No puedo negar que Sunwoo tenía su encanto, pero no era Min Luke. Su coqueteo era bastante directo y yo le daba bastantes largas.
— Podríamos quedar de nuevo otro día para cenar o algo.
— Amh… Sunwoo eres un chico genial, pero ahora mismo tengo otra persona en mente. No sé si me entiendes.
Intente ser lo más cuidadosa posible, no quiero que se moleste conmigo.
Él sonrió agachando la cabeza. Me inquiete un poco, al verlo levantarse de su asiento. Pero me sentí estúpida al ver que fue para recoger mi chaqueta del suelo.
La dejó en su regazo cuando tomó asiento de nuevo.
— Es por Luke ¿cierto? No soy tonto y ustedes son muy obvios.
— Estamos intentando algo…
— En realidad hacen buena pareja, son tan diferentes, que se vuelven extrañamente compatibles… Puede parecer que no, pero me alegro de que Luke encontrará a alguien. – Sus palabras me sorprendieron, según tengo entendido no se llevan muy bien – Lo conozco desde hace varios años, no somos los mejores amigos, pero es una buena persona y siempre que he tenido algún problema ha estado para mi.
— Luke es especial. – suspire pensando en él.
— Me jode, pero es cierto… aunque no quedemos en citas, ¿podemos ser amigos?
— Claro, somos lobos de manadas aliadas, somos prácticamente familia.
Admito que después me solté más y terminé divirtiéndome con Sunwoo. El se ofreció a llevarme a casa, pero debía reunirme con Jonan en un restaurante de la zona. Sunwoo terminó convenciéndome y me llevó en su moto.
Admito que me dio miedo, solo he montado en la moto de Jonan y fue en una ocasión, porque su coche estaba en el taller. Me despedí de Sunwoo con un abrazo y entré en el restaurante de comida rápida, donde ya me esperaba Jonan. Antes de sentarme, le envié un mensaje a Luke, para dejarle en claro que estaba bien, ya que tenía varios mensajes suyos.
Tome asiento frente a Jonan, quien ya había pedido las bebidas y la comida.
— Hola…
Note su "hola" un tanto raro. No sé en qué punto estamos actualmente, pero no estamos bien.
— Necesitamos hablar, Jonan.
Fui directa al grano. No había venido aquí a tener una cena amistosa. Vine para aclarar muchos temas pendientes.
— ¿Es por lo de nuestro matrimonio? – preguntó antes de sorber por la pajita de su bebida
— ¿Qué? ¿Qué dices Jonan? Hablo de la noche que murió Georgina.
— Oh… tu padre no te dijo el problema de nuestro matrimonio…
— ¿Qué problema? Eso se canceló hace más de dos años. – me crucé de brazos más que molesta. Había perdido hasta el apetito.
— Mis madres se enteraron de que tú y yo estuvimos juntos. Alguien les dijo lo de tu aborto y ahora se niegan de aceptar que no estemos juntos. – el chico imitó mi acción, cruzándose de brazos.
— No voy a casarme contigo, me da exactamente igual lo que digan tus madres.
— Son las leyes, Rubí.
— Las leyes me las paso por los ovarios ¿Escuchaste? No voy a casarme contigo y punto. – Fui tajante.
El bufo, para después empezar a comer su hamburguesa.
— ¿Qué es lo que querías saber de la noche que murió Georgina?
— ¿Dónde me encontraste?
— ¿Estás segura de querer saberlo?
— Necesito saberlo. Necesito saber que paso.
— Bien, te contaré todo. – se acomodó la sudadera y pegó su espalda al respaldo. – Fuimos juntos a la fiesta, pero luego allí nos alejamos. Yo me fui con Yug y tú te fuiste con Zack. Recuerdo que no volví a verte más, hasta después de las tres de mañana, cuando me llamaste por teléfono. – el chico me mostró el listado de sus llamadas de esa noche, mi nombre estaba ahí, justo a las tres y cuarto de la mañana. – te recogí en coche, ya que la fiesta era literalmente a una calle del Goya. Estabas sola y sentada en las escaleras de la entrada.
— ¿Qué hacía allí?
— No lo sé, lo único que me dijiste es que Zack se asustó y se había transformado en zorro. Por eso estabas sola, te volví a llevar a la fiesta, ya que insistias en volver y ahí es cuando grabaron el video de ti y tu actitud cambió bastante en ese punto de la fiesta. Luego ya te llevé a mi casa y tuvimos una noche de lujuria y pasión.
— Necesito saber que paso en el Goya, porque fui allí.
— Según se, fuiste porque alguien te citó allí. Lo mismo pasó con Zack y supongo que con Georgina… Por favor centrémonos en nuestro futuro. Rubí es lo mejor para nuestras manadas casarnos.
— Pero no es lo mejor para mi. Es egoísta que pienses solo en lo que quieres tu, Jonan. No soy imbécil, tú debiste contárselo a tus madres. – Estaba más que enfadada, quería irme ya de allí.
— Te lo juro, yo no sé lo dije. ¿¡Por qué mierda querría contárselo!? ¿Sabes la bronca que me llevé? Conociendo a mi madre, ya deberías saber que jamás le contaría lo que pasó, porque las consecuencias serían terribles para mí. No sé quién les contó lo que pasó, ni cómo, ya que a mi apenas me hablan ahora mismo.
— ¿Si no fuiste tú, quien fue?
— No lo sé, lo único que tengo es un mensaje de un número desconocido que me pide que haga todo lo posible por separarte de Luke. – puso de nuevo el teléfono sobre la mesa.
Los mensajes eran como los de H, así que, deduzco que son de la misma persona.
— ¿Cuánto tiempo llevas recibiendo sus mensajes?
— Desde que murió Jaebong. En esa fiesta debía gritarte y llamarte de todo, pero no lo hice y Jaebong murió. Según él, lo hizo porque no obedecí.
— Tu también eres un simple juguete para él…
— ¿Para quién?
— Para H. Todos estamos a su antojo, nos manipula. No podemos hablar aquí, el lunes nos reunimos de nuevo en mi casa y allí hablaremos, debo irme, ya es tarde. – me levanté y él imitó la acción agarrando su teléfono.
— Te llevo a tu casa.
— No, voy a casa de Luke, me estoy quedando allí.
— Ah, entiendo… Puedo llevarte igualmente, este barrio es peligroso.
Suspire profundamente mientras salía del local – está bien, acepto porque me da pereza caminar.
El chico me regaló una de sus adorables sonrisas, me abrió la puerta de copiloto de su todoterreno y después entró en la parte del doctor. Apenas tardamos en llegar al edificio de Luke.
— En verdad siento todo esto. Me gustas y me enferma verte con Luke, se que casarnos no es lo adecuado. Pero sentí que era la única forma de no perderte…
— Jonan me perdiste el día que te largaste, dejándome tirada… Lo siento, pero quiero estar con Luke y nada cambiará eso.
Le di un último vistazo y baje de su coche, para entrar directamente en el edificio. Esto realmente me duele, porque él lo fue todo para mi, era mi mejor amigo, mi apoyo. Y me abandonó dándome a entender que yo no era nada para él.
Entré en casa de los Min, después de que me abriera la puerta la señora Ahn. Me sentía muy mal y necesitaba un abrazo, no dude en dárselo a la mujer. La pilló desprevenida, ya que tardó unos minutos en corresponder.
— ¿Oh Rubí que te paso?
La mujer dio leves palmaditas en mi espalda, para tranquilizarme. No me sentía mal o algo así, pero necesitaba un abrazo. Fue reconfortante.
Cuando conseguí relajarme tomé asiento con la señora Ahn en el sofá. Me comentó que Luke había salido a comprar la cena y a reunirse un momento con Nam.
Pero Luke tardó demasiado en traer la cena. Tanto que la señora Ahn se fue a dormir y Jae imitó su acción después de tomarse un batido de sangre y vainilla.
Esperé tumbada en el sofá, mientras veía un extraño programa de parejas de especies diferentes. Estaba entretenido y no podía dejar de comer palomitas, era adictivo.
Tanto que no me di cuenta cuando Luke entró por la puerta. Me asusté cuando se dejó caer sobre mi.
— ¡Oye! Me asustaste, tonto.
— Eso pretendía. Traje cena, tarde, pero la traje.
— Tienes suerte de que siempre tengo hambre… ¿Qué compraste?
— Alitas de pollo, son las mejores del barrio.
Y así es como mi apetito creció, tanto que de un gesto lo quité de encima de mí. Para ponerme a comer.
— Creo que ya puedo afirmar que me abandonarías por comida.
— La comida es necesaria para vivir, sin embargo, las personas vienen y van… Creo que eso no es lo que querías oír.
— Prefería que me dijeras algo bonito, pero no te juzgo, a mi me pasa lo mismo con la sangre… ¿Qué tal tu "cita" con Sunwoo? – preguntó formando comillas.
— No estuvo mal, hemos quedado de nuevo otro día, para comer. – admito que quería molestarlo.
— Rubí, yo soy tu pareja, no puedes tener citas con otros. – se quejó cruzándose de brazos tal cual niño pequeño.
— Ya no te enfades pequeño Min, solo quedamos como amigos… También me reuní con Jonan. – Esta última frase, le hizo ponerse nervioso. Se acomodó mejor en el sofá, cortando la distancia entre nosotros y creando un espacio más confidencial.
— ¿De qué hablaron?
— Creo que es mejor que hablemos en la habitación – susurré al ver a Jae salir de su habitación para ir al baño.
— cierto, vamos a la cama. – ordenó retirando y comida de la mesa.
— ¡Pero estoy viendo el programa! Estefania le está poniendo los cuernos a Christopher, el pobre va llorando por los rincones de la casa. Y qué decir de Andrea, solo mirala.
— Lo sigues viendo en la habitación, pero vamos a la cama… no se como pueden gustarte esos programas.
Lo seguí a regañadientes, al final no me puso el programa. El me engaño. Me hizo sentar en su cama, para después quitarse la camiseta bajo mi atenta mirada, porque él me pidió que le mirara. ¿A dónde quiere llegar? ¿Es alguna clase de prueba o ritual de vampiros?
— Empezaremos tus clases de anatomía, mientras te enseño, me contarás qué pasó con Jonan.