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1335 Words
Por más reales que sintiera sus palabras, eso no quitaba mi sentimiento de culpabilidad. No solo por haber discutido con ella, si no, por el accidente en sí. Sigo creyendo que no fue un accidente, alguien lo provocó. Y sospecho que a quien querían ver en ese coche, era a mi. Era mi horario, mi madre volvía a casa supuestamente después de haberme recogido de mis sesiones con el psicólogo, por el accidente de Sanghyun. Pero me escapé con Jonan, me salte la sesión pensando que por él, me apoyaría y me escucharía. Pero no fue así, solo me quiso para complacerse. Más tonta fui yo, que accedí. Vi como el chico de mi lado se quitaba la camiseta y la tiraba hacia las tumbonas de atrás nuestro. No me sorprendió cuando se levantó y se quitó los pantalones, quedando en calzoncillos, es Jonan, le he visto en pañales. Y nos hemos acostado, ya nada me sorprende de él. Entre él y yo, no puede haber vergüenza. Esa palabra no existe para nosotros. Recuerdo cuando nuestros padres nos enviaban a campamentos de verano, con unos diez años. A él le daba miedo ir al baño y dormir solo, por eso la mayoría de veces se escapaba por la noche a mi cabaña y dormíamos juntos o me tocaba acompañarlo al baño del campamento. Joder, no podemos tener vergüenza, le visto cagar. Por no hablar la vez que pasamos la varicela juntos, nunca pensé que sería tan divertido. Antes la madre de Jonan viajaba más y él pasaba mucho tiempo en mi casa, literalmente llegaba a quedarse semanas enteras durmiendo aquí… Me jode tanto que todo se fuera a la mierda. El chico de pelo castaño y tatuajes en su torso, se lanzó al agua, salpicando me entera. Maldije por lo bajo, pero me seguía callada cuando agarró mis pies. Negué con frenesí, suplicando que no hiciera lo que creo que iba a hacer. – No, Jonan… No lo hagas ¡suéltame! – grité antes de terminar dentro de la piscina y entre sus brazos para no ahogarme. – ¡Eres un idiota! – Grité de nuevo, mientras me quitaba el agua de los ojos, para poder abrirlos. – ¿¡Cómo se te ocurre hacer algo así!? ¡Eres un tremendo burro! – seguía maldiciendo le, mientras le daba pequeños golpes en los hombros, para que me soltara. — Ya te hacía falta un baño… – Su tono de voz divertido no podía faltar. — Ahora vamos a oler a perro mojado. – El no pudo aguantar su risita – Encima, mojaste mi ropa. — Eso es cierto, quítate la ropa, la pondré a secar, mientras jugamos con el agua. — No, no, no. Déjame salir. — No quiero… – Su estúpida sonrisa traviesa, era adorable. Pase una hora y media jugando con Jonan en el agua. La verdad es que me olvidé un poco de todos los problemas que tenía en la cabeza. Jugar en el agua, como cuando éramos niños, me hizo más ameno el día. Iba con una toalla enrollada en el cuerpo, y Jonan la llevaba a la cintura, mientras subíamos a mi habitación. Por el pasillo nos encontramos a Izan. — Jeon, me alegro de verte en casa. – se dieron un apretón de manos extraño. — Pensé que llegarías tarde a casa, por lo que dijo Ari. — ¿Ari? Llevo dos días sin ver, ni hablar con Ari. – los dos nos quedamos en silencio. Pero él volvió a hablar. – Voy a pedir comida ¿Quieren algo? — Pollo, me apetece pollo. – Se adelantó en decir Jonan. — Pues pediré pollo. Los espero abajo en la sala. Me pareció raro que mi hermano fuera tan amable, pero soy consciente de que tiene una buena relación con Jeon. Entramos en mi habitación, necesitaba una ducha para quitarme el cloro de la piscina. — ¿Nos duchamos juntos? Para ahorrar agua… Entre cerré los ojos mientras negaba con la cabeza. El chasqueo la lengua mientras se quitaba la toalla. — Ve al baño de Izan y coge ropa de él, ya sabes donde está todo. Salió de mi habitación a regañadientes. Me di una ducha rápida y busqué un atuendo adecuado para salir con Somi, Lena y algunas chicas más del Goya, en la tarde. Vi hace nada que tenía un mensaje del grupo que comparto con ellas y está tarde harán una fiesta en casa de Georgina Sanders. Apenas tengo relación con ella y su grupo, de hecho, lo último que recuerdo con ellas, eran sus burlas por mis muslos. Necesito un escote hasta el ombligo, para joder a esas sirenas con aires de superioridad. Busque en mi armario un body de esos que son algo incómodos porque son demasiado apretados, por hoy me jodere, porque más las jodere a ellas. Conjunte el body n***o, con una falda corta. Para que se vea que sus comentarios sobre mis muslos, me dan totalmente igual. Aunque por dentro, tenga miles de inseguridades, debo aparentar ser fuerte. Como dice mi padre, comes o te comen. Así es la naturaleza, nosotros lo sabemos más que nadie. Terminé de maquillarme de forma sutil, no me gusta utilizar demasiado, más que nada por la pereza que me da tener que quitarlo después. El pelo lo llevaba suelto y mis tacones no pueden faltar, son un gran arma de combate y lo primordial para las chicas del Goya. Baje a la sala, donde ya estaban Jonan y mi hermano con la comida en la mesa. Los dos hablaban de forma entretenida. Tomé asiento en el sofá, llevándome la mirada de ambos. — Con ese escote podrías matar a alguien… – ambos chicos empezaron a reírse. — No seas estúpido Izan. – agarré un trozo de pollo y me lo lleve a la boca – Saldré ahora con las chicas, van a dar una fiesta y debo estar. — Voy contigo, no me importa que te quejes, igualmente iré contigo – sentenció agarrando otro cacho de pollo. Puse los ojos en blanco y me centré en comer. Me mantenía en silencio, mientras ellos dos hablaban. — ¿Crees que pueda apuntarme a boxeo? Me gustaría hacerlo, pero no sé si es un deporte para mi — Claro, no pierdes nada por intentarlo Izan. Cansa bastante, pero es una buena forma de perder energía en el día. Más tú, que eres hiperactivo. — ¿Me darías unas clases, cuñado? ¿Cuñado? ¿Cómo qué cuñado? ¿Qué me he perdido? Hacía bastante tiempo que no escuchaba a mi hermano llamar así a Jonan. Antes lo hacía bastante, porque adoraba a Jeon. Siempre lo ha mirado como un ídolo al que seguir, pero cuando Jonan se fue, Izan se empezó a juntar con personas que no debería. Y Jonan quedó en un simple recuerdo para él. Pero ahora que ha vuelto, supongo que Izan quiere recuperar la amistad que tenían de antes. — Claro, mi madre estará encantada de que pase más horas entrenando, mientras te doy clases. A Jonan poco le importaba el apodo utilizado por mi hermano. Ya estaba acostumbrado a él, y siento que le gusta. La comida terminó y con ella la charla entre mi hermano y mi ex mejor amigo, o lo que quiera que fuera. Salí junto a Jonan de casa, subimos al coche de este, y nos dirigimos a casa de Georgina Sanders. Nos dejaron entrar las personas de seguridad, vive en una casa bastante grande, pero no más que la mía o la de Jonan. Al entrar el ambiente ya me dejaba claro, que agusto no estaría. ¿Los adolescentes sólo piensan en sexo? ¿Por qué en las fiestas solo hay puros adolescentes salidos por todas las esquinas? Me preguntaba estas cosas mientras miraba atentamente como una pareja se besaba de forma fogosa junto a las escaleras. A mi mente vino el pensamiento de Luke y lo que pasó anoche ¿Por qué deseo que vuelva a pasar?
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