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1175 Words
Después de una charla con Wonho, volví a clase. Me llevé un tremendo sermón por parte de la profesora. Estaba sentada junto a Lena, quien me pasó los apuntes que había hecho en mi media hora de clase. Lo peor llegó en la siguiente clase. El primer examen del día, y fue horrible. No recordaba nada y la vista se me nublaba cada vez que intentaba pensar o centrarme en una pregunta. Creo que hice el peor examen de mi vida. Y lo peor es que no me importaba una mierda. Estaba sentada en las gradas, replanteándome mi vida y sintiéndome la puta ama por llevar gafas de sol. Mi estado emocional estaba en limbo, a ratos me entraba la risa tonta o me daba por llorar. Miraba a Wonho jugar baloncesto con Luke y con Zack. Quien dejó de lado su grupo junto a Jim, para adaptarse al nuestro. Mi vista se centró en Park Jim, quien estaba en la otra cancha, con Jonan, Yug y Sam. Los cuatro competían por meter el balón en la canasta, como si de orangutanes se tratase. Tenía unas inmensas ganas de romperle las pelotas ahora mismo. Me estaba conteniendo, pero notaba como mis uñas de lobo luchaban por salir. Me arme de valor y me levanté dispuesta a enfrentarlo. Sentí las miradas de los tres chicos que estaban conmigo, mientras me alejaba. Estoy teniendo un día de mierda y encima estoy súper enfadada debido a lo que me contó Luke. Hace un rato, mientras estaba guardando las cosas en mi taquilla, el chico me comentó lo que descubrió anoche con Jack. ¿Quién estaría dispuesto a drogarme con tal de que hiciera el ridículo? No lo tengo claro, pero Pack Jim me deja pensando mucho. ¿Y si lo hizo para humillarme y subir el video? El vampiro se giró hacia mí, me observó con aires de superioridad y terminó por sonreirme, como si mi simple existencia le hiciera gracia. No me achante ante él y su grupito de niñas mimadas. Me tomé la libertad de dar un paso más al frente y señalarlo con el dedo. — ¡Tú, cabeza almendra sin neuronas! ¿Eres imbécil o que? A su dichoso grupito le hizo gracia mi actitud. No sé qué ven de gracioso. Me estaban enfadando más y más, mi enfado se iba sumando al terrible dolor de cabeza que aún se mantenía fijo en mi cabeza. — No se de que te ríes, idiota… Voy a denunciarte por difamación y por publicar un video en el que aparezco sin mi autorización. Tenía intención de alejarme, antes de que mi enfado fuera a más. Pero él empezó a hablar, frenando mi paso. — Ya eres viral querida… aunque lo borre o me denuncies, seguirás estando en la red. Además de dejar en claro a todos que estás muy necesitada… – Mis gruñidos iban aumentando conforme él seguía hablando y soltando mierda – ¿No es vergonzoso para tu familia verte en ese estado? Es denigrante y estoy seguro de que a tu manada no le gustará verte suplicar por tener sexo. No podía reprimirme más, mi lado más salvaje estaba por salir. 🥀🗡🥀 Punto de vista de Luke Miraba atentamente la escena tan denigrante por parte de Park Jim. Ese tipo me da asco, no lo soporto. Rubí apretaba sus puños con fuerza, mientras le daba la espalda al vampiro que sonríe como triunfador. Ella no lo soportaba más y yo era consciente de lo acelerado que estaba su pulso, podía sentir como su corazón palpitaba. Eso me daba hambre, pero debía mantener la compostura. Cosa que Rubí, no consiguió. La chica se transformó completamente en lobo y se lanzó sobre el vampiro intentando morderlo. Era la primera vez que veía a Rubí de ese modo y tampoco sabía cómo meterme. Jonan se me adelantó, él también se transformó. Ambos lobos empezaron una guerra de gruñidos que no entendía. — ¿Sabes qué están diciendo? – Pregunté a Wonho dándole un leve codazo. — Rubí quiere comerse a Jim, pero Jonan intenta convencerla de no hacerlo por las consecuencias que eso tendría. Osea una gran sanción y expulsión por una semana. – Me asustaba su tono tan pasivo y tranquilo. Rubí está por devorar la cabeza de Jim y él se está riendo y haciendo fotos. Supongo que hay emociones que aún no logro entender del resto. Me centré de nuevo en los dos lobos, Rubí parecía más tranquila pero seguía queriendo devorar a Jim. — Creo que Jonan no conseguirá frenar sus ansias de devorarlo… Rubí es muy cabezota. — Tendré que actuar. – Respire profundamente y caminé con paso firme hasta el lobo de tonos marrones y blancos. Tuve que sacar mi fuerza de vampiro para poder levantarla en brazos. Me aleje del Goya con el lobo en mis brazos de una forma extraña. Tuve que parar porque la gente me miraba raro por la calle. Lógico, no es muy normal ver a un chico caminar con un tremendo lobo en brazos. La deje en el suelo, junto a la puerta de una de las pequeñas tiendas de mascotas del barrio rico. — Quédate aquí o me enfado, Rubí. – ordené tajante, mientras la señalaba con el dedo. Entré en la tienda a toda prisa y compré un collar y una correa. No podía llevar a Rubí suelta, porque me multaría la policía. Es lo malo de convivir con humanos, debemos seguir sus reglas si no queremos problemas con ellos. Es mejor pasar desapercibidos y fingir que Rubí es mi mascota. Al salir le puse el collar y la correa. Espero que no se enfadé conmigo por esto. Encima me gaste un pastizal en la maldita tienda por un mísero collar y una correa. Caminamos en silencio hasta su casa, lógico, ella no podía hablar. Pero notaba sus emociones. La chica no estaba bien, sus orejas se mantenían bajas y su cola me indicaba que estaba mal. Al llegar a su casa, subimos directamente a su habitación y ella subió a la cama. Lo que no esperaba, era que volviera a su forma humana delante de mí. Me tapé los ojos, para no incomodarla. Luego recordé que es rubí y que le da exactamente igual. Me quité la mano, pero aún así, intenté no mirar de más. La chica se abrazaba a sí misma, mientras lloraba en silencio. ¿Cómo debía actuar? Me dejé llevar por lo que creí que debía hacer. Fui a su vestidor y busqué algo para que se pusiera antes de nada. Vi una de mis camisetas anchas y lo tuve claro, le llevaría eso. Me acerqué de nuevo a ella y con cuidado le quité el collar de perro que le había comprado antes. Lo dejé a un lado y me centré en ella. Sin hablar nada, me encargué de ayudarla a ponérsela y después tome asiento a su lado, mientras la abrazaba. Ella me rodeó con sus brazos, dejándome apoyar mi barbilla sobre su cabeza. Odio verla mal.
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