Capítulo 11

1079 Words
Muy temprano, Cedric se despertó. Debía atender los asuntos del reino. Abrió los ojos y miro que Alexi no se encontraba en la cama. Sonrió, ya que había recordado lo que había pasado la noche anterior. Se puso de pie y se alistó, ayudado por los criados. Luego fue a la habitación de su hijo, dónde seguramente Alexi se encontraría con su pequeño bebé. Camino con una sonrisa. Realmente estaba feliz, su Omega había roto los muros que había formado con él. Al llegar a la habitación los guardias abrieron la puerta y Cedric entro. Miro a la nodriza, con un semblante preocupado. —¿Qué ocurre, mujer? ¿Dónde está mi reina?— pregunto y se acercó a ella. —El pequeño príncipe no está en su cuna— tembló de miedo —La reina no ha venido por aquí. —¿Qué?— el alfa se preocupo, se giró y salió de la habitación —Busquen a mi reina— ordenó y enseguida los guardias comenzaron a movilizarse. Cedric camino por los pasillos y busco la escencia de su Omega, tal vez Alexi se encontraba en algún lugar del jardín, cuidando a su pequeño bebé. Los guardias alertaron al resto del ejército y en poco tiempo todos se encontraban desplasados por distintos puntos de la capital, buscando a la reina de Wood. Cedric estaba impaciente. Su amado Omega no se encontraba por ningún lado y, apresar de que ya había anochecido, aún no había rastro de su paradero. El rey movilizó su ejército a las afueras del reino, él debía encontrar a Alexi a como diera lugar. —¿Hay noticias?— Cedric pregunto al soldado que había llegado y luego duo un sorbo a su copa de vino. —Me temo que aún no hay señal de él. Nadie lo ha visto— respondió nervioso. El aroma de Cedric salía en pequeñas cantidades y sofocaba a cualquiera que lo oliera. —Sigan buscando— ordenó y permaneció impaciente. Tal vez debía salir a buscarlo el mismo, pero había asuntos que él, como rey, debía atender. —Si, majestad— el soldado hizo una reverencia y enseguida salió de la habitación. Los guardias buscaron y buscaron, los días pasaron convirtiéndose en semanas y luego las semana se convirtieron en meses. El invierno volvió a llegar, cubriendo todo con la blanca nieve, pero Alexi no volvió. Era como si la tierra se lo hubiera tragado. Después de haber revisado los alrededores, los reinos aliados, el Omega y su hijo no aparecieron por ningún sitio y tampoco había rastros que pidieran seguir. Alexi había desaparecido de la faz de la tierra. Eso no significaba que Cedric se quedaría de brazos cruzados, el buscaría a su amado Omega por cielo y tierra, e incluso en las profundidades del océano si era necesario. No iba a abandonarlo, debía encontrarlo y llevarlo con él devuelta a casa. (...) —David— Alexi dijo entre susurros mientras recobraba la conciencia. La Omega que lo ayudaba a curar sus heridas sonrió y miro a su pequeño hijo menor —Llama al jefe, dile que el forastero despertó— dijo y siguió limpiando la frente de Alexi con un trapo húmedo para bajar la fiebre. El muchacho asintio y salió de la choza. Alexi dió un brico y trato de levantarse, estaba desesperado, pues había recordado lo que había hecho —Cristoph— comenzó a buscarlo con la mirada, ya que la mujer no lo había dejado ponerse de pie —Mi bebé, ¿Dónde está mi hijo?— las lágrimas comenzaron a apoderarse de él. —Tranquilo— la mujer sonrió y comenzó a pasar su mano por el cabello de Alexi —El bebé está bien. Ahora mi hijo mayor está cuidando de él, no te preocupes por eso. Alexi dejo caer las lágrimas. Había sido muy tonto por haber huido. Si hijo estaba en riesgo y ahora no sabía lo que pasaría con él. Unos minutos después un alfa entro a la choza. Miro a la mujer y luego a Alexi, el cual había quedado aterrado por la imponencia de aquel hombre. —Es un alivio que estés bien— el hombre dijo, pero Alexi solo permaneció en silencio. —Mi amado— la mujer miró al alfa —el chico está un poco delicado ahora, no podemos forzarlo a hablar, por el momento hay que dejarlo descansar— se levantó del suelo y fue a dónde el alfa se encontraba parado —Traeremos a tu hijo— la mujer sujeto el brazo del alfa y luego ambos salieron de ahí. Alexi solo permaneció tumbado. Su cuerpo dolía a montones, había caminado durante mucho tiempo, no había comido y tampoco bebido agua en todo ese tiempo, era normal que colapsara por el cansancio. Cerró los ojos de nuevo. Ahora estaba un poco más tranquilo, su hijo ya se encontraba a salvó de aquel asesino. El cansancio se hizo presente, así que Alexi volvió a dormir para poder recuperarse. Luego, cuando amaneció y volvió a despertar se dió cuenta que un Omega, un poco menor a él, cuidaba de su hijo. Con dificultad se puso de pie —Gracias por salvar mi vida— Alexi hablo, así que tomo por sorpresa a aquel chico. El chico se giró y miro a Alexi, mostró una sonrisa y se acercó a Alexi —Me alegra que ya esté mejor— miró al bebé y lo devolvió a su madre —Mi padre lo encontró cerca del arrollo. Ellos se encontraban de caza cuando desplomó frente de él. Por suerte pido traerlos de prisa. —Yo ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?— preguntó mientras tomaba a su bebé en brazos. —Alrededor de una semana— el chico comenzó a caminar —Sígame, mi madre me pidió que cuidara de su usted y su bebé. También me dijo que le mostrará los alrededores. Alexi lo siguió —Puedo saber ¿Cuál es tu nombre? ¿En dónde nos encontramos? —Soy Lelie y nos encontramos en la tribu Red Sky. ¿Tu de donde vienes? ¿Cómo te llamas? —Soy Alexi— miró al chico —Aun no recuerdo de dónde vengo, pero escape del hombre que mató a mi prometido. —Ya veo— el chico siguió su camino. Mostrándole toda la tribu a Alexi. Alexi sintió que en ese lugar podría comenzar de nuevo. Podría cuidar cómodamente a su hijo y criarlo bien.
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