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1470 Words
Mis pulsaciones se aceleraron y eso excitaba aún más al vampiro. Él necesitaba de mí y yo necesitaba de él. Deseaba tanto sentir su fría piel sobre la mía, sus colmillos o simplemente el mínimo roce de sus labios en mi cuerpo. Admiraba como discutía en su mente consigo mismo, por no dar un paso más. Pero yo lo quería. Lo necesitaba incluso más que él. No lo pensé mucho, simplemente actúe. Cambié nuestras posiciones, ahora él estaba debajo. Eso le pilló por sorpresa. Le gustó mi acción o eso veo reflejado en su traviesa sonrisa. — Que atrevida, Mommy. – Sus manos se acomodaron en mi cintura baja. — Tú empezaste, Min. – deje caer mi cuerpo sobre el suyo, para poder acercarme a su cara. Note como su cuerpo se puso rígido, él estaba nervioso. Pero intentaba no aparentarlo. Me aparté el pelo del cuello, dejándolo a la vista. Sus colmillos no tardaron en salir. — Antes de avanzar más, debo preguntarte. ¿Estás segura de querer dejarme hacer esto? — Solo vas a alimentarte, no vamos a tener sexo o algo así. — ¿No..? – Preguntó con cautela, pero con esperanzas de que lo que dije fuera mentira. Negué firme con la cabeza. — No puedo, ya escuchaste al médico, nada de relaciones sexuales antes de la citoligia. – di un pequeño toque en su nariz – Además, no creo estar preparada para ello. No era lo mismo hacerlo borracha o sin sentido común, que hacerlo sabiendo las consecuencias. Me da miedo volver a cagarla. — Amh lo siento, no quería que te sintieras presionada o algo. –Min Like era el chico más atento y cuidadoso que había tenido a mi lado. A pesar de aparentar ser muy tosco y grosero, es todo un bollito de ternura. Y sin duda, es muy atento y cuidadoso. Al menos cuando se trata de mi. Creo que ya es obvio que me gusta, pero nunca tuve una relación seria y menos con alguien de otra especie. Está claro que entre nosotros no podría funcionar algo serio. — No te disculpes, debería ser yo la que pidiera perdón, por molestar a tu amigo de abajo. – deposité un pequeño beso en su mejilla, él correspondió devolviéndome otro, pero este en los labios. — Es vergonzoso para mi, terminar siempre con un erección por tu culpa. Me encogí de hombros, mientras sonreía tontamente.— Te lo p**o, dejando que muerdas mi cuello. Él apretó los labios, mientras entrecerraba sus ojos.— Tu lo has querido, luego no te quejes de que tienes marcas en el cuello, eh. No pude quejarme, ya que en cuestión de segundos ya estaba debajo de él. Se acomodó entre mis piernas y alzó mis brazos, sobre mí cabeza. Con la mano que tenía libre inclinó hacia un lado mi cabeza, dejando mi cuello a su vista. Me estremecí al sentir sus labios rozar mi piel, cerré los ojos esperando a que me mordiera. Pero aún no parecía que lo fuera a hacer. El chico dejaba pequeños besos húmedos por todo mi cuello, consiguiendo convertirse en un deseo para mi. Cuando por fin clavó sus dos colmillos en mi piel, sentí la adrenalina recorrer todo mi cuerpo. No podía negarlo, se sentía tan bien. 🥀⚔🥀 Me desperté desorientada, como si hubiera dormido en un barco. Debí de despertar bastante pronto, ya que él chico dormía a mi lado. Me hace gracia verlo dormir, cuando él podría aguantar meses sin dormir ni una hora. Sentía un poco de escozor en el cuello, pero nada grave. Lo que sí tenía, era hambre. Moría de hambre. Revise la hora en mi teléfono, eran las seis de la mañana. Desperté demasiado pronto, no tenía la cita, hasta las diez. Me levanté de la cama, me puse mis zapatillas y salí de la habitación. Me dirige directamente a la cocina, pero tuve que quedarme a medio camino, cuando escuché a mi padre hablar con Ari. Me escondí para poder escucharlos, más que nada, porque escuché mi nombre. Y está claro que soy una persona curiosa. — Papá no puedes dejar que nos mangoneen a su antojo. Los Jeon no pueden obligarnos a aliarnos a ellos y menos utilizando a Rubí. — Estoy intentando arreglarlo, pero Sunhoo me lo está poniendo difícil. Ya me ha colgado dos veces. – Note cómo suspiro con pesadez. Mi padre estaba sentado en uno de los sofás, mientras que Ari caminaba de un lado a otro. Iba con su pijama, pero mi padre iba con uno de sus trajes. ¿Qué hacen despiertos? ¿Y qué problema hay con los Jeon? — Sunhoo es una hija de puta papá, es mujer es pura maldad. — Pero la señora Jeon no tiene la culpa. Necesito hablar con ella a solas, pero es imposible… y Sunhoo está encabezada con casar a Rubí con Jonan. ¿Cómo? No comprendía ďe dónde se sacaban eso. Sunhoo me odia, ¿Por qué querría casarme con Jonan? — Pero no entiendo porque quieren ahora el matrimonio, si ellas estaban de acuerdo con dejar eso atrás. — Yo también lo creía, pero al parecer los Jeon aún están respetando las reglas antiguas. — Pero no entiendo porque ahora sí y antes no, papá. — Rubí y Jonan estuvieron juntos una temporada, cuando tú madre aún vivía, de hecho fue en la época que ella y tu hermano fallecieron… la cuestión es que tu hermana se quedó embarazada, pero por circunstancias que creo que ya sabes, aborto. Y los Jeon debieron enterarse ahora de eso. Me sentí realmente mal, al saber que mi padre sabía lo que hice. Está claro que debió ser Jonan el que lo contó. ¿Cómo se supone que pueda mirar ahora a mi padre a la cara? — Aún así, no es justo. Las leyes de los lobos son machistas y muy anticuadas. Veo una estupidez tener que unificar manadas, esta bien que haya una alianza entre ambas, para llevarnos con cordialidad y respetarnos. Pero veo una idiotez tremenda tener que casar a los herederos de la manada… Además de que si se casan, Rubí dejará de ser la alfa y se convertirá en la beta de Jonan. Eso era cierto, en un matrimonio de lobos, solo puede haber un alfa. Y casi siempre es el hombre. Sin querer hice ruido, llamando la atención de Ari y mi padre. Tuve que salir corriendo antes de que me pillaran. Entré en mi habitación a toda prisa y subí de nuevo a la cama. Me acomode abrazando a Luke por su cintura, dejando mi cabeza sobre su pecho. Subí más la manta para disimular mejor, ya que escuchaba los pasos de mi padre acercarse a la habitación. No me importaba que viera a Luke, él es consciente de que muchas veces se ha quedado a dormir y nunca puso queja alguna. No le molesta o inquieta la presencia del chico. En cuanto mi padre salió de la habitación, solté todo el aire que aguante. En el resto de la mañana, no pude volver a dormir. Me quedé dándole vueltas a la cabeza, me sentía muy avergonzada con mi padre y encima se le sumaba el miedo que tenía a la cena médica de hoy. Cuando Luke despertó, aproveche para darme una buena ducha. La necesitaba demasiado. No le comenté nada, solo que H dejó un mensaje nuevo, pero no había entrado a verlo y la verdad, no tenía ganas de hacerlo. Cuando salí de la ducha, me puse algo cómodo. El médico me lo recomendó. Por momentos pienso que sería más fácil ir al veterinario, en vez de al hospital. Decidimos desayunar fuera de mi casa, más bien yo lo decidí. No quería cruzarme con mi padre. — ¿Por qué salimos a toda prisa de tu casa? No me dio tiempo a despedirme bien de tu padre. — Pues… pues porque tenía hambre y se me antojo comer tostadas y bacon. – Miento fatal. — Pero eso podíamos prepararlo en tu casa. — Pero no quería y punto. – Di por finalizada la conversación sentándome en una de las tantas mesas de la cafetería, cerca del hospital. Tomó asiento a mi lado, algo que me pareció raro, teniendo asiento en frente. Estaba demasiado ¿mimoso? No se explicarlo, pero lo sentía sentía demasiado afectivo. Pedimos la comida y empecé a disfrutar de ella, bajó la atenta mirada de Luke. Este tenía uno de sus codos apoyado en la mesa y dejaba reposar su mejilla, sobre su mano, mirándome con atención. Los dos nos sobresaltamos al sentir como se sentaban frente a nosotros bruscamente. El chico que se había acomodado frente a nosotros se atrevió a quitarme el plato, mientras sonreía de forma egocéntrica. Lo peor es que no venía solo.
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