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1099 Words
Pasaron dos días desde la fiesta de Jake. No he visto a Luke desde esta. Pero se que estuvo en mi casa, la mañana que desperté con Jeon. Trajo mi bolso a casa y debió estar hablando con mi padre. Ha coincidido en que hoy justamente no fui a clase, no por algo grave, pero los problemas de las mujeres lobo son un poco más complicados que los de las mujeres a secas. Es una extraña mezcla entre lo que siente un lobo y lo que siente una persona mezclado. Cada especie lo pasa a su forma. Así que, esta semana no asistiré a clase, como el resto de mujeres lobo. A diferencia de los humanos, no pasa todos los meses. Sólo cada seis meses, algo también diferente a los lobos, que es una vez al año. Estos días son muy irritantes. Cambia bastante nuestras personalidades y nos volvemos demasiado afectivas. Algunas llegan a tener problemas para controlarse, ya que sale nuestro lado más salvaje, por así decirlo. Ya que literalmente la mitad del tiempo nos la pasamos transformadas en lobos. Justo lo que soy ahora mismo. Puedo pensar, pero no hablar, es frustrante. Punto de vista de Luke Me sentía mal por no haber podido ver a Rubí en estos días. Ha faltado a clase y no se si es por el video viral de ella en Tik Tok, es tendencia y tiene su propio Challenge. Tampoco es que yo haya tenido mucho tiempo, empecé a trabajar turno doble en el club de mi padre y ahora trabajo casi todas las tardes noche. Pero me jodia no saber cómo estaba. Además de joderme el hecho de que me importe tanto. Me atreví a presentarme en su casa, fue su padre el que me abrió la puerta. Le sorprendió verme, se hizo a un lado y me dejó pasar. - Te dejo pasar porque no eres un lobo. No entendí muy bien sus palabras ¿qué problema habría si fuera un lobo? No le tomé más importancia y seguí al hombre escaleras arriba. Paramos justo en su puerta, la cual estaba cerrada con candado. Me fijé que la de Ari, estaba igual. Me pareció algo turbio. - No la dejes salir y ten paciencia. Cualquier problema estaré en mi despacho. - me dio una pequeña palmadita en el hombro y se alejó. Ese hombre es tan raro... Entré en la habitación de la chica, cerrando la puerta tras mi paso. Un aullido hizo que me llevara un susto de muerte, lo siguiente que vi, fue como una bola de pelos me tiraba al sueño mientras lamía mi cara. Ahora entendí el "ten paciencia". - Rubí por favor, espacio personal. - Creo que la frase la entendió al revés, ya que no tuve espacio personal en ningún momento. Pude sentarme en su cama, pero el lobo no dejaba de restregarse. Lo peor era su lloriqueo, porque me hacía sentirme mal si no la acariciaba. Pero al acariciarla, sentía que la estaba tratando como un perro... Y tampoco quería que pensara eso. - No entiendo qué está pasando, no hay luna llena. El lobo estornudo, bajó de la cama a toda prisa y se metió en el vestidor. ¿Intenta decirme algo? Me sorprendió ver a la chica, ya como persona salir de este, mientras terminaba de acomodar el pijama que se había puesto rápido. Consistía en unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes. Me miró sonriente y literalmente se me tiró encima abrazándome. Demasiado contacto físico para mi. - Sigo sin entender nada. - Son los quince días de luna de amor. Es un nombre ridículo, pero así se llama. ¿Cómo le digo que sigo sin entender una mierda? - Ah si... no entiendo. - Es época de apareamiento, idiota. - Su mejilla seguía pegada a mi pecho, parecía que en cualquier momento traspasaria mi cuerpo de la tremenda presión con la que me tiene agarrado. - Ouh... Pensé que eso era un mito. - Ojalá lo fuera. - Me incomodaba que no dejará de suspirar y la cercanía entre nuestros cuerpos. Hay partes de mi, que no puedo controlar con tanto roce. - Estos días son estresantes y no puedo juntarme con otros lobos, solo con mi padre y con el idiota de mi hermano. - ¿Y con Ari? - No puedo, entre hembras está la rivalidad por convertirnos en la beta de la manada y por el territorio... Si nos juntamos lo más seguro es que nos peleemos y terminemos mal heridas. - ¿Y con tu hermano no hay problema, siendo un lobo, hombre? No entiendo muy bien el tema, siento las preguntas. La chica levantó su cabeza, subió un poco más, para dejar su barbilla en mi cuello. Me estaba oliendo, mientras sus brazos se aferraban a mi. No podía moverme y admito que me daba miedo hacerlo. Puedo ver claramente sus colmillos y no quiero que me muerda. - No, con él no hay problema. Los lobos sabemos distinguir lo que es la familia y entre hermanos no hay posibilidad de apareamiento, ni en el ámbito animal, ni siendo hombres lobo. - Comprendo... Lo que no entiendo qué puede pasar si te juntas con otro hombre lobo. - Lo más probable es que pasarán cosas un poco primitivas. Estos quince días son los más salvajes para nosotros... la verdad es que gracias a ti, pude volver a mi estado humano. Llevo una de sus manos a mi pecho, mientras dibujaba círculos invisibles. No sabía cómo actuar ante tanto afecto. No estaba incómodo, me gustaba estar con ella y sentir el calor de su cuerpo, realmente se nota mucho la diferencia de temperatura en ambos cuerpos. - ¿Es necesario que me olfatees? Osea, no me incomoda, si es lo que te hace feliz adelante. Pero tu nariz está literalmente pegada a mi cuello. - hueles bien... Lo siento, es por culpa de mis instintos. El olfato lo desarrolló mucho más y nos dejamos llevar. La chica separó su nariz de mi cuello, pero empezó a mirarme fijamente. - Amh... ¿Cómo llevas tu fama en Tik Tok? - No se que me sorprende más, que sea tendencia haciendo el ridículo en ropa interior o que tu veas Tik Tok. - Touche. Me quedé un rato más con ella. Tenía algo importante que decirle, pero me inquietaba que se molestara conmigo. Si le digo que se de la existencia de H, sabrá qué vi su teléfono. Nuestra relación no está tan avanzada para tener esa confianza, creo yo. Y no quiero cagarla ahora.
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