Capítulo 9

1268 Words
Entonces, el recuerdo de su muerte tormentosa, llegó a su mente, en un sueño doloroso. Este se sintió tan real que el dolor lo hizo despertar. —David— Alexi abrió los ojos al mismo tiempo que dió un brinco. La muerte de su amado rondaba en su cabeza, apuñalando su corazón. Cedric despertó cuando sintió que su Omega había despertado. —¿Está todo bien?— pregunto y lo tomo del hombro. Alexi lo miro con horror —fuiste tu— se alejo de el y se levantó de la cama —tu lo mataste— susurró, muy lejos de Cedric. —¿De que hablas? —Tu fuiste quien mató a David. Tu organizarse el tiroteo. Tu lo mataste. Cedric se puso de pie, extrañado del comportamiento de Alexi —No entiendo lo que dices. Cariño, tranquilízate. —No— las lágrimas comenzaron a formarsele —Yo lo amaba, íbamos a casarnos. Pero fuiste tu quien lo mató. Y es que era así. El aroma que aquel hombre que mató a David en la otra vida de Alexi era casi parecido al aroma de Cedric. Alexi estaba aterrado y confundido y su mente debía tener una conclusión para calmarse. —¿Estas delirando? Yo no conozco a esa persona. —Tu lo arrebataste de mi— las lágrimas comenzaron a bajar y en seguida se dejo caer al suelo —Eres un hombre cruel y despiadado. Te odio— lo miro a los ojos, desafiando su autoría. Alexi conocía las consecuencias de lo que había hecho. Desafiando la autoridad de un alfa estaba por encima de las cosas que podía hacer. El Omega esperaba su castigo, pero el alfa camino hacia la puerta. Salió de la habitación sin decir palabra alguna. Alexi se soltó en llanto. Estaba confundido, quería dejar de sentir ese vacío dentro de su corazón, quería poder olvidar su pasado. Pero apresar de desear todo eso, alguien jugaba en su contra y solo quedaba lo que merecía. Dolor y sufrimiento. ¿Realmente había una forma de terminar con todo eso? ¿Había algo que le permitiera ser feliz? Pensó un mar de soluciones, pero ninguna era la adecuada. No podría escapar nunca de las garras de ese hombre tirano. —Majestad— una de las criadas toco la puerta y en seguida entro a la habitación. —El rey me ordeno cuidar de usted— se acercó con lentitud, después lo tomo del brazo y lo ayudo a ponerse de pie. —Volvamos a la cama ¿Está bien?— luego lo ayudo a caminar para que regresará a la cama. Alexi necesitaba el abrazo de alguien, así que se volvió a la criada y la abrazo, mientras que su llanto intensificó. La criada se sorprendió y luego correspondió al abrazo del Omega. Llevo de vuelta a la cama al Omega y luego permaneció a su lado para vigilar que no volviera a alterarse. Alexi se relajó un poco. Sin la presencia de Cedric sabía que estaría bien. Cerró los ojos y volvió a dormir, un poco intranquilo, ya que temia que aquella pesadilla volviera a su mente. Al día siguiente las criadas lo ayudaron a vestirse. Su vientre crecía, el bebé que crecía dentro de él era el hijo de un asesino, pero él no sería como su padre. Tomo una rápida decisión, una que protegiera a su hijo de aquel tirano. Huir. Huir lejos, a un lugar donde pudiera comenzar de nuevo, en dónde su hijo creciera, rodeado del amor qué Alexi le pudiera brindar. Pero ¿Cómo escaparía sin ser descubierto? Aparte ¿Dónde quedaba ese lugar al cual el hombre tirano no logrará encontrarlos? Tenía que idear todo, pensar perfectamente bien cómo y cuándo huir. No importaba cuánto tiempo le llevará, si una semana, un mes, o incluso un año, pero él estaba seguro que algún día sería libre. —Majestad— la criada lo llamo —el desayuno está listo. Alexi la miró y asintió. Después se puso en camino y fue al comedor, en dónde tomo una silla lejos de Cedric. La pasiencia de Cedric comenzaba a agotarse, pero debía ser fuerte, debía entender que su amado Omega no estaba bien en ese momento y su mente creaba falsas esenas. Alexi tomo su desayuno y luego, sin decir palabra, se puso de pie y se fue de ahí. Debia evitar a toda costa a aquel malvado hombre. Volvió a su habitación, en dónde permaneció durante el resto de la tarde. Finalmente, al anochecer, su alfa volvió a la habitación y lo saludo tiernamente. Alexi aún no terminaba de entender su extraño comportamiento. Si el era un asesino ¿Por qué actuaba así con él, un Omega? No debía dejarse llevar por aquellos pensamientos que lo revolvían. Su propósito era huir y abandonar todo pasado tormentoso. Alexi se acostó en la cama y en seguida Cedric se acostó. Cedric mantuvo su distancia, no quería alarmar a su Omega. Alexi cerró los ojos y durmió relajado. Luego, a la mañana siguiente, se levantó muy de temprano, se alistó y salió a dar un paseo por el jardín, ese era uno de sus pasatiempos favoritos y sería una de las cosas que extrañaría cuando se fuera. Alexi estaba dispuesto a huir y no importaba que o quienes se interpusoeran o fueran tras él. Si quería una buena vida para su hijo, debía ser lejos del hombre tirano. Y así, durante días planeo su huida. Reviso cada salida, cuanta seguridad tenia, las diferentes rutas de escape, todo absolutamente. El otoño llegó, las ojas se desprendían de los árboles, dejándolos vacíos y cubriendo el suelo con ellas. Al fin, el día del nacimiento del bebé, llegó. Por la mañana los dolores de parto invadieron a Alexi. Cedric se alarmó, ya que el Omega comenzó a gritar de dolor. —Cariño, ¿Que sucede?— Cedric cruzó la línea que Alexi había trazado. —El bebé viene— dijo con difícultad. Cedric formó una sonrisa y luego se paró de la cama —resiste— susurró. Caminó hacia la puerta y pidió al guardia que llamara a los médicos. Volvió con su amado y se sentó al lado de él, tomo la mano de Alexi y también su vientre. Al poco rato, los médicos llegaron y atendieron el parto. El bebé nació, sano y fuerte. Idéntico al Omega, pero con la resistencia del alfa. —Es un alfa, majestad— dijo la partera, con el bebé en brazos —Esta sano. —Mi bebé— Alexi lo tomo en brazos y lo miro, sus ojos eran iguales a los del alfa, así que temió un poco, pero eso no quitaba que era su hijo y había nacido de él —Es hermoso— susurró y beso la frente del pequeño. Se mantuvo así con el pequeño por un rato más. Después la partera lo tomo en sus brazos y se lo mostró al alfa, quien había esperado por mucho tiempo fuera de la habitación. —Es hermoso, se parece a ti, cariño— sonrió y en seguida miró a Alexi. Alexi lo miro —Si— susurró y miró en otra dirección. —Eres la bendición de este reino— hablo Cedric mirando a su bebé —Alexi y yo cuidaremos de ti y te guiaremos por el buen camino. En el futuro serás un rey justo y benevolente. Alexi presto atencion a las palabras de Cedric y entonces la confusión volvió a aparecer. Ese rey tirano no podía ser bueno y benevolente y debía apartar a su hijo de él cuánto antes.
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