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1293 Words
La chica se quedó dormida en mis brazos, sinceramente me siento mal por ella. Veo que oficialmente mi humanidad volvió y ella me importa. A pesar de solo llevar tres meses conociéndonos, me gusta estar con ella y la confianza entre nosotros va aumentando poco a poco. Ella por fin fue capaz de confiar en mí y me había contado sus secretos más oscuros. Sabía que no era fácil para ella y aún así, me lo contó. Para ser sincero, quiero ayudarla. Gracias a su padre y a ella, sobre todo a ella, quien fue la que convenció a su padre de dar becas a estudiantes de pocos recursos. Gracias a ella Jae puede estudiar diseño, su sueño y yo puedo estudiar y formarme para algo que no sea vender droga o limpiar mesas en el club de mi padre. Ayudaré a Rubí a encontrar al culpable, porque se lo debo. No dormí en toda la noche, me quedé mirándola mientras pensaba en sus palabras. Ella realmente se culpa por lo sucedido, cuando evidentemente no tuvo nada que ver. Ella estaba con Jonan, así que ambos son descartados en el asesinato. Zack dudo que lo hiciera, si no, no seria tan estúpido de venir y hablar con Rubí de lo sucedido. Jaebong está muerto, así que también podemos descartarlo de la lista. Según ella, Sam y Nadia son los que crean un plan para ocultar lo sucedido. Pero Izan, Ari, Somi, Lena, Wonho, Jim y Yug también estaban ahí. Debo ir descartando sospechosos. Creo que H es el asesino y está jugando con los demás, para que no cuenten nada. El asesino debe tener mierda de todos, para conseguir que mantengan la boca cerrada. Lo que me lleva a pensar ¿Qué puede saber de Rubí? ¿Es lo pasó con Jonan, o tiene algo más de ella? Deje de darle vueltas al darme cuenta que ya había amanecido. Me pasé toda la noche especulando. Suerte que no necesito dormir durante la noche. Suspire profundamente, para después apartar con cuidado los brazos de la chica. Me levanté de la cama y salí de la habitación. Mi madre estaba en la cocina, tomando su café. Agarré una de las tazas y me llené de café americano, revisé la nevera y saqué uno de los bricks de sangre. — Por dios, no mezcles eso, Luke. – Me miró con cara de asco, mientras mezclaban café con la sangre. — No es mi culpa alimentarme de sangre, mamá. – Di un gran sorbo, mientras la miraba. Ella arrugó aún más más cara. — Hablando de sangre, vi la marca del brazo de Rubí… No quiero meterme, pero ten cuidado con lo que haces, Luke. — Solo fue una vez, fue por emergencia. Discutimos con mi padre y puedes hacerte una idea de cómo terminé… No volveré alimentarme de ella. — Sabes que no tienes experiencia en ello y puede ser peligroso para ambos. No sabes controlarte cuando es directamente de un cuerpo. — Lo sé, mamá. No volverá volverá a pasar. ¿Puedes prepararle algo de comer a Rubí? Preferiblemente carne, aunque sea de desayuno. Mi madre sonrió de forma elocuente y divertida, al escucharme. No entendí que dije que fuera gracioso o divertido. — Miraré que tenemos, me alegra ver de nuevo tus emociones, Luke. Veo que vuestra relación va viento en popa. — No exageres mamá – me sentía avergonzado. Aun no entiendo me sonrojo al saber que mi madre piensa que ella y yo somos pareja. Pero no me quedaba de otra, mi madre se imaginará que hemos hecho de todo en mi cama, como los dos adolescentes que somos. Si le llego a decir que es solo mi amiga, me montaría un escándalo terrible, por dormir con ella. Algo a lo que no le veo sentido, pero tampoco puedo quejarme y en cierto modo, puedo entender que para ella sea raro que dos adolescentes duerman juntos, sin que tengan sexo. Y viendo que la última vez Rubí estaba literalmente desnuda y solo le cubría una camiseta mía… Sería raro para ella que no fuéramos nada. — Volveré a la habitación. Mamá, hoy no vayas a trabajar, Nam me dijo que hoy no fueras. – Era mentira. Yo haría el turno, porque no quería que ella estuviera allí hoy. Soy consciente de los abusos de poder que sufre por mi padre, él se aprovecha de ella. No sólo en el ámbito laboral, también estoy seguro que en el s****l y a la hora de alimentarse. Por eso el miedo de mi madre, a que me alimente de Rubí. No quiere que Rubí se vuelva una simple comida, como lo es ella de mi padre. Ella no se opuso, siguió buscando las cosas para preparar el desayuno de Rubí. Volví a mi habitación, la chica dormía plácidamente, despanzurrada boca abajo en mi cama. Me hacía gracia verla toda despeinada y abrazada a mi almohada. Esto merece otra foto para el álbum que venderé por Tik tok algún día. Seguro que en un futuro me servirá. Tomé asiento en mi escritorio, saqué mis libros y me puse a estudiar. Pronto serían los exámenes y debo tener buena nota, para seguir en el Goya. 🥀🥀🥀 Llevaba como un hora estudiando, cuando escuche a la chica bostezar y empezar a moverse. Me giré en la silla giratoria y la observé con detalle, mientras me cruzaba de brazos. La chica bostezaba aún con los ojos cerrados, me contagió el bostezo. El tiempo parecía detenerse cuando la miraba. Era algo superior a mi, juraría que podría pasarme horas y horas en silencio mirándola hacer cualquier estupidez; como en este instante. La chica de cabello alborotado abrió sus ojos, encontrándose con los míos. Sus mejillas coloradas me dejaban en claro, que no contaba con despertar bajo mi atenta mirada. — ¿Qué me miras? ¿Cuánto llevas mirándome? Me levanté decidido y me acerqué lentamente a la cama, subí en esta y me tomé la libertad de pasar uno de mis brazos por encima del estómago de la chica, mientras me dejaba caer en la cama, a su lado. — Digamos que madrugue para poder hacerte fotos y venderlas… Necesito hacer camisetas con tu cara, eso debe venderse bien. — ¡No seas tonto! – La chica dio un pequeño golpe en mi hombro, sonreí cómo idiota mientras la miraba. – ¿Quién querría ver mi cara todos los días? Dudo que a alguien le gustará. — Yo, yo querría. – Ella me miró confundida. A veces pienso que Rubí tiene una autoestima de mierda. Pero lo finge tan bien delante de los demás. Me acerqué más a ella, para poder susurrar sobre sus labios, me fascina verla nerviosa – Me encantaría despertar cada mañana y lo primero que pueda ver, sea tu cara y tu horrible peinado. Podía sentir como su respiración entrecortada y las pulsaciones de su corazón aceleraban por segundos. Eso hacía que me entrará hambre; más bien, sed de sangre. No puedo controlar mis colmillos, se que ahora los debe estar viendo. Ya que su vista está completamente fijada en mis labios. Lo entiendo, me pasa lo mismo con los suyos… Quiero besarla, muero por hacerlo, pero no es el momento. ¿No es el momento? No sabría explicar porque no es el momento… Tal es porque me asusta hacerlo. Soy consciente de lo complicada que es la vida de Rubí y lo que ha pasado. Dudo que ahora mismo quiera saber de chicos y siento que no está cómoda cuando otros chicos se acercan a ella con intenciones de tener algo. Conmigo es diferente, supongo que no ve me como una amenaza o confía en mí. Es tan complicado para mi ¡Dios, deseó besarla!
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