feromona de su alfa. Esa era la única solución a su enfermedad, la planta de gullu comenzaba a dejar de hacerle efecto, entonces debía buscar una solución. —No puedo permitirme verte de este modo— Lelie retiro el trapo húmedo de la frente de Alexi y lo enjuago con agua fria, después volvió a ponerlo sobre la misma. —Estare bien, como las veces anteriores— Alexi tomo la mano de Lelie y sonrió. —Tu estado no dice lo mismo— la preocupación de Lelie se reflejaba en su rostro —Tu estado está empeorando— las lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos. —Debo ir con mis pequeños— Alexi trato de ponerse de pie, pero Lelie se lo impidió. —No lo harás, recupérate primero— el Omega reflejó molestia en su rostro antes de ponerse de pie —Ire a conseguir planta de gullu, asegúrate de no hacer nada precipitado. —No lo haré. —Me llevaré a tus hijos, así que no los busques— dicho eso salió de la choza y camino hasta donde seguramente se encontrarían ambos, en el campo de entrenamiento. El pequeño Christoph aprendía combate de los más fuertes, decía que iba a vol eras fuerte para proteger a su padre Omega y a su hermana menor. En cambio, la pequeña Yulia dedicaba su tiempo libre a aprender medicina de la madre de Lelie, pero cuando su hermano entrenaba ella lo acompañaba al entrenamiento. —Niños— Lelie los llamo, asi que ambos lo miraron —Bayamos al bosque a buscar planta de gullu para su madre— dijo una vez los dos se encontraron frente de él. Ambos niños asientoron emocionados —Protegere a mi hermana y a Lelie— el pequeño guardo su espada y comenzó a caminar, decidido a protegerlos. —¿Mamá está enfermo de nuevo?— la pequeña preguntó y Lelie la miró. —Se pondrá mejor con la medicina, no te preocupes por eso— sonrió para que la niñita no se preocupara. —Entonces consigamos mucha planta de gullu— dijo con una sonrisa mientras se sdentrabancal bosque. Una vez ahí se dirigieron al río, en dónde la planta crecía. El pequeño Christoph desenvaino su espada y miro a todas direcciones —Los enemigos están cerca, Yulia— dijo entre juegos —Te protegeré del enemigo, hermana— comenzó a mover su espada de un lado a otro, simulando una batalla. Yulia, por su parte recogía la planta y metía cuánta cabía dentro de su bolsa. —Vamos, hermano, protegeme— siguió el juego de su hermano. Cuando terminó de recoger la planta salió del río y comenzó a correr —Oh, no, hermano. Ellos me persiguen— grito. —No temas, hermana. Yo te salvaré— el pequeño corrio detrás de ella. —No se alejen mucho, niños— Lelie siguió cortando la hierba. —No, Lelie— Christoph respondió y siguió corriendo mientras reía —Hermana, cuidado— Christoph se detuvo y Yulia choco con un guardia real, de algún reino vecino. La niña cayó al suelo y miro con miedo al hombre —Hermano— susurró. —¡Yulia!— el niño aceleró su paso y llegó a dónde el hombre se encontraba. —No lastimes a mi hermana— Christoph tomo fuertemente su espada y la señaló en dirección al hombre. —¿Están perdidos, niños?— el soldado pregunto. Yulia negó con la cabeza —Lelie está en el río— susurró. —Yulia— Christoph la llamo —Ven detrás de mi— el niño no dejo de mirar al hombre y de apuntar su arma hacia el. Yulia se levantó del suelo y corrió hacia donde su hermano se encontraba. Después se puso detrás del niño, el cual la rebasaba en altura. —¿Niños?— Lelie salió del río, los niños habían dejado de hacer ruido, así que eso le había parecido extraño. Al no verlos dentro de su campo de visión comenzó a buscarlos. Camino en dirección a donde ellos se encontraban. Luego, cuando llegó ahí y los vio junto al soldado aceleró su paso. —¿Dónde está su casa?— el soldado pregunto amablemente. Lelie se interpuso entre el soldado y los niños y saco una daga de entre su ropa —No te atrevas a lastimarlos— miró desafiante. —Lelie— Yulia rompió en llanto —Lo sentimos, nos alejamos mucho de ti. —Tranquila,Yulia— Lelie no despego la mirada del sujeto que estaba frente de él —Ahora, vuelvan a casa y no miren atrás. —Pero, Lelie— Christoph hablo —Es peligroso, dije que los protegería. —No hables más, Christoph. Vallan a casa. —¿Christoph?— el soldado miró al niño —¿Que edad tienes, niño? —No te concierne— Lelie se movió y no dejo que el hombre mirada más al pequeño. —Tu, Omega— el hombre frente a Lelie lo miro —¿Has visto por aquí a mi reina?— cuestionó. Lelie lo miro —¿Tu reina? Lamento informarte que no he visto a ninguna mujer por aquí, solo estamos mis hijos y yo. —Nosotros no somos tus hijos, Lelie— Yulia susurró. —Majestad— un guardia del palacio llegó a dónde el hombre y Lelie se encontraban. —Encontramos a los asaltantes, pero todos huyeron a las montañas. —¿Los siguieron?— preguntó y miro al comandante. —La caballería se encargo de ello, pero ¿Qué hace aquí, majestad? —Creí que lo encontré, pero solo fue mi imaginación— El rey se giró y miro a su comandante —Esciltalos de vuelta a su casa— retrocedió y se marcho de ahí. El comandante miró a Lelie, el cual aún se encontraba en posición de defensa —Tu defensa es muy simple, su estuvieras en un combate real tu oponente te habría sometido ya— comenzó a caminar — Muéstrame dónde está tu casa, te llevaré de vuelta. —¿Por qué te daría esa información?— Lelie miró cada movimiento de aquel hombre. —Solo sigo órdenes de mi rey— se detuvo y se giró —Si quisiera lastimarte lo habría hecho desde el principio ¿No lo crees? —No puedo confiar en desconocidos— Lelie camino lento, aún sosteniendo la daga en su mano. Miró a los niños y pidió que caminarán detrás de él. —En ese caso debo presentarme, soy Lucius, el comandante de caballería del reino de Wood— se presentó. Lelie lo miro —Tu rey buscaba a su reina, ¿Ella desapareció? —Si, hace ocho años el Omega de mi rey desapareció, junto a su pequeño hijo. —¿Su nombre? —Es el principe Omega, Alexi de Owen.
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