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2224 Words
Me levanté temprano, no conseguía dormir más. Eran las diez de la mañana, estábamos a sábado, me sentía cansada a pesar de haber tenido dos días de puente por la huelga escolar. Luke dormía como un bebé, mantenía su boca entreabierta. Se me hacía muy tierno. Y debo decir, que me encanta despertar a su lado. Deje un pequeño beso en su mejilla y pase por encima de él con cuidado, para bajar de la cama. Fui primero al baño, me aseé y aproveché para lavarme los dientes. Ya tengo un cepillo de dientes en su casa, creo que esto va bastante en serio. Cuando salí, me crucé justo con la señora Ahn. Me quedé un poco pillada, no sabía cómo reaccionar ante ella. Anoche me pasé horas llorando, esa mujer sabe escuchar muy bien y me recordó a mi madre. No sé exactamente porque sentí la necesidad de comentarle lo que me inquietaba de las pruebas que me hizo el ginecólogo. No le conté lo sucedido con Jonan, pero ella ya era consciente de la última vez que tome la dichosa pastilla. La mujer me sonrió, mientras señalaba el pasillo para que la acompañara a la cocina. Obedecí pasando por delante de ella. — ¿Quieres desayunar? — Me basta con un poco de café, no tengo hambre. La mujer me miró extrañada. — ¿Te encuentras bien? Es extraño que un lobo no tenga hambre. — Estoy un poco nerviosa, entre hoy y el lunes me llamarán por los resultados… estoy impaciente por saberlo de una vez. — Estoy segura de que todo saldrá genial, Rubí. Podrás ser alfa sin ningún problema, ya lo verás. La mujer me dio un abrazo y me obligó a comer por lo menos unas galletas con el café. Esa mujer me transmite seguridad. — Iré a hacer unas compras. – comentó mientras se ponía el abrigo. — Esperé, voy contigo. La mujer me dio una cálida sonrisa, me cambié rápidamente sin hacer ruido y salí a comprar con ella. Debo decir que es una mujer muy divertida, además de ser muy joven. Me comentó que empezó a cuidar de Luke y Jae cuando ella tenía dieciséis años. Me contó muchas cosas de la infancia de los tres Min, solo que Geum se fue pronto de casa y era más mayor. Me comentó que ella trabajaba ejerciendo de prostituta en el club al principio, ella conoció a la señora Min. Fueron muy buenas amigas y la señora Min cuidó mucho de ella. Pero falleció y eso los dejó a todos devastados. Según ella, Luke comenzó a trabajar en el club con apenas catorce años. En años vampiros serían ciento catorce años. No sé exactamente cómo se cuentan los años en vampiros, pero está claro que no es como los hombres lobo o los humanos. Después de la gran compra que hicimos, la cual insistí en pagar yo. A ella le costó aceptar, pero soy buena convenciendo. Al llegar a casa, ella insistió en guardar las cosas de la compra y en preparar la comida. Volví a la habitación, donde Luke seguía durmiendo. Para ser un vampiro es muy dormilón. Pase de nuevo por encima de él, pero está vez no caí en que él podría estar haciéndose el dormido. Aferró sus brazos a mi cintura alta, dejándome atrapada entre sus brazos. — Me dejaste solo… – abultó sus labios formando un puchero adorable. — Acompañé a tu madre a comprar, solo fue una hora y pensé que dormías. — en realidad estaba despierto cuando te cambiaste, no me quejó de las vistas que tuve. — Eres un pervertido – sonreí de forma traviesa, mientras daba un pequeño toque en su nariz. Con solo un simple movimiento, consiguió que quedara debajo de él. Luke es todo un travieso y como tal, adora jugar. Lo que me sorprendió, fue su atrevimiento a la hora de besarme. Normalmente siempre empieza tentando, pero tarda en dar el paso. Es como que intenta ver si me niego o algo. Pero esta vez fue directo. Lo que empezó siendo un beso travieso, terminó convirtiéndose en un fogoso beso con lengua. El chico aprovechó los segundos en los que recuperabamos el aliento, para deshacerse de su camiseta. Deduzco que en busca de contacto físico. Volvió a acomodarse encima de mí y continuó con los besos intensos. No sé a dónde quería llegar, pero tampoco iba a pararlo, porque me estaba gustando. Pero todo tiene su límite y en cuanto lo noté más animado de lo normal tuve que frenarlo, no es momento de avanzar tanto. Puse fin al beso cuando sus manos decidían dejar de explorar la parte de arriba de mi cuerpo, para ir a la de abajo. — Va-as muy rápido… – susurre con la voz entrecortada, por la falta de aire. Él me sonrió arrugando su nariz. Su respiración estaba tan acelerada como la mía, pero seguía siendo un travieso. Una de sus manos se mantenía en mi trasero, no recuerdo en qué momento consiguió llevarla ahí. — Me emocione un poco de más. — No puedo negarte que yo también quiero ir a más, pero quiero hacerlo bien… ¿entiendes? Quería hacer las cosas a su tiempo, no ir demasiado rápido y joder la relación. — Lo entiendo… Pero sabes que hay todo un mundo en el sexo, ¿verdad? No solo se basa en la copulación tradicional. — ¿Copulación? ¿Qué es eso? – admito que no tenía ni idea en este ámbito. Mis únicas experiencias fueron con Jungkook. Ni siguiera se que hicimos, solo seguí sus pasos. — Me refiero a lo básico, la penetración simple y ambigua… que no sepas lo que es, me deja en claro que no tienes ni idea. Lo que dijo aumentó mi curiosidad, había tantas cosas que no sabía. Eso me llevaba a pensar en que me estoy perdiendo muchas cosas. — ¿Puedes ser mi profesor de vida? Me siento perdida y creo que necesito un refuerzo, para entender lo confusa que es la vida. — Estaré encantado de darte clases de refuerzo, pero también habrá clases de práctica… Empecemos por el sexo, se que lo que te asusta es el hecho de quedar embarazada, pero hay muchas más formas de hacerlo, sin necesidad de que mi amigo entre ahí. No pude evitar sonrojarme con sus palabras, él era tan directo. Y a mi me daba un poco más de pudor estas cosas. Es irónico, porque normalmente soy yo la directa. Tuvimos que ponerle fin a nuestra conversación, al escuchar como llamaban a la puerta de la habitación. Luke se levantó utilizando su velocidad vampírica y abrió la puerta. Jae apareció sonriente por esta. — Ya está la comida, no tarden en venir. Los dos nos preparamos y comimos con su madre y Jae. Durante la comida, me quedé en silencio mientras ellos hablaban de cosas cotidianas. La verdad es que de mi cabeza no salía la preocupación y el estrés que me producía la espera de los resultados. Lo peor es que solo me dijeron que llamarían entre hoy sábado y el lunes. Si no llaman hoy, me tocará estar todo el domingo con la cabeza llena de preocupaciones. Después de la comida, nos quedamos de nuevo en su habitación. Hoy estaba complicado salir, ya que llovía bastante fuerte. Luke estaba sentado en la silla de su escritorio, de hecho llevaba un rato jugando online con Jack y ahora también con Zack, a quien añadió a su pequeño círculo de amigos. Lo miraba aburrida desde la cama, pero él insistió en que yo debía estudiar, porque voy retrasada en algunas clases. Es cierto que últimamente dejé un poco de lado mis estudios, pero las situaciones que estoy viviendo no ayudan mucho a concentrarme. Lo que peor llevo es economía y el profesor no ayuda a concentrarme. Con la historia de los centauros voy horriblemente mal y ni qué decir de las clases de ciencias de lo sobrenatural. Son tantas especies diferentes y tantos temas, que mi cabeza no logra procesarlos. Me canse de estudiar y él no dejaba de reírse por algo que debían decir Zack o Jack. No puedo escucharlo, ya que lleva puesto los auriculares para no molestarme. Pero me molesta más no saber qué dicen. — No jodas Jack, eres un cerdo. – Comentó Luke, riendo. ¿Por qué es un cerdo? ¿¿Qué dijo?? Me estresa no saber de qué hablan. Me levanté de la cama, dejando a un lado los apuntes. Me acerqué al escritorio y me tomé la libertad de subirme al regazo del chico, pillándolo completamente por sorpresa. No dije nada, me limité a abrazarlo y a dejar mi mejilla apoyada en su hombro. Sentí como dejó un pequeño beso en mi cabeza y siguió jugando con los otros dos chicos, pero está vez conmigo achuchandolo. Es algo primitivo, los lobos necesitamos sentir la calidez, por eso somos un tanto pesados y soy consciente de que puedo llegar a ser un grano en el culo para él. Pasó un rato más jugando, sinceramente no sé cuánto, ya que me quedé dormida en sus brazos. Cuando desperté, él estaba mirando fotos del Goya en la pantalla de su ordenador. — ¿Qué buscas? – me froté los ojos, mientras bostezaba. — Estoy calculando como Georgina llegó a los vestuarios, si estaba con vosotros en la primera cancha de la entrada. Algo más pasó en esos quince minutos después del video. — Creo que debería ir a ver a Jonan, le llamaré después. Ahora debo ir a reunirme con Sunwoo Al decir la última frase, el chico me aprisionó con sus brazos, para no dejarme ir. — No puedes ir con ese idiota, Rubí. — Ya le di muchas largas y me gusta cumplir con mi palabra, Luke. Solo saldré a tomar algo con él y después llamaré a Jonan. Así me quitó dos pájaros de un tiro. — Pero soy tu novio, no tendrías que tener citas con otros. — ¿Mi novio? ¿Desde cuándo? No recuerdo qué me lo pidieras. – sonreí, mientras tocaba su mejilla para molestarlo. — ¿Debía pedirlo? Pensé que afirmandolo tu en la cafetería ya lo éramos directamente. — Soy Rubí Wolf, debes conquistarme, Lukie. No soy una chica fácil, así que, espero que te lo curres. – deje un pequeño beso en sus labios y baje de su regazo. – Debo irme, después te llamo. — Llámame en cuanto termines con Sunwoo, iré a recogerte. Prefiero que duermas aquí, tu padre me envió un mensaje antes, no llegará a casa, hasta el lunes. — ¿Ya te mensajeas con mi padre? Woh si que vas en serio con el señor Wolf. – Bromee. Empecé a buscar algo de ropa más adecuada para una salida en la tarde noche. Subí la bolsa con mi ropa a la cama de Luke, para que fuera más rápido buscar lo que quería. — Tu padre es un hombre agradable, creo que ya somos amigos. Sentí cómo me abrazó por la espalda. Me gusta ver que él también es cariñoso conmigo y que no se corta con las muestras de afecto. — Nunca dije lo contrario, admiro a mi padre muchísimo. Y tu le agradas mucho. — Creo que deberías confiar más en él, es un hombre muy comprensible. — Lo sé, el problema es que no quiero decepcionarle. Siento que él ya tiene suficientes problemas a su espalda, para tener que aguantar también los míos… – saque de la bolsa unos jeans azules, con algunas roturas en las piernas. Cuando encontré el top que buscaba, me giré para poder mirar al chico a la cara. Sus brazos seguía rodeándome. — Debo irme, Lukie. — No quiero que te vayas, me inquieta saber que no estaré si te pasa algo. — Todo estará bien, solo me iré por unas horas y prometo llamarte. El abultó sus labios formando un adorable puchero. No pude resistirme y terminé besándolo. Pero no conté con lo travieso que es, me levanto en brazos aún besándonos y pego mi espalda a la pared, para impedir que me escapara. No puedo negar que adoro cuando él toma las iniciativas de estos momentos. Lástima que esta vez tuviera que durar tan poco. Me cambié rápido de ropa y me despedí del chico que volvió a sentarse en su silla enfadado porque no consiguió convencerme de no ir a la supuesta cita con Sunwoo. Le di otro pequeño beso y salí de la habitación, también me despedí de la señora Ahn que estaba en la cocina y por fin salí de la casa de los Min. Ya iba tarde a reunirme con Sunwoo, por suerte estaba cerca el bar donde habíamos quedado. Cruce algunas manzanas del barrio y llegué al bar con escaparate de todos blancos y negros. Entre en el bar llamado SoYoKo, no tardé en ver al chico en la barra. Llevaba una camiseta de manga corta, que dejaba ver los tatuajes de sus brazos. Me acerqué a él un poco nerviosa, él al verme me sonrió y nos dimos un pequeño abrazo. Me ayudó a subir al taburete y deje mi bolso en la barra. — Me alegro de poder reunirme contigo, Rubí. – me sonrió ampliamente pasándome la copa de vino que pedí.
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